Cinco usos del vinagre que no conoces y te ayudarán en tu día a día, según una gurú de la limpieza del hogar

El vinagre de limpieza es un químico artificial muy económico. Y tiene mil usos dentro de una casa. Es un producto combinable con otros que da unos resultados de diez. De hecho, es más efectivo que el vinagre alimentario, ya que tiene un nivel de acidez superior: el vinagre normal tiene una acidez de entre 4 y 5 grados y el de limpieza entre 6 y 7 grados. Por esto es más eficiente, y además es ecológico. Aun así, un vinagre alimentario claro, de vino o de manzana, también vale para las siguientes funciones, ojo, con algunas restricciones. Aquí van 5 usos del vinagre, recetados por una gurú de la limpieza en casa.

El vinagre de limpieza se puede usar en exteriores para ahuyentar a los bichos e insectos. Si por ejemplo, se quiere celebrar una comida en un patio o en un jardín, bastará con rociar este químico por las superficies, como la mesa, el suelo y las sillas, para que no haya ninguna molestia inoportuna. En este caso solo sirve el vinagre de limpieza, ya que los aromas del de vino o de manzana pueden incluso atraer a los insectos. “Si el suelo es de tipo mármol o porcelánico, evitad echarlo ya que puede estropear el brillo del material”, ha advertido la experta.

Otro uso del vinagre de limpieza para el exterior de la casa es que sirve para acabar con las malas hierbas. Solo hay que rociar un poco por encima y con el tiempo las malas hierbas acabarán secas. Eso sí, hay que tener cuidado de no rociar también plantas que no queramos que se mueran, porque funciona indiscriminadamente igual de bien.

En la cocina el vinagre también funciona, y no solo dentro de las ensaladas. Si estás cocinando pescado y no quieres que huela toda la casa, pon al lado a hervir un litro de agua con un vaso de vinagre, y adiós a los olores. “Y no, tranquilos, porque no va a oler toda la casa a vinagre”, ha revelado la Ordenatriz.

En el caso de que se tengan cubiertos oxidados, un chorro de vinagre de limpieza en una bayeta será suficiente para poder empezar a quitarles el óxido. Quedan como nuevos. E incluso en el caso de que la capa de óxido sea muy gorda, se puede dejar el objeto en cuestión a remojo en vinagre y se desprenderá el óxido 24 horas después.

Por último, el vinagre sirve para limpiar y abrillantar las superficies de acero y aluminio. Se mezcla a partes iguales una de agua y una de vinagre de limpieza y con una bayeta se repasan todas las superficies, que lucirán con un brillo espectacular.