En el cambiante universo de las relaciones sentimentales, un nuevo concepto se ha abierto paso con fuerza: las situationship. Se trata de vínculos románticos o sexuales que carecen de etiquetas formales, compromisos fijos o la necesidad de definirse como pareja. Una especie de “zona intermedia” entre la amistad con derecho y la relación estable, que cada vez es más común entre la Generación Z y los llamados centennials.
Lejos de ser una moda pasajera, este tipo de vínculos responden a un cambio profundo en la manera de entender el amor. Según algunos expertos, los jóvenes actuales se muestran más reflexivos sobre sus necesidades, más abiertos a la diversidad sexual y menos presionados por los guiones tradicionales de pareja. Tras haber crecido en plena era digital y marcado por experiencias como la pandemia, este grupo prefiere explorar relaciones que se ajusten a su momento vital, sin obligación.
Preocuparte por lo que tu pareja necesita en cada momento. (Pexels)
Los datos acompañan esta tendencia: un informe de Tinder sobre el futuro de las citas señala que ocho de cada diez jóvenes priorizan su bienestar personal por encima de la búsqueda del “príncipe azul”. Además, casi un 80% espera que la otra persona esté en la misma sintonía emocional. Pero no todo es idílico. Expertos en comunicación y psicología recuerdan que la inmediatez de las redes sociales, junto con la exposición constante a comparaciones y presiones externas, puede añadir un grado de confusión a estas experiencias.
En ocasiones, la situationship se convierte en terreno fértil para la ambigüedad: se comparten rutinas de novios sin llegar a serlo, lo que genera frustración si una de las partes desea avanzar hacia un compromiso mayor. Afrontar con éxito este tipo de vínculos pasa, según los especialistas, por tres claves: tener claridad sobre lo que se busca en el momento, comunicarlo de forma abierta a la otra persona y establecer límites emocionales que eviten malentendidos.
Vivir una relación sin etiquetas puede ser liberador siempre que ambas partes estén alineadas; de lo contrario, el riesgo es caer en dinámicas de autoengaño o dependencia afectiva. Lo cierto es que las relaciones han dejado de seguir un guion predecible y hoy cada generación construye sus propios códigos. Las situationship son solo un ejemplo de cómo el amor, como la vida, también se reinventa con el paso del tiempo.
En el cambiante universo de las relaciones sentimentales, un nuevo concepto se ha abierto paso con fuerza: las situationship. Se trata de vínculos románticos o sexuales que carecen de etiquetas formales, compromisos fijos o la necesidad de definirse como pareja. Una especie de “zona intermedia” entre la amistad con derecho y la relación estable, que cada vez es más común entre la Generación Z y los llamados centennials.