Las tres bodas de Carmen Martínez Bordiú

José Campos y Carmen Martínez Bordiú se encuentran al borde de una separación que puede dar al traste con el tercer matrimonio de la 'nietísima'. La relación de Bordiú con Luis Miguel Rodríguez, conocido como 'El rey del desguace' y reconocido empresario, podría ser el motivo de esta separación. A pesar de todo, no es la primera vez que Bordiú hace vida de soltera a pesar de su estado civil, sin rendir cuentas ni a Campos ni a nadie. "Ella siempre fue rebelde e imagino que eso se ha ido acentuando con el paso de los años", cuenta un miembro de la industria musical invitado a la primera boda de Bordiú, en conversación con Vanitatis.

Como nieta del que fue jefe del Estado durante décadas y miembro de una prole marcada por ese apellido, el de Franco, cada paso de Bordiú ha sido objeto de la atención mediática de todo el país. El 16 de diciembre de 1986, el Tribunal de la Rota anulaba el matrimonio entre Alfonso de Borbón y Carmen Martínez Bordiú. Era el primer matrimonio de Carmen y el argumento de anulación era la "inmadurez psicológica" de la nieta de Franco. Borbón y ella habían estado casados desde el 8 de marzo de 1972. Luciendo un vestido de Balenciaga, la boda supuso un gran paso para ella y un momento estrella de la vida social de la gente 'bien' de la época. Del brazo de su abuelo, que ejerció de padrino, Carmen Martínez Bordiú contrajo matrimonio a la vez que recibió un título por parte de este, el de Duquesa de Cádiz. "La ceremonia fue tan grandilocuente que parecía una ópera", recuerda este invitado, Incluso se interpretaron cantigas de Alfonso X, el Sabio".

La boda contó con invitados de postín a pesar de que empezó con mal pie. "Nunca olvidaré esos nubarrones en el cielo. Era un día gris, destemplado. Muchos comentábamos que parecía que el cielo no quería que se casase la nieta de Franco", rememora. Sin embargo, la boda se celebró, aunque no dio lugar a un matrimonio excesivamente feliz. Con Alfonso, Carmen tuvo dos hijos. La vida de uno de ellos, Francisco, acabó repentinamente en 1984 por culpa de un accidente de tráfico. El matrimonio acabó en separación antes de tiempo, ya que Bordiú, haciendo gala de su rebeldía, inició una relación con el anticuario Jean Marie Rossi y se fue con él a París. Que la nieta de Franco se fuese con otro hombre a Francia a pesar de sus hijos y de lo que dijesen las lenguas más afiladas no dejaba de ser una sorpresa.

La boda con Rossi llegó el 11 de diciembre de 1984 y poco o nada tuvo que ver con los fastos de la primera. Esta fue una sencilla unión civil en Framcia, cuando Bordiú no había onbtenido aún la nulidad matrimonial. Tampoco había transcurrido un año desde el accidente que le costó la vida a su hijo. Llevaba años viviendo con Rossi y quizá por eso quiso formalizar el compromiso. "Es una pena porque yo creo que con Alfonso formaba una pareja perfecta. Los dos eran guapos, pertenecían a muchos muy cercanos...El problema es que Carmen fue evolucionando mucho como persona y eso la alejaba cada vez más del estirado mundo de su familia", asegura este amigo de la época en la que Bordiú empezaba a soltar las riendas de su apellido para andar por libre. Con Rossi ruvo una nueva hija, Cynthia, que en parte vino a compensar el dolor por la pérdida de su hijo.

Fuese como fuese, la tragedia volvió a tocar a las puertas de su vida. En 1989, el que fuese su primer marido falleció decapitado mientras esquiaba en una estación de Colorado. El mazazo fue terrible. Y, en pocos años, se acabaría también su relación con el anticuario. Dicen que tuvo mucho que ver el reencuentro con un viejo amigo, Roberto Federicci. Cuando Rossi y ella anunciaron que se acababa su matrimonio en 1994, Federicci llevaba ya un año en su vida y se quedaría en ella otros nueve más. Y a pesar de que todo gran amor de su vida la conducía al altar, no fue el caso de este amigo con el que también rompería.

En su libro Cumple años, gana vida, la nieta del Caudillo hablaba de hombres y sexo sin ningún tipo de tapujos a sus 60 años. Puede que sea el mejor ejemplo para explicar cómo la protagonista de aquella primera boda llena de oropel y cargos estatales se casaba en 2006 con José Campos, un empresario cántabro de buen vivir, carácter cercano y todo lo opuesto a la figura de marido acartonado con el que supuestamente se habría casado de seguir lo que se esperaba de alguien de su status social. Para su amigo de aquellos primeros años 70 está claro que "Carmen nunca hará lo que dictamine nadie. Su vida es el mejor ejemplo de ello. Se ha saltado las reglas que le impusieron sus abuelos a la torera. En el fondo, yo siempre supe que aquella primera boda era más fachada que otra cosa a pesar de la buena pareja que hacían Alfonso y ella", asegura. Ahora, Carmen vuelve a estar libre y, pasados los 60, es un misterio si volverá a cogerle el gusto a pasar por el altar o no. Solo el tiempo lo dirá.