Carlota Casiraghi, el férreo control de su imagen, también en su visita a España
La hija de Carolina de Mónaco presenta en Segovia el libro 'Archipiélago de pasiones', un tratado de filosofía junto a Robert Maggiori
Que Carlota Casiraghi ha sido siempre muy celosa de su intimidad es algo que siempre se ha sabido y de lo que ha dado muestras más que sobradas. La máxima manifestación tuvo lugar cuando este verano se casó por la Iglesia con Dimitri Rassam y ni sus invitados hasta el último momento supieron dónde iba a tener lugar la ceremonia.
Ahora que ha llegado el turno de promocionar el tratado de filosofía 'Arcipiélago de pasiones', que ha escrito con el que fuera su profesor de bachillerato, Roberto Maggiori, no ha hecho ninguna excepción en este sentido.
La hija de Carolina de Mónaco tiene muy claro que quiere disociar su figura pública como miembro de la familia Grimaldi con su faceta intelectual, lo que le ha llevado a evitar en las escasas entrevistas que ha concedido a evitar cualquier tipo de preguntas personales, que es, sin duda, la faceta que más interesa al público en general y que ella protege de una manera férrea.
Son muy pocos los detalles que han trascendido de su vida de casada con el productor francés Dimitri Rassam, hijo a su vez de una estrella como Carole Bouquet, y el infortunado productor Jean-Pierre Rassam, que las preguntas podrían ser infinitas, pero ella, en este caso solo quiere hablar de filosofía, lo que no deja de tener su lógica.
Sin embargo, lo más sorprendente es que Carlota está especialmente interesada en que se le puedan hacer fotos durante el acto, que se celebra en el Campus de Santa Cruz la Real de la IE Universitaria, por la que los asistentes, por ciertos, han pagado una entrada de siete euros, según ha publicado 'El día de Segovia'.
La intervención de Carlota está dentro del marco del festival 'Hay festival', que se clausurará el próximo 22 de septiembre y que ha generado una enorme expectación por la presencia de la nieta de la mítica Grace Kelly.
Sus primos, en las redes sociales
Carlota Casiraghi, en efecto, tiene una dimensión pública muy pequeña, en comparación la de sus hermanos Andrea y Pierre Casiraghi, y sus respectivas mujeres, Tatiana Santo Domingo y Beatrice Borromeo. Y no tiene presencia en las redes sociales, al contrario que sus primos, Pauline y Louis Ducruet (este último vendió la exclusiva de su boda con Marie Chevallier) y Camille Gottlieb, hijos de Estefanía de Mónaco.
Aunque acude a los grandes eventos en el Principado y no ha evitado las alfombras rojas o incluso los desfiles, el hecho de que resida en París, base de operaciones de la productora de su marido, le permite tener una dimensión pública menor.
Carlota sigue la línea de su madre, Carolina, sobre cuya vida personal hay un enorme vacío informativo al que ella contribuye de manera deliberada. Por eso, por ejemplo, ha logrado que sus embarazos no trasciendan hasta que se ha encontrado en un avanzado estado de gestación, y, de hecho, se especula con que vaya a ampliar su familia próximamente.
Que Carlota Casiraghi ha sido siempre muy celosa de su intimidad es algo que siempre se ha sabido y de lo que ha dado muestras más que sobradas. La máxima manifestación tuvo lugar cuando este verano se casó por la Iglesia con Dimitri Rassam y ni sus invitados hasta el último momento supieron dónde iba a tener lugar la ceremonia.