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Manuela Velasco: "No identifico éxito con popularidad"
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estrena la obra 'feelgood'

Manuela Velasco: "No identifico éxito con popularidad"

Es la chica del momento. Se llama Manuela Velasco y, tras colgarle el sambenito de “sobrina de... “, es ahora la gran Concha Velasco la que se vanagloria de ser su tía

Foto: Manuela Velasco en una imagen de archivo (Gtres)
Manuela Velasco en una imagen de archivo (Gtres)

Vanitatis se ha infiltrado entre las bambalinas de una jornada de la chica de moda del momento. Se llama Manuela Velasco y, tras colgarle el sambenito de “sobrina de... “, es ahora la gran Concha Velasco la que se vanagloria con orgullo en decir “yo soy la tía de...”. De hecho, nadie le ha dado nada y el resultado es que se ha aupado en la meca de la televisión, cine y teatro en un mismo espacio y tiempo con personajes muy diferentes: Cristina Otegui, la esposa sufrida de la serie Velvet, Elisa, la periodista a la que da vida en la obra de teatro Feelgood y Ángela, la chica de Rec 4 cuya primera entrega le dio un Goya.Un tres en uno que ella es capaz de disociar magistralmente.

Con esta actriz todo parece fácil. Sabe crear empatia y el efecto feed-back es inmediato en el frente a frente. Manuela ha tenido que familiarizarse con el registro de periodista para Feelgood, interpretando a Elisa, esa chica que no se vende ante el poder. Como muestra de la profesión bien aprendida, le pido un titular para esta entrevista que estamos haciendo y sin titubeos sonríe “Umm...Pero que no sirva de precedente eh? Ahí va: “No identifico éxito con popularidad”.

Esto lo verbaliza así porque ella ha sido la primera sorprendida al verse en un mismo día confluyendo en tres plataformas tan mediáticas como son cine, teatro y televisión: “No me imaginé nunca que esto fuera a ocurrir así. Que un mismo martes iba a estar en Velvet, en Rec4, y saliendo del teatro. ¡Se me pone la carne de gallina! Se que ha sido casualidad, pero se ha dado esta circunstancia y es fascinante además de rara para la carrera de un actor”.

Velasco lo tiene claro y sabe discernir perfectamente los dos conceptos que tanto confunden a otros actores: “Mira, la época que fui más feliz es cuando estuve dos años subida en las tablas haciendo drama de Arthur Miller, Todos eran mis hijos. Era magia pura, pero la gente me preguntaba: Oye, ¿dónde estás, que no te vemos? Para mí aquel momento fue de máximo éxito. Pero la popularidad te llega luego con una serie. Por eso digo que éxito no es que te llamen Cristina por la calle, eso es popularidad, que también esta muy bien, pero no hay que confundirse”

La energía de Concha Velasco

A ella que, siente pura veneración por el teatro, le preguntamos si llegará un día en que diga la frase que tanto repite su tía Concha Velasco cuando asegura que “el único amor que nunca me ha traicionado ha sido el teatro”, y se queda un poco ‘ojiplática’: “Noooo... Espero no tener que decirlo, pero no sólo por mi pareja, sino por mis amigos, mi familia…Mi tía a veces es tremenda” , afirma riendo a carcajadas.

La más grande en tablas acaba de estrenar su obra Olivia y Eugenio y Manuela estará a su lado este martes para arroparla en su estreno oficial. “Está pletórica. Ha estrenado ya en Zaragoza y ahora Madrid. Durante cuatro meses lleva calentando motores ensayando y yo no sé de dónde saca la energía. La llamo por teléfono, son las nueve de la noche y me dice: “Ahora me siento a comer porque no he parado en todo el día”. A quien me pregunta de dónde saca la energía yo contesto que del amor que siente hacia esta profesión. Nunca la he oído desencantada cuando habla de ella. Al contrario, siempre se le iluminan los ojos y vuela cuando oye la palabra teatro”.

Por mérito propio ya nadie mira a Manuela como ‘la sobrina de’. "Costó, pero ya tengo mi propio nombre, ya soy yo. Ella me influyó en la decisión de dedicarme a la interpretación. De niña iba a todas sus representaciones con mis primos y me sabía de memoria sus personajes. Recuerdo la gran fiesta de las Nocheviejas, en las que íbamos al teatro a tomar las uvas y me subían al escenario". En una ocasión me dijo: “Hazte imprescindible”. Todavía estoy intentando averiguar cómo se hace. No es fácil".

