Las tres cajas fuertes de Isabel Pantoja

Francisco Rivera ‘Paquirri’, Encarna Sánchez y Julián Muñoz, por este orden. La vinculación de Isabel Pantoja con grandes o medianas fortunas, con hombres o mujeres con posibles o una buena posición social, ha sido la tónica habitual en las últimas décadas. Las relaciones sentimentales y profesionales que ha mantenido a lo largo de su vida siempre han estado salpicadas por escándalos relacionados con polémicas herencias u otros entuertos donde el dinero era el principal protagonista.

Caja fuerte 1: la herencia de Paquirri

Casi treinta años después de la muerte de Francisco Rivera ‘Paquirri’, se continúa especulando con el contenido de una caja fuerte que el torero dejó en la finca Cantora. La familia Rivera ha acusado en repetidas ocasiones a Isabel Pantoja de haber abierto con nocturnidad y alevosía dicha caja, a las pocas horas de convertirse en la viuda de España. Los hermanos del diestro aseguraron que allí se guardaban 40 millones de pesetas, unas esmeraldas que fueron sustituidas por bisutería barata y unas cintas de vídeo realizadas por un detective privado en las que se demostraría que la tonadillera supuestamente había sido infiel al torero. La versión dada por los Rivera aseguraba que Isabel habría realizado un viaje a media noche a Cantora para hacerse con el botín, mientras los fieles a la cantante negaban tajantemente esta posibilidad, alegando que ella se encontraba destrozada en aquellos momentos tras recibir la noticia de que su marido había fallecido por la embestida de un toro en la plaza de Pozoblanco.

Caja fuerte 2: el patrimonio de Encarna Sánchez

Años después, el nombre de Isabel Pantoja volvió a copar numerosos titulares, tras el robo que se produjo en el domicilio de su amiga Encarna Sánchez. Una vez más, la tonadillera y una caja fuerte. En julio de 1993, el chófer de la locutora, Carlos Rodríguez, era detenido después de que ésta le acusase de haber robado los 43 millones de pesetas que se encontraban en la caja fuerte de su domicilio madrileño. Lo curioso es que a pesar de tener que fichar en la comisaría cada quince días y de que sus cuentas fueron bloqueadas, Carlos volvió a trabajar posteriormente al servicio de Sánchez. En ese momento, todas las miradas se dirigieron a Pantoja. Hacía poco tiempo que ella y Encarna habían puesto fin a su amistad. Tras la comunión de ‘Paquirrín’, que supuestamente pagó la periodista, las cosas no volvieron a ser igual. Unas fotos en la playa de Isabel en compañía de María del Monte fueron la guinda del pastel.

Como en el caso de la caja de Cantora, nunca se pudo demostrar nada, pero personas cercanas al círculo de Encarna Sánchez aseguraron en su momento que Isabel no se fue de esa casa con las manos vacías. Entre los regalos que estos testimonios aseguraban que Encarna le había realizado a Isabel se encontraban supuestamente un Grand Cherokee Verde y un BMW 750. Además, Encarna ayudó a Pantoja a salvar sus fianzas. La locutora fue la encargada de comprar la finca La Garza, finca que ‘Paquirri’ legó a sus herederos y por la que Sánchez pagó a la tonadillera 20 millones de pesetas. Los problemas de liquidez de la cantante quedaron de esta forma solucionados.

Caja fuerte 3: los dineros de Marbella

Fue durante esos años, de la mano de Encarna, cuando Isabel entró en contacto con Marbella, con Juan Antonio Roca y con Jesús Gil. Sin embargo, sería mucho tiempo después cuando entraría en el consistorio como la señora del alcalde y rogaría a las autoridades municipales que cerrasen las tiendas para poder comprar a su antojo. Con Julián Muñoz no hubo cajas fuertes, pero sí bolsas de basura. Se les acusa de blanqueo de capitales procedentes de diversas fechorías realizadas desde el ayuntamiento marbellí. La investigación del caso Malaya se centró en la compra de la casa de la Pera, el apartamento Guadalpín y de reses de ganado que hizo en esos años la tonadillera. Sus cuentas fueron examinadas con lupa y a pesar de que la cantante dijo desconocer los ingresos diarios de 3.000 euros que se produjeron en su cuenta, el juez no tuvo duda de que existía un desfase entre la situación en la que se encontraban sus sociedades antes de entrar Julián Muñoz en su vida y el patrimonio que había adquirido tras iniciar su relación sentimental con él.

Los tres vínculos que unieron a Pantoja con tres personas acaudaladas o poderosas han provocado la sombra de la duda sobre sus intereses en estas relaciones y pesa sobre ella, al margen del juicio público, una imputación que le ha sentado en el banquillo de los acusados.