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Ana García Lozano nos abre el álbum de su boda: "Viví cada momento del día sin nervios y con mucha alegría"
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WEDDING REMEMBER

Ana García Lozano nos abre el álbum de su boda: "Viví cada momento del día sin nervios y con mucha alegría"

Recién cumplidos sus 25 años de casados, la periodista Ana García Lozano nos descubre los detalles más personales y emotivos de su boda, celebrada en un antiguo edificio madrileño del siglo XVIII rodeado de naturaleza

Foto: Ana García Lozano y Víctor García. (Cortesía)
Ana García Lozano y Víctor García. (Cortesía)

Como no podía ser de otra manera, la periodista y presentadora Ana García Lozano y su marido, el productor Víctor García, se conocieron trabajando en televisión. "Era la única manera de socializar porque en los comienzos de Telecinco eran muchas las horas que nos pasábamos en la redacción y en los platós de la cadena", apunta Ana.

En aquella época -hablamos del año 1994-, la novia presentaba un talk-show vespertino con muchísimo éxito de audiencia y Víctor era el director del programa: "Al principio, Víctor era solo mi compañero de trabajo y mi mejor amigo, pero hasta que no pasó a ser mi director en 'El programa de Ana', no tuve claro que aquello podía ir más allá. Víctor lo intentaba pero yo decía: 'A ver si lo vamos a fastidiar'. Pero no fue así. Siempre digo que me gustó que me mandara. Como ya nos conocíamos tanto, tuvimos un noviazgo de muy pocos meses".

Una vez decidida la fecha de la boda, el 16 de julio de 1995, los novios eligieron el Palacio del Negralejo, un antiguo edificio del siglo XVIII construido a orillas del río Jarama, en Madrid, para darse el 'sí, quiero': "El espacio nos gustó desde el primer momento que lo visitamos. Allí lo celebramos todo: nos casamos en la ermita y organizamos el cóctel al aire libre y el banquete en el espacio La Rosaleda bajo una enorme capa transparente".

Lo cierto es que Ana, quizá por su experiencia en los directos televisivos, apenas se puso nerviosa el día de su boda: "Fue todo muy emotivo, de principio a fin. Y es cierto, estuve bastante tranquila. Tenía 31 años, sabía perfectamente lo que hacía y lo disfruté muchísimo".

placeholder Los novios acompañados de sus padrinos.  (Cortesía)
Los novios acompañados de sus padrinos. (Cortesía)

La ceremonia religiosa fue oficiada a las ocho de la tarde por el sacerdote José Luis Gago, compañero de Ana en la cadena COPE, y los padrinos fueron el padre de la novia y la madre de Víctor: "De camino a la iglesia, acompañada de mi padre, mi tío y mi hermano, nos dimos cuenta de que iba a llegar demasiado pronto y decidimos parar el coche durante unos minutos para hacer tiempo y, como dijo mi hermano, no parecer 'una novia ansiosa".

Tantos fueron los familiares y amigos que les acompañaron ese día que Ana reconoce que fue imposible hacerse una foto con su marido completamente solos: "Creo que no tengo ni una sola fotografía de nosotros dos. Cuando empezamos a fotografiarnos con nuestros invitados, se ponían unos, se quitaban otros... Fue imposible quedarnos a solas". Del menú de la cena apenas se acuerda: "Es que, como les pasa a muchas novias, apenas comí nada. Solo recuerdo dos platos deliciosos: una crema de melón con virutas de jamón y unos langostinos al whisky espectaculares".

placeholder Ana acompañada por su padre, Baldomero García.
Ana acompañada por su padre, Baldomero García.

Viniendo de una numerosa familia de artistas -el padre de Ana era Baldomero García, guitarrista y hermano del célebre cantante Manolo Escobar, y su madre, Maruja Lozano, una reconocida cantante de canción española-, la fiesta resultó de lo más divertida y animada. "Abrimos el baile con el tradicional vals, pero, a partir de ahí, todo fue puro jolgorio. Un amigo de mis padres nos regaló la actuación maravillosa de un coro rociero, y otro, un grupo de salsa cubano. La verdad es que no paramos de cantar y bailar hasta las seis de la mañana. La primera yo, que como me encanta bailar, me atreví con unas sevillanas, e incluso canté otras. Lo pasamos genial", recuerda la novia. "Lo mejor de todo es que lo disfrutamos muchísimo porque nos acompañaron todos los amigos y compañeros de trabajo que Víctor y yo compartíamos y que eran muchísimos".