Y aunque lleva tiempo en esto, y eso de “que cuando era muy chiquitita empecé como la niña Almodóvar” lo cuenta como algo anecdótico, dice que remontó tarde: “Después de la universidad, de estudiar Historia del Arte, vino la escuela de teatro, y ahí ya tenía claro que quería ser actriz. Pero retomé este mundillo tarde, tarde y tarde. En comparación con mis compañeros siempre fui la mayor de la clase”.

Empezó entonces a estudiar Arte Dramático, quizá recordando su primera participación en la gran pantalla, La ley del deseo de Almodóvar, cuando tenía ocho años, y volver a revivir esa sensación que le quedó al ponerse en la piel de otras personas. Siguieron años de casting, peleas y dura preparación, hasta que le llegó su gran oportunidad: el papel protagonista en Rec, por el que consiguió el Goya a la mejor actriz revelación de 2007.

Ella define Rec “como un viaje precioso. La peli nació como un experimento que desde el principio ya era raro, complicado de ver y que no pensábamos que se iba ni a estrenar. Y fíjate, ya llevamos cuatro”. En esta lo más chulo es que es el final de la saga. Y todos nos dejamos la piel. Ángela pasa a ser una superviviente que saca toda su fuerza y ya no necesita de nadie”. Precisamente este personaje de Ángela ha sido el causante de que Manuela no haya sido aun madre “Es verdad, yo siempre he querido ser madre. Desde pequeña incluso con mis muñecos jugaba a eso. Pero ahora con el personaje tan activo que hacia en Rec, mata zombis, sube baja, corre, vuela, me decía a mi misma ¿es que no voy a poder quedarme nunca embarazada? Pero todo llega en la vida”.

"No en mi vida real"

Cuando Manuela Velasco optó por la televisión se vio inmersa en series como La chica de ayer, Doctor Mateo o Aída. Pero sería la nueva apuesta de Antena 3, Velvet, en la que interpreta a un sufrido personaje, la que la catapultaría y haría que la llamen Cristina Otegui por la calle. “Lo que le pasa a Cristina no me pasaría a mí en vida real con mi pareja. Hay que ponerse en situación, ya que en aquella época las mujeres hacían lo que fuera para conseguir un hombre. Es un papel muy adaptado a ese tiempo en que las relaciones hombre mujer era de otra manera”.

Si hay algo que Manuela admira de este personaje “es su manera de amar. Y como le da su espacio a Alberto y no le exige nada. Eso es perfecto”. Estar al lado de Miguel Ángel Silvestre lo hace todo fácil “Es un encanto. Miguel se queda con la particularidad de cada persona y es muy especial”. La sinergia entre ambos es perfecta. Al igual que con Fran Perea en Feelgood, donde ella edifica el concepto de la honestidad: “Elisa es libre y esa libertad que pone por delante, el no venderse y ponerse de rodillas, la hace grande. Pero esa libertad le genera soledad y problemas. Y siempre surge la eterna pregunta: ¿Te vendes o no?”

Manuela cree en la ley de la atracción: “Me centro mucho en la buena energía y proyecto muchas veces las cosas para que sucedan tal como las quiero. Pero sé que esa ley de la atracción no funciona sin un trabajo previo que te avale. Hay que aderezarlos con vigor, vocación y sueños”. Y entre esos sueños está el de abrir una sala de teatro junto con un grupo de compañeros de profesión en el centro de Madrid, un lugar para las artes y la cultura. Y con esa vehemencia con que lo expresa no hay duda de que lo conseguirá. Una sonrisa así puede con todo.

Vanitatis se ha infiltrado entre las bambalinas de una jornada de la chica de moda del momento. Se llama Manuela Velasco y, tras colgarle el sambenito de “sobrina de... “, es ahora la gran Concha Velasco la que se vanagloria con orgullo en decir “yo soy la tía de...”. De hecho, nadie le ha dado nada y el resultado es que se ha aupado en la meca de la televisión, cine y teatro en un mismo espacio y tiempo con personajes muy diferentes: Cristina Otegui, la esposa sufrida de la serie Velvet, Elisa, la periodista a la que da vida en la obra de teatro Feelgood y Ángela, la chica de Rec 4 cuya primera entrega le dio un Goya.Un tres en uno que ella es capaz de disociar magistralmente.

Concha Velasco
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