Al marido de Bordiú no le dejan ser actor

Una de las cualidades que tiene José Campos, el marido feliz de Carmen Martínez Bordiu, es su alegría de vivir. Salvo en algunos momentos puntuales donde ha sacado el carácter por algunos comentarios que no se ajustaban a la realidad, Campos se mantiene en su sitio.

A saber: su Racing, sus percebes, su cocido montañés, sus paseos en el barco que le regaló a su chica, sus baños en la playa haga el tiempo que haga, sus partidos de padel, sus reuniones con los amigos en el punto de encuentro que se tercie y custodiar a Carmen en alguna de sus exclusivas. Eso sí, sólo si son en España y a ser posible en Santander.

Para recorre el mundo a golpe de gorila, pirámide o plaza de toros se basta y se sobra su mujer, que es hiperactiva. “A Carmen le encanta viajar y a mi quedarme en casa”, me contaba Campos cuando le preguntaba porque no solía acompañarla en sus desplazamientos por medio mundo.

Estos días Carmen se ha instalado en Paris con su hija Cynthia y a él le ha dejado de centinela del phothocall, donde ya se siente como pez en el agua. Aunque parece que esta algo disgustado porque en la miniserie que sobre Carmen y la familia Franco se está preparando a él no le dejan hacer de sí mismo. Y que mejor que su intervención estelar para dar empuje a los capítulos donde se relate la vida amorosa de su mujer.

Por cierto, y aunque él no lo quiere decir por discreción, los bebes que espera Margarita y Luis Alfonso serán niños. Una exclusiva informativa que no tendrá repercusión a través de ningún posado, porque la intimidad y privacidad del matrimonio Borbón/Vargas ni se vende ni se compra. La abuela Carmen ha sido especialmente cuidadosa en todo lo relacionado con la vida familiar de su hijo y de ahí que tampoco hable del sexo de sus futuros nietos.