A los 11 años 9 de cada 10 niños han visto porno en el móvil: cómo evitar el acceso de los más pequeños
Una buena educación sexual pasa por que padres y educadores asuman este tema de una manera natural. Sin embargo, el acceso a contenido pornográfico debe estar prohibido
Hay un dato que alarma a padres y expertos: España está a la cabeza de la Unión Europea en el uso del móvil por parte de los niños adolescentes. En concreto, frente al 12,7% de la media comunitaria, en nuestro país el porcentaje es de casi el 33%. Además, si a este consumo le unimos el empleo de la pornografía como uno de los atractivos de las pantallas para los jóvenes y adolescentes, el peligro se multiplica.
Lo realmente preocupante es que el 90% de los niños menores de 10 años han visto algún contenido de carácter pornográfico en sus móviles o en dispositivos de sus amigos y esto, según los expertos, crea modelos que pueden derivar en futuras conductas de abuso sexual y otra serie de manifestaciones sexuales violentas.
“Si no los entienden bien, porque no tienen la edad o madurez suficiente, los malinterpretarán. Y en el caso de la pornografía, esos les producirán modelos y expectativas falsas a cerca de su sexualidad” afirma la psicóloga Teresa Pereira en una entrevista con el portal, ‘Ser padres’.
Un dato que preocupa, puesto que en los últimos años la edad media de los abusadores ha descendido y cada vez se producen agresiones entre los más jóvenes, perpetuadas por adolescentes. Por eso, aunque si hablamos del uso de las pantallas, podemos moderarlo y siempre que los contenidos sena los adecuados se pueden facilitar a nuestros hijos, con la pornografía la pauta debe ser la de prohibir todo tipo de contenidos relacionados.
Como evitar el acceso de los más pequeños
Aunque suele ser que prohibir algo genera más interés, en el caso de la pornografía a los más pequeños se les debe prohibir totalmente el consumo de estos contenidos. Advierten los expertos que esa visión distorsionada de la realidad sexual es precisamente la que genera modelos de conducta peligrosos y hace que la sexualidad no esté interiorizada por los niños de manera natural.
Hay varios campos en la que, tanto padres como educadores, deben poner especial atención para que los niños entiendan este apartado fundamental de sus vidas como algo natural y de lo que estén concienciados con tipo de responsabilidad. Por eso, lo primordial es mantener un control de lo que ven nuestros hijos e hijas, manteniendo su intimidad.
Se recomienda que los niños tengan acceso solo a contenido cuyo certificación sea la correcta para su edad. Que en esos momentos, en los que nuestros hijos utilizan las pantallas, haya la presencia de un adulto verificando que el contenido sea apto y que no le permita ir llegando de un enlace a otro por su cuenta. Es decir, evitar a toda costa esas páginas en las que puedan saltar otros contenidos relacionados con la pornografía o elementos no aptos para la infancia.
Por eso, se recomienda el uso de aplicaciones cuyo contenido haya sido revisado previamente y que disponga de algún sistema de control parental. Además, los tiempos que los niños y adolescentes pueden usar este tipo de dispositivos es muy importante que esté regulado de la forma que los expertos indican, según la edad del consumidor.
La educación sexual es clave
Además del control de dispositivos y móviles, lo crucial, según los expertos, es que los jóvenes tengan buenos modelos sexuales y que la educación en este sentido sea la adecuada. Una responsabilidad en la que, además del papel de los padres y familiares, es muy valioso que los educadores apoyen la tarea de las familias y enseñen, con total naturalidad, la sexualidad a los niños.
“Cuando la sexualidad se asocia a algo oculto o a algo prohibido, les podemos estar generando mayor interés por ello. Es entonces cuando, sin querer y si no nos preguntan a nosotros, sus padres, pueden encontrarse con la pornografía. Y hoy en día se encuentra muy fácilmente porque todo está a golpe de click”, advierte Carolina Angel, psicóloga de Psicólogos de Pozuelo, en 'Ser padres'.
Se trata de que los padres puedan manejar estos temas con naturalidad para que los hijos puedan confiar y hablar sin tapujos sobre las dudas que, de manera totalmente normal, surgen en la mente de los niños al respecto. Eso sí, a veces son los padres los primeros que no están preparados para abordar el asunto, ya que, por sus propios miedos o su educación sexual, no están preparados.
Por eso, otra de las recomendaciones que hacen los expertos consisten en que los adultos se paren a hablar de cómo afrontar este tema de la mejor manera posible y que, en caso de sentirse abrumados, no duden en pedir ayuda a los especialistas en el tema.
El tercer pilar en esa educación sexual serán las escuelas, por lo que la psicóloga, Teresa Pereira, defiende que “todos deben educar hacia la sexualidad sana y responsable” afirmando que el “objetivo es que nuestros menores alcancen una sexualidad basada en la responsabilidad y la igualdad”. Algo para lo que “las escuelas deben trabajar la sexualidad desde la infancia con buenos contenidos transversales y a lo largo de toda la escolaridad”.
Ante esto, parece claro como padres ser muy responsables a la hora de manejar todo lo relacionado con la sexualidad y por ende, el consumo de móviles y dispositivos que faciliten el acceso a contenidos inadecuados al respecto. Frente al uso de pantallas, hay otras motivaciones como el fomento de la lectura entre niños, con los que pueden ahorrarse muchos problemas en la niñez.
Hay un dato que alarma a padres y expertos: España está a la cabeza de la Unión Europea en el uso del móvil por parte de los niños adolescentes. En concreto, frente al 12,7% de la media comunitaria, en nuestro país el porcentaje es de casi el 33%. Además, si a este consumo le unimos el empleo de la pornografía como uno de los atractivos de las pantallas para los jóvenes y adolescentes, el peligro se multiplica.