Silvio Berlusconi 'se venga' de su hija Bárbara

Después de haber sido tres veces primer ministro de Italia y de liderar durante veinte años la centroderecha, Silvio Berlusconi está comenzando a recoger lo que a sus 76 años ha ido sembrando desde hace décadas. Y no sólo en el terreno político, donde es posible que no vuelva a ejercer como cargo público por el caso Ruby, en el que está acusado por prostitución de menores y abuso de poder, también en el familiar.

Su hija Bárbara, el que fue el ojito derecho de Il Cavaliere, se ha convertido en el caballo de batalla de su padre, que está empezando a ver en ella aquello de lo que él siempre ha disfrutado. El descontrol, la falta de normas y la rebeldía ya se han convertido en los tres pilares en los que se basa la vida de la hija mediana de Berlusconi, que ha tenido durante sus 29 años un buen espejo en el que reflejarse.

En contadas ocasiones un hijo puede hacer perder a su padre 35 millones de euros de un negocio que ya estaba cerrado, hablado y casi firmado. Sin embargo, y como la vida de la familia Berlusconi parece una caja de sorpresas, Bárbara demostró que el corazón valía más que un puñado de euros y se opuso a que su novio, el jugador brasileño del AC Milan (del que Berlusconi es presidente) Alexandre Pato fuera traspasado al París Saint Germain en 2012 y cobrara seis millones de euros anuales.

Con esta relación ya rota, y después de que hace dos semanas Bárbara apareciera en unas instantáneas abrazada al futbolista en Cerdeña, ahora Berlusconi parece que se ha vengado, a su manera, de los caros caprichos de su hija. Así, ha publicado en la revista italiana Chi -de su propiedad y que forma parte del conglomerado de Fininvest, donde trabaja Bárbara, conocedora o no de esa portada- unas fotografías de ella con un ejecutivo llamado Pietro en el muelle de Villa Certosa, la faraónica mansión en la que Silvio disfrutó de aquellas memorables fiestas con sus famosas velinas, algunas de ellas prostitutas de lujo y menores de edad.

Además, en la publicación también se muestra a Bárbara y a un grupo de amigos disfrutando del famoso club Billonaire de la isla, propiedad de Flavio Briatore.

Esta nueva ruptura se suma a la ya agitada vida sentimental de Bárbara, que comenzó su relación con el futbolista Pato cuando aún estaba casada con Giorgo Valaguzza, con el que estuvo durante diez años y al que dejó oficialmente en febrero de 2011 sin explicar los motivos, aunque ya era de sobra conocida su más que incipiente relación con Pato.

En contra de la corrupción

Interesada en el mundo de la política y de la economía, puede que su apellido chirríe si va unido a la ética, pero ella lo intenta permanentemente. Al frente del grupo Milano Young, una asociación italiana que pretende dar voz a aquellos jóvenes que quieran volver a los ideales de “toda la vida”, Bárbara pretende combatir la corrupción asegurando a la edición digital de Times que “todo funciona a base de recomendaciones”. “Hay mucho egoísmo. La ética no se aplica porque no tiene beneficios inmediatos en la economía”, asegura.

Madre de dos hijos, Alessandro, de seis años, y Edoardo, de cuatro, Bárbara es una de las empresarias del mundo de la comunicación más representativas de su país.

Su hermana Marina, de 47 años, también tiene un papel destacado en las empresas familiares, tanto es así que es presidenta del grupo editorial Mondadori y podría tomar el relevo de su padre en el mundo de la política. A pesar de que Silvio ha asegurado que regresará como líder de Forza Italia, otras voces apuntan a que será ella quien esté al frente de este partido con el apoyo de su padre al verla como digna sucesora de todos sus desvaríos políticos.