El viaje sorpresa de Meghan (sola) a Nueva York que ha desconcertado a todos

La duquesa de Sussex es como una caja de sorpresas. Cuando no ha terminado de salir de una polémica, entra en otra.

Meghan Markle tomaba este mismo jueves por la noche, sin previo aviso y de manera completamente impulsiva, una decisión que está dando mucho de qué hablar.

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La esposa del príncipe Harry ha sido objeto de críticas este verano por varios motivos. El primero de ellos ha sido volar a bordo de jets privados para viajar a diferentes destinos durante sus vacaciones. El alto coste de estos medios de transporte y su fuerte impacto en el medio ambiente han hecho que Harry y Meghan sean objeto de las críticas más duras.

A ello se ha sumado el hecho de que Meghan haya declinado la invitación de la reina Isabel II para que vaya a visitarla este verano a su residencia de Balmoral, lo que para muchos ha sido un maleducado desplante por su parte.

Ahora, Meghan Markle ha vuelto a tomar una decisión que ya le está pasando factura en los medios británicos y en la opinión pública.

La nuera del príncipe Carlos decidió el jueves por la noche volar sola, sin la compañía de Harry y de su hijo Archie, a Nueva York. Este viaje inesperado y algo precipitado está motivado por el hecho de que la tenista Serena Williams, amiga íntima de la duquesa, juega este sábado 7 de septiembre un importante partido: la fina de US Open.

Meghan no ha dudado en viajar a los Estados Unidos para apoyar a su amiga desde las gradas.

Esta vez Meghan Markle ha volado en un avión convencional. Pero aún así no se ha librado de nuevas críticas. Muchos ven en este viaje un nuevo gesto de independencia que la duquesa parece querer mostrar en todo momento frente a la familia Real. Hay muchas personas a las que tampoco les ha parecido bien que Meghan se separe de Archie, de cuatro meses de edad, para realizar un viaje que consideran un capricho innecesario.

Por último, Meghan Markle deja claro que tiene tiempo y libertad de movimiento a pesar de ser madre, para lo que quiere. En este sentido muchos se preguntan por qué no le cuesta ningún trabajo cruzar el Atlántico y volar hasta los Estados Unidos pero sí viajar hasta Escocia para visitar a Isabel II.