Esperanza Aguirre: "He pasado momentos complicados con mi marido"
No es muy dada a hablar de su vida personal, pero en esta ocasión la presidenta del PP de Madrid no pone impedimento cuando se le pregunta por su marido, su matrimonio o sus hijos
Desde que se hizo oficial su candidatura al Ayuntamiento de Madrid, el ritmo de campaña de Esperanza Aguirre es notable e imprevisible. Lo mismo se sube a un autobús o aparece en un mercado de un barrio donde nunca la van a votarque firma autógrafos a jóvenes aparentemente más seguidores de Pablo Iglesias que de ella. También abraza a personas mayores que ledicen que es la más guapa y se reúne con periodistas de crónica social de la Peña Cuarto Poder en Casa Lucio. La condesa de Bornos es hábil y no deja ningún frente sin abrir. Acostumbrada a vender política, le cuesta hablar de temas más personales, como la relación con su marido, la alegría que le producen sus nietos o la fijación por comprar los pantalones vaqueros siempre en el mismo sitio.
Pregunta: ¿Sabe que circula una foto suya como si fuera Cruella de Vil, la protagonista mala de 101 dálmatas por el problema que tuvo con los agentes de movilidad?
Respuesta: En España hay algo que nunca se pierde y es el sentido del humor. Yo creo que lo tengo y mientras no sea ofensivo o vejatorio también me lo tomo como algo divertido. Y quiero aclarar que yo no tengo ningún problema con ellos. Si tengo que pagar, lo haré, aunque el parar un momento en un carril bus nunca ha sido delito, solo falta, pero al tratarse de Esperanza Aguirre, todo puede ocurrir. Pienso facilitar la vida a los madrileños y aseguro que los agentes de movilidad actuarán como debe ser, pero sin afán recaudatorio. Se dedicarán a facilitar la vida a los madrileños y no al contrario.
P: Tiene una agenda absolutamente extraordinaria. ¿No se cansa?
R: Estoy acostumbrada, siempre he tenido mucha actividad. Quizá el único momento donde bajé el ritmo fue cuando me detectaron el cáncer. No había más remedio que acoplar la vida a lo que me estaba sucediendo. Es cierto que después valoras más el tiempo libre y la vida en general y, sobre todo, actualizas la guía de valores.
P: Está en plena campaña y su partido lo tiene difícil con los últimos acontecimientos relacionados con Rato y sus supuestos delitos…
R: Qué quiere que le diga… Me ha sorprendido brutalmente, estoy abochornada. Ha hecho mucho daño a todos los que somos candidatos, pero también quiero decir que ha habido un tratamiento mediático muy nocivo, porque todos somos iguales ante la ley, eso es indiscutible, pero no todos son iguales ante los medios de comunicación. Todavía no he visto a los Pujol o a los de los ERE de Andalucía introducirlos en el coche con la mano en la nuca, como sise tratara de un violador, un asesino o un pederasta…
P: ¿Cómo se ha tomado su familia el ser candidata a la alcaldía de Madrid?
R: Mi marido es una santo y lo que yo haga le parece bien. Mis hijos lo entienden un poco menos. Les habría gustado que me quedara en segunda fila y disfrutar más de ellos y de mis nietos. Y ya les he dicho que lo seguiré haciendo igual, pero desde la primera fila.
P: Su marido se mantiene al margen de su actividad política. Pocas veces aparece en la foto…
R: Le diría que casi nunca. Llevo casada 40 años y sigo pensando que es lo mejor que he hecho en la vida. Conocí a mi marido cuando tenía 20 años y tras dos de noviazgo nos casamos. Fue una boda compartida porque también se casaba una hermana. Fernando es paciente, inteligente, discreto y con sentido del humor.
P: ¿En esos 40 años no ha tenido nunca problemas?
R: Claro que sí, muchísimos. Y crisis y momentos complicados, como sucede en cualquier matrimonio. Nosotros no somos diferentes al resto de personas que llevan muchos años conviviendo. Pero cuando se superan esas crisis la relación se afianza y es mucho más fuerte. Llevamos juntos más tiempo que por separado. Casarme con él ha sido lo mejor que he hecho en la vida. Menuda suerte he tenido con Fernando.
P: ¿Son de los que ven la televisión cogidos de la mano?
R: No (risas) porque no se deja.
P: ¿Qué cualidades destacaría de su marido?
R: La paciencia de la que yo carezco, la inteligencia, el sentido del humor, la discreción. Hay muy pocas cualidades que no tenga. Recuerdo en una ocasión, cuando se metían conmigo porque decía que vivía en un palacete, que, por cierto, es de la familia de mi marido, Fernando con mucha ironía comentó: “¡Pero bueno! ¡Una casa con once balcones a la calle no es un palacete, es un palacio!”.
P: Se acaba de encontrar en el restaurante Lucio con Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, y han cantado juntos el himno del club. ¿De qué equipo es usted?
R: Mi corazón es blanco, pero nunca he disfrutado tanto como cuando juega el Atlético.
P: ¿A qué dedica el tiempo que tiene libre?
R: A estar con mis hijos y mis nietos, que me lo paso bomba con ellos. Jugar al golf, pasear, ver series, cenar con amigos, ir al campo, ejercitar la cabeza con el bridge y hacer gimnasia en casa con una entrenadora maravillosa canaria que sellama Zaida.
P: ¿Le gusta ir de compras?
R: La verdad es que tengo muy poco tiempo, voy a tiro hecho y casi siempre en Zara. Por ejemplo, los vaqueros me los compro siempre en Pravia, Asturias;son los que me sientan bien. Aprovecho cuando estoy de vacaciones, los días de lluvia, para ir de compras.
P: ¿Lleva tatuajes?
R: No, para eso tenemos a Cristina Cifuentes.
Desde que se hizo oficial su candidatura al Ayuntamiento de Madrid, el ritmo de campaña de Esperanza Aguirre es notable e imprevisible. Lo mismo se sube a un autobús o aparece en un mercado de un barrio donde nunca la van a votarque firma autógrafos a jóvenes aparentemente más seguidores de Pablo Iglesias que de ella. También abraza a personas mayores que ledicen que es la más guapa y se reúne con periodistas de crónica social de la Peña Cuarto Poder en Casa Lucio. La condesa de Bornos es hábil y no deja ningún frente sin abrir. Acostumbrada a vender política, le cuesta hablar de temas más personales, como la relación con su marido, la alegría que le producen sus nietos o la fijación por comprar los pantalones vaqueros siempre en el mismo sitio.