¿Cuáles son las consecuencias de dejar de conducir en una persona mayor? Esto es lo que dice la Universidad de Harvard
El riesgo de perder independencia puede ser hasta cinco veces mayor en quienes dejan de conducir, en parte debido a la reducción de su movilidad y el deterioro físico y cognitivo
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La conducción no es solo una actividad que forma parte de nuestra vida diaria, sino que también es una forma de expresión de independencia y libertad. Con el paso de los años, puede cobrar un nuevo significado, especialmente para las personas mayores, quienes ven en el volante una conexión con el mundo exterior y una forma de conservar su autonomía.
La decisión sobre el momento en el que una persona mayor debe dejar de conducir puede suponer un desafío para muchas familias. Según un estudio publicado en la revista 'Journal of the American Geriatrics Society', el abandono de la conducción puede conllevar una disminución notable en la calidad de vida de estas personas, duplicándose así las probabilidades de desarrollar síntomas depresivos. Esta consecuencia se explica por la pérdida de independencia y el aislamiento social que pueden surgir al dejar de conducir.
Desgraciadamente, el impacto de dejar de conducir no se limita únicamente a la esfera emocional. Según el estudio, los adultos mayores que dejan de conducir, experimentan una reducción en la actividad física fuera del hogar. La falta de movilidad no solo restringe sus desplazamientos, sino que limita su participación en actividades sociales, fundamentales para su salud emocional.
Tanto la Universidad de Harvard como la investigación expuesta en 'Journal of the American Geriatrics Society' advierten que dejar de conducir incrementa el riesgo de ingreso en residencias de larga estancia o centros de asistencia.
Un análisis reciente de la Universidad de Harvard, liderado por el doctor Robert H. Shmerling, describe varios indicadores que pueden ayudar a evaluar la seguridad de un conductor de edad avanzada. Los expertos de Harvard recomiendan que el entorno cercano ofrezca alternativas de movilidad para facilitar la transición a un estilo de vida sin conducción. Algunas opciones como el transporte público, los servicios de entrega a domicilio y el apoyo de familiares en actividades externas no solo mejoran la seguridad, sino que permiten a la persona mayor mantenerse en contacto con su entorno y continuar siendo activa socialmente.
El acompañamiento familiar y la opinión del médico son muy importantes para que la persona acabe aceptando que debe dejar de conducir, ya que el consejo profesional suele ser determinante en la toma de decisiones importantes.
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