El inminente divorcio de Espartaco y Patricia Rato
Cuando la pareja tomó la decisión de separarse no estaba previsto que la ruptura acabara en los tribunales. Ahora será un juez de familia el que dicte
Cuando la pareja tomó la decisión de separarse no estaba previsto que la ruptura acabara en los tribunales. Ahora será un juez de familia el que dicte la sentencia y establezca la pensión alimenticia de los hijos, así como la repartición de determinados bienes.
La pareja se casó hace veinte años en régimen de separación de bienes. Hubo un primer convenio regulador aceptado y firmado por ambas partes en una notaría de Sevilla que más tarde se trasladó al juzgado correspondiente. Cuando hubo que ratificar el documento en sede judicial, Patricia sí acudió, pero se encontró con la desagradable sorpresa de la incomparecencia de su todavía marido.
La pareja estaba separada de hecho desde noviembre, cuando Espartaco cambió el domicilio familiar de Sevilla por el de “soltero” en la finca de Maja Vieja en Constantina. En aquel momento aún no era de dominio público pero ya circulaban rumores de una supuesta relación del torero con Macarena Bazán.
Mucho más tarde se publicaron unas imágenes en la revista QMD donde se veía a ambos entrando en el mismo portal aunque en diferente horario. La discreción que siempre había caracterizado la vida privada de Espartaco cambió y ciertas filtraciones relativas a las aspiraciones económicas de Patricia no se ajustaban a la realidad.
Según las informaciones publicadas, el convenio previo que no quiso ratificar resultaba totalmente favorable al torero. Las “peticiones” de la esposa se centraban en el uso del domicilio familiar de Sevilla hasta la independencia económica de los hijos, así como la utilización del piso madrileño por parte de la hija mayor que iniciará los estudios universitarios el próximo septiembre y que, por lógica, se instalará allí.
No hay pensión compensatoria y sí una manutención acorde con el nivel de vida que llevan los hijos relativo a colegios, viajes académicos y clases extraescolares. Por eso no se entiende que el entorno del torero -o al menos los que así se denominan- quieran desacreditar la imagen de Patricia Rato presentándola como una especie de depredadora, cuando no lo es.
Y quizá lo peor no sea eso. Coincidiendo en tiempo y espacio con la inminente presentación de la demanda de divorcio circulan ciertos rumores sobre la vida afectiva de Patricia, seguramente para desacreditarla. Si en su momento quisieron relacionar a Francisco Rivera con la hija mayor, ahora resulta que es con ella. Las amistades comunes del hasta ahora matrimonio no dan crédito y no se explican algunas reacciones de Espartaco. En cambio, Francisco Rivera ha salido al paso y ha enviado un burofax a los medios donde desmiente rotundamente la información y anuncia que tomará acciones legales contra todos aquellos que lo difundan.
Cuando la pareja tomó la decisión de separarse no estaba previsto que la ruptura acabara en los tribunales. Ahora será un juez de familia el que dicte la sentencia y establezca la pensión alimenticia de los hijos, así como la repartición de determinados bienes.