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Probamos el pole dance, el deporte de las strippers
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Probamos el pole dance, el deporte de las strippers

Este texto comienza con spoiler: la autora que firma el texto, sobrevivió al reto. Eso sí, fue el más duro hasta la fecha para nuestra catadora 'fitness'

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Este texto comienza con spoiler: puesto que la autora firma el texto, sobrevivió al reto. Eso sí: fue el más duro hasta la fecha.

Ser catadora defitness es una actividad de riesgo en la que las agujetas están a la orden del día, pero el pole dance era un reto que me imponía mucho respeto. Acudí a Flow Pole Dance dispuesta a averiguar si lo que mi monitor del gimnasio me había advertido era cierto: ¿estaba demasiado preocupada por tonificar y había olvidado el entrenamiento funcional? Es decir,¿tanta sentadilla y tanta pesa me ayudarían a mantenerme sobre la barra, o resultaría que los músculos no darían de sí? Pronto lo averiguaría…

El pole dance es una disciplina deportiva y artística que aúna fitness y danza. Lógicamente, la barra vertical es la protagonista de esta práctica. Las clases incluyen rutinas de baile y acrobacias, por lo que el trabajo cardiovascular es notable y se pueden llegar a quemar hasta 600 calorías por sesión.

En las clases no hay distinción de niveles, por lo que en mi primera experiencia pole comparto espacio con dos chicas con meses de entrenamiento a sus espaldas, una primeriza y una chica que experimenta su tercera clase. Puesto que ha practicadoCrossfit, su musculatura es envidiable y hace auténticas virguerías.

Nuestra profesora, Tania Guillén, nos hace estirar durante unos minutos y nos explica a las novatas lo que vamos a hacer en nuestra primera clase. Front hook /back hook, seat, fireman, posición de equilibrio e… INVERTIDO. Reconozco que temblé, puesto que algo tan sencillo como hacer el pino me da pánico. Trepar a la barra puede parecer sencillo, pero no lo es: requiere una gran fuerza en los brazos. Mantenerse arriba exige concentración y mucha energía. A los 10 minutos de clase estaba sudando y pensando cómo plantear en la oficina al día siguiente que mi contrato necesitaba una cláusula de riesgo.

Al calentar hicimos oblicuos con la barra: abrazas la barra con el ángulo posterior de la rodilla y, con la otra pierna estirada y pegada a la barra, mantienes el equilibrio. No conseguí bajar más de un par de centímetros por miedo a caerme (¡y eso que me encantan los abdominales!). Para mi sorpresa (aquí va un flash-forward), antes de abandonar la clase de 90 minutos probé a hacerlos de nuevo y los hice sin problema. Una vez que pierdes el miedo a caerte y te familiarizas con la barra, todo es más sencillo.

La posición de equilibrio fue un imposible: no era capaz de mantenerme sentada con las piernas cruzadas en torno a la barra, por lo queestarsin sujetarme con los brazos se convirtió en un viaje sin retorno en el que descubrí que el hierro duele (la cara interior de mis músculos así lo atestiguó al día siguiente).Mi otra compañera primeriza no tuvo el mismo problema, por lo que tengo que dar la razón a mi monitor: mis musculitos son una estafa.Mientras que Tania me explicaba con paciencia cómo hacer cada ejercicio, las más avanzadas iban haciendo movimientos más elaborados. Me sorprendió la libertad que hay en clase: cada una se centraba en los movimientos que le apetecían y se ponían retos a sí mismas.

El pole dance mejora el sistema cardiovascular, la flexibilidad, coordinación, resistencia y tonicidad muscular. Corrige la postura, puesto que brazos, abdominales y glúteos han de estar contraídos para alinear el cuerpo al hacer giros que, por cierto, hice. Tania me explicó que desde la primera clase sabes si quieres seguir. Ella, que ha practicado gimnasia rítmica, me dijo que su primera vez fue muy dura, pero que supo que le encantaría. Yo, que amé la experiencia, tengo el defecto de abandonar todo lo que no me sale a la perfección en poco tiempo, por lo que supe que el pole no sería para mí. Es duro y las agujetas son atroces, pero también es divertidísimo y te sorprende la cantidad de ejercicios que llegas a hacer en tu primera clase.

Pregunto a la profesora cuántas clases recomienda a la semana. "Cuantas más clases des mejor, pero dado que es duro, muy duro, depende de las capacidades físicas de cada uno. Lo ideal serían 2 o 3, dejando mínimo un día entre cada 2 clases de descanso al cuerpo". Aprovecho para preguntarle qué otras disciplinas sería conveniente combinar con el pole. "TRX, yoga y streching. También lo combinaría con danza clásica y/o contemporánea".

Este texto comienza con spoiler: puesto que la autora firma el texto, sobrevivió al reto. Eso sí: fue el más duro hasta la fecha.

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