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Fernández Sastrón se echa una nueva amiga
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Fernández Sastrón se echa una nueva amiga

Nobles de toda la vida venidos a menos, aristócratas de recién hornada henchidos de orgullo y parejas, muchas parejas de enamorados, se sentaron anoche a cenar

Nobles de toda la vida venidos a menos, aristócratas de recién hornada henchidos de orgullo y parejas, muchas parejas de enamorados, se sentaron anoche a cenar junto a Mario Vargas Llosa, marqués de Vargas Llosa por decreto real y flamante premio Nobel de Literatura. Vanity Fair le rendía un homenaje por todo lo alto en el Museo de América de la capital y nadie se quiso perder tan ínclito ágape. El primer plato fuerte de la noche: José Miguel Fernández Sastrón, del brazo de una misteriosa acompañante.

El exmarido de Simoneta Gómez-Acebo, sobrina del Rey, se ha echado una nueva amiga. Según ha podido saber Vanitatis, se llama Susana Aunión, es muchos años menor que él y apunta maneras: cautivó a los presentes con su sola presencia. A alguno le recordó a Ruth Gabriel. Por su parte, Marina Castaño, ex marquesa viuda de Iria Flavia, tampoco fue sin ángel custodio. A su lado estaba Enrique Puras, especialista en cirugía vascular de la Quirón, con el que sale desde hace unos meses. La viuda de Cela, curtida en las lides de la haute literatura, presentó a Vargas Llosa a su chico, que quedó encantado con aquel ménage à trois que su novia orquestó en un santiamén.

De repente llegó Luis Valls-Taberner, hijo del expresidente del Banco Popular y pupilo de Mario Conde, sobre el que acaba de escribir un libro. El heredero de la saga de banqueros tuvo de adlátere a Mariana de Fontcuberta i Juncadella, marquesa de Marianao, condesa de Solterra, Grande de España y su pareja para más datos. Toda una sorpresa descubrir el vínculo sentimental entre ambos. Pero la joven, que ha estudiado periodismo e hizo sus primeros pinitos profesionales en el mundo de la moda, no fue la última con pedigrí de la macro convocatoria, que evidenció el poder para atraer al alto linaje de Lourdes Garzón, directora de la publicación anfitriona.

De los aristócratas de toda la vida estuvo Alinne Griffith, condesa de Romanones y exagente de la CIA, que fue fielmente protegida por su primo, el duque de Santa Cristina. Iba vestida de rojo pasión, al igual que Flavia de Hohenlohe, hija de los condes de Ofalia, nieta de Mimi, la duquesa de Medinaceli, y, por ende, prima hermana de Rafa y Luis Medina. Pero, lo que realmente llamó la atención de los fotógrafos no fue tanta solera al son sino el escote de María del Prado y Muguiro, su cuñada. La mujer de Pablo de Hohenlohe, que se encarga de la firma Chloé en España, dejó boquiabiertos a más de uno.

De azul eléctrico -pero más cerca a la tonalidad corporativa del PP- hizo su entrada en la fiesta Elena Salgado. La ministra de Economía y vicepresidenta del Gobierno está más marchosa que nunca. Se trataba del segundo bolo en el día al que acudía. Primeramente, atendió un cóctail, en el que se premió a las mujeres empresarias, entre las que se encontraba Carla Royo-Villanova, princesa de Panagyurishte. Quién sabe si tanta hora extra a escasos días de las elecciones generales verá su recompensa en forma de un título que le arrebate de una vez por todas su condición de plebeya.

No es de rancio abolengo, pero tiene un porte que para si hubieran querido la duquesa de Alba, la de Medina Sidonia y la de Osuna juntas.Pitita Ridruejo es de alta alcurnia. Su espíritu lo es. Y punto. A gritos le pidieron a la señora de Stilianopoulos que escriba sus memorias de una vez por todas. No se anima, porque sigue empeñada con su Virgen. Tal vez su hija Ana, literata, se marque el tomo y ponga al servicio del erario público su vida y obra. Curiosamente, Pitita y su marido coincidieron en el evento con el artista Juan Garaizábal, exmarido de su hija Claudia y actual pareja de María León, directora de comunicación de Pedro del Hierro.



Otros de los rostros conocidos que no se quisieron perder la convocatoria fueron: Elettra Wiedemann, hija de Isabella Rosellini; Oriol Elcacho, Ana García Siñeriz y su marido; Ana Rodríguez, ex de José Bono; Roberto Torretta; Carmen Echevarría;  Elena Benarroch; Juan Gatti;  Ángel Schlesser; Ariadne Artiles; Belén Domecq; Enrique Loewe; Eduardo Mendicutti; Gala González; Miranda Makaroff; Irene Escolar; Juan Carlos Fresnadillo; Pilar López de Ayala; Lorenzo Castillo; Nieves Álvarez:; Marco Severini; Nuria March; Pascua Ortega; Miranda Makaroff…

La única a la que se echó en falta fue a Genoveva Casanova. No se produjo el encuentro con Gonzalo Vargas Llosa, con quien se la ha vuelto a ver recientemente. ¿Será verdad que ha habido acercamiento con el conde de Salvatierra a raíz de la boda de Cayetana con el ya exfuncionario Alfonso Díez? ¡Ay los nobles!

Nobles de toda la vida venidos a menos, aristócratas de recién hornada henchidos de orgullo y parejas, muchas parejas de enamorados, se sentaron anoche a cenar junto a Mario Vargas Llosa, marqués de Vargas Llosa por decreto real y flamante premio Nobel de Literatura. Vanity Fair le rendía un homenaje por todo lo alto en el Museo de América de la capital y nadie se quiso perder tan ínclito ágape. El primer plato fuerte de la noche: José Miguel Fernández Sastrón, del brazo de una misteriosa acompañante.