Tras la fiesta, los novios pasaron su primera noche de casados en el hotel Palace de Madrid, un regalo de un amigo de los padres de la novia. Dos días después iniciaron su luna de miel: "Un viaje que para mí fue una sorpresa. Víctor se ocupó de prepararlo todo y mi amiga Inés vino a ayudarme a hacer la maleta porque yo no tenía ni idea del lugar al que iba a volar. Una vez en el aeropuerto, se descubrió el destino: Los Ángeles, Honolulu, San Francisco y Las Vegas. ¡Flipante!".

placeholder Los novios abrieron el baile con el clásico vals. (Cortesia)
Los novios abrieron el baile con el clásico vals. (Cortesia)

Un vestido de Caprile

"Mi vestido lo diseñó Lorenzo Caprile, un par de años antes de que le hiciera el suyo a la infanta Cristina. Cuando acudí a su taller solo tenía claro que quería algo sencillo y veraniego que me permitiera disfrutar del día, sin líneas sirenas demasiado encorsetadas, pedrerías ni encajes, y lo cierto es que nada más conocer a Lorenzo y conversar unos minutos con él, me encantaron sus ideas y dejé que me asesorara en todo". ¿El resultado final? Un corsé palabra de honor y una falda acampanada con algo de cola, realizado en filadis de seda natural de la casa Rafael Catalá. Un material maravilloso que ya no se fabrica. Como Ana quería lucir sus hombros al descubierto, pero llevando manga, se 'inventaron' en las pruebas unos manguitos que en el baile podían desmontarse para disfrutar de la fiesta. "Mi única sugerencia fue llevar velo, más que nada porque a Víctor le hacía ilusión -más que a mí- levantarlo en la ceremonia y verme aparecer 'a cara descubierta".

placeholder Ana, bailando unas sevillanas con su vestido de Caprile. (Cortesía)
Ana, bailando unas sevillanas con su vestido de Caprile. (Cortesía)

"Como únicas joyas llevé un anillo y unos pendientes preciosos de brillantes y perlas que me hizo mi madre y que, desgraciadamente, me robaron años después. El ramo, un pequeño bouquet redondo de rosas blancas, me lo hicieron en una floristería de unos amigos de mis padres". Del maquillaje, muy natural, y el peinado, un recogido bajo adornado con paniculata y un camafeo, se encargaron dos compañeras de maquillaje y peluquería de Telemadrid, donde Ana trabajaba en ese momento. El novio eligió un traje negro con chaleco y corbata gris.

¡Sí, quiero!... 25 años después

El año 2020, Ana y Víctor cumplían veinticinco años de casados y querían celebrarlo con una ceremonia religiosa, en la misma ermita del Palacio del Negralejo, y una fiesta junto a sus seres queridos, pero la pandemia se interpuso en sus planes y tuvieron que retrasarlo. La periodista y el productor esperaron a que las restricciones se relajaran y pusieron en marcha -esta vez, sí- su romántico proyecto: '25 + 1', 25 años de amor y uno de pandemia. "Volvimos a casarnos en el mismo lugar, con algunos de los invitados de entonces y otros nuevos. Esta vez nos casó el Padre Ángel y los padrinos fueron nuestros dos hijos, Pablo y Natalia. Fue una fiesta inolvidable en la que Pablo, que es músico, tocó con su grupo mientras nosotros no parábamos de cantar y bailar aunque, en esta ocasión, no fue hasta tan tarde porque estábamos en plena pospandemia. Natalia, que es fotógrafa, se encargó de hacernos un vídeo con el que todos, lógicamente, nos emocionamos mucho. ¿Mi look? Un mono largo blanco con cuerpo de tul transparente firmado por Vicky Martín Berrocal".

placeholder Ana con su hijo Pablo, padrino de sus bodas de plata. (Cortesía)
Ana con su hijo Pablo, padrino de sus bodas de plata. (Cortesía)

Al llegar a Madrid, a Ana le esperaba una sorpresa más: su marido Víctor había reservado la misma suite del hotel Palace donde pasaron su primera noche de casados. "Esta vez nos fuimos a París de luna de miel porque es nuestra ciudad favorita. Siempre digo que en otra vida he debido ser parisina, porque allí me siento siempre feliz. Pero esa ya es otra historia".

Como no podía ser de otra manera, la periodista y presentadora Ana García Lozano y su marido, el productor Víctor García, se conocieron trabajando en televisión. "Era la única manera de socializar porque en los comienzos de Telecinco eran muchas las horas que nos pasábamos en la redacción y en los platós de la cadena", apunta Ana.

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