La futura suegra del príncipe Harry: una profesora de yoga de origen humilde
La madre de Meghan Markle se graduó en Ciencias Sociales hace un año. La futura princesa tiene raíces afroamericanas, algo que ella misma destaca como inconveniente y ventaja
"Siempre me preguntan que qué soy, y una vez he contestado, vuelven: 'Sí, ya, pero ¿de dónde eres?, ¿de dónde son tus padres?', me preguntan... Podría seguir contándoles que me crié aquí o allá, pero al final les doy lo que buscan: 'Mi padre es caucásico y mi madre afroamericana. Soy medio blanca, medio negra". Así de claro se expresaba Meghan Markle en una entrevista en 2015. Doria, su madre, es mulata, una profesora de yoga de origen humilde que romperá las tradiciones más clasistas y conservadoras de la tradicional sociedad británica.
Los orígenes de Markle han dado mucho que hablar y escribir en Gran Bretaña. Doria es afroamericana y Thomas, su padre, es blanco de pelo rojo (es de origen irlandés). Nadie en la familia se extrañó cuando la niña nació con la piel clara y el pelo negro. Fuera en cambio, a falta de información, las cosas eran diferentes: a Doria Ragland, madre de la futura duquesa de Sussex, le preguntaban si era la niñera. Hace tan solo 36 años de eso y tanto se acuerdan del detalle que lo suelen contar como anécdota. Podría ser, sin duda, una de las que se contó en Buckingham Palace cuando el príncipe Harry presentó a la familia de su prometida.
La sinceridad luchadora de Meghan
El hecho de ser ‘birracial’ es algo que Meghan ha sufrido y ha disfrutado a partes iguales, tal y como ella ha comentado en alguna ocasión. Lo decíamos, en la citada entrevista a la revista 'Elle' (publicada en 2015) se mostró clara al respecto: “Ser ‘birracial’ dibuja una línea difusa que te hace tambalear y a la vez te ilumina. Mi herencia mixta ha creado un área gris alrededor de mi autoidentificación, lo que me ha permitido mantener un pie a ambos lados de la verja. Y he decidido aprovechar eso. Para decir quién soy, para compartir de dónde vengo, para dar voz al orgullo de ser una mujer de doble raza, fuerte y con autoestima”.
Meghan cuenta incluso que alguna vez ha oído cómo desconocidos insultaban a su madre usando la ‘N word’, fórmula que en EEUU se usa para hablar de la palabra 'nigger', lo que vendría a ser negrata en español. Es consciente de su condición y seguramente estaba más preparada que el príncipe Harry para escuchar las críticas cuando comenzaron a salir. El nieto de la reina de Isabel II salió al paso bastante ofendido: "El príncipe Harry está preocupado sobre la seguridad de la señorita Markle y está profundamente decepcionado de no haber sido capaz de protegerla", declararon desde el Palacio de Kensington cuando ya se había confirmado su noviazgo.
Un hecho histórico
Las aguas se han templado y ya han anunciado su compromiso, lo que convertirá Londres en escenario de un hecho insólito e histórico: que alguien de raza negra o con antepasados directos entre a formar parte de la familia real británica. Un matrimonio interracial en una monarquía europea, en concreto, en la monarquía británica. Sin duda no será el único hecho insólito. Porque el origen de la familia Markle es católico por parte de madre y judío por parte de padre, y es humilde se mire por donde se mire. Doria es instructora de yoga y solo hace un año que logró graduarse en la Universidad de South California en Educación Social, algo que le ha servido de ayuda en su trabajo como trabajadora social. Según su página de Facebook, Ragland trabaja en el Didi Hirsch Mental Health Services de California.
La futura consuegra del futuro rey de Inglaterra (si el príncipe Carlos accede al trono alguna vez, claro) es una mujer sencilla que vive en un barrio popular de Los Ángeles. Crenshaw es un vecindario con altos índices de criminalidad (según ha publicado el 'LA Times'), con bajos ingresos, multicultural -donde la mayoría de la población es afroamericana- y que está sufriendo la gentrificación típica de zonas baratas, por lo que en los últimos tiempos se está convirtiendo en un lugar de moda entre artistas y jóvenes.
Acostumbrada a los medios
La madre de Markle no ha vivido siempre allí. Ragland se mudó hace casi siete años, tras la muerte de su padre, y tal como ha podido testimoniar el 'Daily Mail' en un reportaje fotográfico, habita una casa pequeña y sencilla de paredes verdes y poco jardín. El asedio periodístico al que se ha visto sometida esta trabajadora social es lógico si tenemos en cuenta el futuro que le depara a su hija. Pero es que, además, Meghan ya era famosa antes de conocer al nieto de Isabel II. Ha pasado de ser una actriz de éxito a ser la futura esposa del príncipe Harry. Y Ragland estaba acostumbrada a acompañar a su hija a algún estreno en la alfombra roja. Madre e hija están muy unidas y hay ya varios testimonios gráficos en los que se las puede ver compartir momentos relajadas con Harry, entre risas y arrumacos.
Los padres de Markle se separaron cuando ella tenía seis años y siempre ha vivido con su madre, en el centro de Los Ángeles, un barrio más tranquilo que el de su madre de ahora. La historia de Meghan es la del éxito. Ha dejado la popular serie 'Suites', donde ejercía de sexy abogada, porque lo que le deparará el futuro es incompatible con la vida de estrella de Hollywood. Lo que seguramente podrá compaginar es su labor como embajadora de buena voluntad de varias ONG. Le interesa especialmente la situación de África y suele apoyar causas relacionadas con el continente negro.
Con la figura de la princesa Diana muy presente, el príncipe Harry anunciaba este lunes su compromiso con Meghan Markle. Y seguramente la futura princesa podrá dar continuidad a la labor solidaria que llevaba a cabo la que sería hoy su suegra. El compromiso también habrá servido para aclarar quién es Meghan Markle y la boda pondrá cara a su familia. Así, la princesa Meghan podrá seguir el legado de Diana sin tener que dar más explicaciones sobre quién es y cómo es.
"Siempre me preguntan que qué soy, y una vez he contestado, vuelven: 'Sí, ya, pero ¿de dónde eres?, ¿de dónde son tus padres?', me preguntan... Podría seguir contándoles que me crié aquí o allá, pero al final les doy lo que buscan: 'Mi padre es caucásico y mi madre afroamericana. Soy medio blanca, medio negra". Así de claro se expresaba Meghan Markle en una entrevista en 2015. Doria, su madre, es mulata, una profesora de yoga de origen humilde que romperá las tradiciones más clasistas y conservadoras de la tradicional sociedad británica.