Telma Ortiz se muda a la zona alta de Barcelona

Telma Ortiz ha decidido cambiar de aires y se mudó de casa después de este verano. Si antes vivía cerca del Ayuntamiento de Barcelona, su lugar de trabajo, ahora reside en los aledaños de la guardería de su hija, ubicada en la zona alta de la ciudad, una de las más exclusivas, según ha podido confirmar Vanitatis.

Desde que la hermana de la princesa de Asturias se mudara en 2009 a la Ciudad Condal, su vida ha dado un giro de 180 grados. Entró en el consistorio de la capital catalana como subdirectora de proyectos del área de relaciones internacionales sin haber opositado. Tras el cambio político municipal sus amistades, las que le ayudaron a encontrar trabajo, fueron cesadas aunque ella ha continuado con su labor.

Telma aterrizó en Cataluña sin conocer mucho la lengua, con su hija Amanda y con su pareja de entonces, Enrique Martín LLop. Desde entonces, en el plano sentimental se le ha relacionado con su jefe en el ayuntamiento, Ignasi Cardelús, pero nunca se pudo demostrar graficamente. En cambio, sí pudimos verla en la revista Lecturas besándose con Miguel Ángel Márquez, que trabaja en la gerencia de la Fundación Clínic, y al que conoció gracias a amigos comunes.

En el plano profesional Telma, después de casi tres años, habla y se desenvuelve perfectamente en catalán. De hecho, personas que han tratado a la cuñada del príncipe Felipe han podido constatar su dominio del idioma. Telma se expresa perfectamente, sin acento, de modo que nadie diría que no es oriunda de la zona mediterránea.

Durante los meses que Telma ha vivido cerca del ayuntamiento se desplazaba a su lugar de trabajo andando. Ahora, en cambio, debe utilizar el transporte para cumplir su jornada laboral. De las tres puertas de acceso al consistorio barcelonés, la hermana de doña Letizia utiliza indistintamente todas ellas. De esta manera es difícil poder contralar sus movimientos. Lo mismo sucede con su horario laboral, flexible en función de sus salidas, fuera y dentro del territorio catalán. Así las cosas, también resulta difícil, tratándose de un cargo público, poder localizarla.

Cuando alguien llama a la centralita del ayuntamiento, las respuestas son varias. Una de ellas, repetida en multitud de ocasiones, es que su nombre no consta en el listado de trabajadores. La otra respuesta, que no tiene extensión pero sí correo interno, por lo que hay que dejar mensaje para que conteste, cosa que nunca hace si no conoce a la persona.

Por otro lado, Telma está muy adaptada a la vida cotidiana de la Ciudad Condal. Se la considera una persona afable, siempre muy observadora cuando se dirige a las personas. Lo único que no le gusta es el seguimiento de la prensa. En más de una ocasión, sin cámaras de por medio, los periodistas han podido charlar con ella sin que la interesada ofreciera resistencia.