Cuando Victoria de Suecia superó su anorexia gracias al deporte y la terapia
Recordamos uno de los capítulos más difíciles en la vida de la heredera del trono del país escandinavo y cómo logró salir de él con éxito
El día que Victoria, ya como heredera del trono oficial de su país, comenzó a tomar parte activa de sus labores oficiales como hija de los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, también empezó uno de los episodios personales más duros y difíciles de sus vidas. Hablamos de la época de juventud de Victoria de Suecia y en la que rondaba la edad de 18 años. Seguramente el trastorno de la conducta alimentaria que padeció y sufrió con creces la princesa venía de largo, pero fue al cumplir la mayoría de edad cuando la enfermedad comenzó a ser latente en su físico y la Casa Real de Suecia lo confirmó en un comunicado oficial.
La princesa padecía anorexia, una noticia que impactó al mundo y que venía a revelar la complicada y estresante vida que Victoria llevaba por aquel entonces al ejercer como miembro de primera línea de la familia real de Suecia y sentir una inmensa presión por cada paso que daba o cada palabra que salía de su boca. La joven hija del rey Carlos Gustavo no pudo manejar todo lo que de pronto se le vino encima y acabó siendo diagnosticada de anorexia.
Pero como un buen y feliz final de cuento que se precie con una princesa como protagonista, Victoria logró superar la enfermedad y lo hizo gracias a la ayuda psicológica, nutricional y deportiva que recibió durante su tratamiento de recuperación.
Cuando en 1997, y tras muchas especulaciones sobre la salud y el estado tanto físico como mental de la heredera, la Casa Real de Suecia comunicó que Victoria se enfrentaba a un trastorno alimenticio, lo dejó todo, sus compromisos oficiales, su inminente entrada en la universidad y su vida en su país natal para trasladarse a EE. UU. y ponerse en manos de los mejores médicos y expertos en curar la anorexia con un exigente y exhaustivo tratamiento.
Ella misma confesó hace unos años en una entrevista que su marcha a Estados Unidos le ayudó "a aprender a poner nombre a los sentimientos, a marcar límites y a no exigirse demasiado", y que gracias a su estancia comprendió que "necesitaba un tiempo sola para recuperar mi equilibrio de nuevo".
El tratamiento al que Victoria de Suecia se sometió combinaba una rigurosa terapia psicológica, un plan nutricional muy completo que se iba adaptando según sus necesidades y evolución, y una rutina de ejercicios para devolverle el aspecto saludable del que siempre había hecho gala su imagen.
Tras cerrar ese capítulo de su vida, Victoria se quedó a vivir en EE. UU., estudió en la Universidad de Yale e hizo prácticas en la embajada sueca en Washington. Más tarde volvió a su país y se alistó en el ejército, cursó Ciencias Políticas en la Escuela de Defensa Nacional de Estocolmo y se especializó en la gestión de crisis y la cooperación internacional. Una evolución en positivo que vino a demostrar al mundo que con tesón, constancia y perseverancia (y ayuda) se puede salir airosa de cualquier batalla y ser mejor persona.
Hoy, a los 43 años, es una digna heredera del trono de Suecia, volcada y completamente entregada a las labores por su país, mujer de Daniel Westling y madre de dos hijos.
El día que Victoria, ya como heredera del trono oficial de su país, comenzó a tomar parte activa de sus labores oficiales como hija de los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, también empezó uno de los episodios personales más duros y difíciles de sus vidas. Hablamos de la época de juventud de Victoria de Suecia y en la que rondaba la edad de 18 años. Seguramente el trastorno de la conducta alimentaria que padeció y sufrió con creces la princesa venía de largo, pero fue al cumplir la mayoría de edad cuando la enfermedad comenzó a ser latente en su físico y la Casa Real de Suecia lo confirmó en un comunicado oficial.