Ze García: "Para crear un vestido de novia, me inspiro en la historia de amor de la protagonista"

El nacimiento de Ze García coincidió con el boom de las redes sociales: “Supimos aprovechar el momento y junto con ahora grandes creadoras de contenido que también empezaron en ese momento y le vieron futuro nos dimos visibilidad mutuamente y funcionó increíble. Nuestro crecimiento fue orgánico”.

Tenemos que remontarnos a 2013, el año que José María García (Santander, 1988) pegó el pelotazo en la industria de la moda con una pieza concreta: los bodys. “Una prenda que ahora es superfácil de encontrar, pero que en ese momento no lo era tanto. Y los acompañábamos con faldas. De ahí fuimos incluyendo más diseños y otro tipo de vestidos de fiesta, y como trabajábamos ya con el ‘a medida’ y ‘bajo pedido’ nos comenzaron a pedir también vestidos de novia”, declara el modisto.

Su taller está situado en Barcelona. Desde allí crea y viste a las influencers más relevantes del país. Aida Domenech, Jessica Goicoechea o Laura Escanes son sus fieles, pero hay muchísimas más. Una fusión de aires, del norte y la Ciudad Condal, que conforman su estilo. “El clasicismo del norte y el vanguardismo de Barcelona forman parte de mi ADN”, dice en su página web. Un algo especial, único y diferenciador que se nota en sus vestidos, desde los que idea para las alfombras rojas hasta los que idea para las novias. “Fue en 2016 cuando lanzamos nuestra primera colección nupcial. Funcionó muy bien y aquí seguimos”.

Con tres premisas fundamentales: alta costura, filosofía 'slow fashion' y el arte materializado en todos los trajes. “Siempre hemos trabajado cada pieza artesanalmente, una por una, de forma personalizada. Igual que cualquier obra de arte. Por lo tanto, los diseños de la firma tenían razón de ser si trabajamos la alta costura a medida. A día de hoy continuamos trabajando así, como operaban las grandes casas de costura del siglo pasado, con una filosofía 'slow fashion'. Ahora ya hay muchos ateliers focalizados también en prendas de fiesta a medida, pero hace 10 años no, era un campo desconocido para la gente joven”, explica el joven creador.

Diferentes y cargados de personalidad, según Ze García, sus vestidos de novia tienen un denominador común: “El alma de nuestros diseños no solo soy yo, sino el trabajo colectivo que hay detrás de ellos, un buen diseño, una buena elección de tejidos, una buena ejecución de patronaje y confección y un mimo y cuidado al detalle de principio a fin. Ese sería el gran punto en común”.

Las suyas son novias fuertes, con las ideas claras, a las que les encanta la moda y disfrutan mucho del proceso de atelier: “Mis diseños se distinguen por una elegancia atemporal que acompaña al carácter de una mujer muy empoderada y con un punto sensual. Todos son a medida según el estilo y la personalidad de cada novia”.

Como hemos avanzado, el centro de operaciones de la firma de alta costura para invitadas y novias está ubicado en Barcelona; para ser más exactos, en la calle de Josep Bertrand, 13. Ahí comienza un proceso de creación completamente transparente: “Nosotros tenemos el taller acristalado y visible, por lo que las novias ven cómo se va confeccionando su vestido y forman parte de todo el proceso”. Prueba a prueba, José María practica la escucha activa. “Creo que es muy importante. Estoy presente junto con el equipo de modistas y patronistas, y en cada una de ellas vamos moldeando el diseño sobre la clienta e incluso elegimos acorde al vestido todos los complementos para su boda. Las flores, los zapatos, la joyería… Como guiño final acompañamos siempre nuestros vestidos de novia con un cristal azul para que les dé suerte y les entregamos un esbozo firmado y fechado por mí de su vestido”, precisa el diseñador.

En el caso de los vestidos para novias creados desde cero, la inspiración está “en su propia historia de amor. Soy muy cinematográfico y me imagino el vestido perfecto para ellas sentándome a escuchar todos los detalles de sus ceremonias y qué les gustaría transmitir ese día”. Algo que es diferente respecto a las colecciones: “Puedo encontrar la inspiración en cualquier parte, desde una obra de arte, un paisaje natural o hasta una película”.

Sus materiales preferidos son los tejidos nobles: “Los crepés con un buen gramaje y peso, los tafetanes y los mikados. En fiesta, las sedas naturales, satén, punto de seda, terciopelo en invierno y pedrerías y cristales de Swarovski”.

Al final de este proceso y con la novia lista para caminar hacia el altar, el fundador de Ze García siente agradecimiento, "por confiar en nosotros", y también mucha ilusión. Son meses de trabajo y “un proceso que vives con ellas desde el minuto 1, las conoces y das forma a todo el proyecto. Ver cómo lo disfrutan y saber que has formado parte de alguna manera en ese día tan bonito para ellas es muy guay”, confiesa. Una sensación que va en consonancia con lo que sus novias buscaban el día que llamaron a su puerta: “Una experiencia totalmente personalizada. Un vestido de novia único que sea ‘su vestido’, acorde a su historia y al escenario”.

Los vestidos de novia que llevan la firma y la etiqueta Ze García siempre enamoran a las redes sociales y alcanzan el codiciado calificativo de virales. “Es señal de que se valora todo el trabajo que hay detrás de cada una de las piezas”. Tantos trajes a lo largo de estos siete años como marca nupcial que, García confiesa, no puede elegir solo uno: “No podría quedarme con uno, aunque parezca mentira. Tengo muchísimas novias que luego se han viralizado y otras que no, algunas que no comparten sus imágenes ni en redes, pero todas me han gustado mucho. Como todas ellas se trabajan de una manera individual en el atelier, la relación acaba siendo muy estrecha y les tengo cariño a muchísimos vestidos, imposible quedarme solo con uno, o dos o tres”.

Por soñar, al cántabro le hubiera gustado vestir a Sofia Richie para su boda: "Cuenta con un estilo muy lujo silencioso, como nosotros". Y puestos a imaginar y viajar al pasado, “elegiría los primeros vestidos de novia más virales de la historia: el de la mujer de Kennedy, Carolyn Bessette o el de Grace Kelly”.