Letizia en Mallorca: del kiwi amarillo a la lección de vida para Leonor y Sofía

A las diez de la mañana llegaban al club náutico el Rey, la Reina y las niñas Leonor y Sofía. Un posado en la puerta del lugar en el que don Felipe explicó que tenía muchas ganas de navegar. Después se produjo la foto con la tripulación del barco Albarán, formado por discapacitados. Es la primera vez que compiten y Felipe VI quiso darles su apoyo aunque también les dijo, con humor, que eran “rivales". La consorte y las niñas estuvieron muy atentas a las palabras de este grupo que por fin ha conseguido estar en la Copa del Rey.

La tripulación del Aifos les esperaba en el pantalán y hasta allí se dirigió el grupo. La princesa de Asturias y la infanta Sofía no se salieron del guion marcado por la madre, que no deja nada a la improvisación. La heredera y su hermana mantienen el tipo y a lo más que llegan es a sonreír a la prensa y a algunos ciudadanos que se acercaron pero sin posibilidad de compartir 'selfies' con ellas. Después hubo más saludos, unos besos al resto de la tripulación y una gran atención a las explicaciones náuticas de su padre.

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Al principio, la Reina estuvo muy poco comunicativa con el entorno y dio la impresión de encontrarse poco cómoda. El gesto fue cambiando en el transcurso de la visita, que duró cerca de hora y media. Un tiempo récord comparado con otros años, en los que una vez que don Felipe se embarcaba ella solía desaparecer de las instalaciones.

Esta vez fue diferente e hizo el recorrido completo. Se acercó a saludar otra vez al equipo Albarán y habló con varios de los deportistas. Pepote, el patrón y Verónica Morales le explicaron lo complicado que les ha resultado llegar hasta aquí con la mínima ayuda y los pocos espónsors que apuestan por este tipo de tripulación. Un detalle fue significativo: tras atender a las explicaciones de los Albarán, Leonor y Sofía recibieron un consejo de su madre: "¿Veis lo importante que es el esfuerzo en la vida?".

Verónica Morales, la única mujer de la tripulación, les preguntó que si a ellas no les gustaba navegar. Contestaron que sí y fue doña Letizia la que añadió que las pequeñas "hacen mucho deporte en el colegio y sí han navegado". Pese a todo, quedó la duda de dónde lo han hecho en el caso de que así fuera, más allá de la respuesta educada.

La reina y sus hijas siguieron recorriendo el Naútico con la prensa y los ciudadanos alejados del trío real. Se pararon en un stand de kiwis que esponsoriza también la regata. En ese momento, llegó la sorpresa. Doña Letizia mantuvo una charla con las chicas que estaban repartiendo la fruta.

"Ha sido muy simpática. Nos ha preguntado que cuántos años teníamos, qué estudiábamos y si trabajábamos todo el verano. Les ha dicho a sus hijas "¿Veis lo que hacen? Trabajar y estudiar a la vez". Al responsable del la firma Zespri, la Reina le comentó que conocía esta marca neozelandesa, que prefiere los kiwis amarillos porque tienen más vitaminas y que todos los días se sirve esta fruta en su casa.

Si al principio la consorte no mostró mucha empatía con la prensa al final su trato fue cordial pero mínimo. Hubo única pregunta y una despedida con sonrisa incluida . "¿Van a seguir las niñas la regata?", le preguntaron. "¡Claro! Está su padre compitiendo".