Un amor clandestino que duró 33 años: la increíble historia del príncipe Bertil de Suecia y Lilian May Davies
Digno de película, descubre una de esas maravillosas historias románticas que te enternecerán el corazón
Al pensar en historias de amor increíbles, esas que parecen sacadas de las novelas más románticas, siempre tendemos a pensar que son producto de la imaginación de los escritores o guionistas.
Sin embargo, como ya hemos visto en las vidas de Miguel Delibes y Ángeles de Castro o la de Gregorio Jiménez y su mujer Victoria, la realidad supera la ficción, también en los temas del corazón.
Precisamente lo mismo que ocurrió en el caso de los príncipes Bertil y Lilian de Suecia. Una feliz pareja que tuvo que esperar 33 años para poder casarse. Así, si creías que lo del príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles había sido paciencia, es que aún no conocías esta historia de la que ya hemos hablado, pero de la que aún nos quedan detalles por descubrir.
Todo comenzó en Londres durante la II Guerra Mundial, el príncipe Bertil, tío del actual Carlos XVI Gustavo, se había trasladado hasta la capital británica como miembro del cuerpo diplomático de su país, ya que trabajaba en la embajada de Suecia (un país teóricamente neutral en la contienda).
Amor en tiempos de guerra
Unos años convulsos y difíciles que no impidieron en la ciudad del Támesis que la vida nocturna siguiera en activo. Un escenario donde brillaba el céntrico club Les Ambassadeur.
Allí fue donde el príncipe Bertil conoció a la galesa Lilian May Davies en 1943, una trabajadora en una fábrica de radios y voluntaria en un hospital de heridos por la guerra que también hacía sus pinitos como actriz y modelo.
Él se presentó como príncipe de Suecia, ella respondió asegurando ser la reina de Saba, pensando que todo era una broma de su apuesto pretendiente, como ella misma recordaría en su autobiografía 'Mi vida con el príncipe Bertil'.
Los dos enamorados contaron en entrevistas posteriores que lo suyo fue un auténtico flechazo. Guapos, jóvenes y glamurosos, nada tendría por qué haber frenado su historia de amor.
Uno de los solteros de oro
Sin embargo, el papel real del príncipe sueco era un gran impedimento para su final feliz. Además del hecho de que ella estaba casada con Ivan Craig, un soldado en ese momento en batalla.
El príncipe estaba considerado por la crónica social de la época como uno de los solteros de oro, y su padre (el rey Gustavo Adolfo VI) y su madre (la reina Margarita de Connaught, nieta de la reina Victoria de Gran Bretaña) tenían grandes planes casaderos para él.
Aunque no habían contado con los firmes sentimientos de Bertil y Lilian May. El príncipe Bertil era el segundo heredero al trono tras su hermano mayor Gustavo Adolfo, por lo que a pesar de algunas dificultades, pensaba que sería fácil renunciar a sus derechos dinásticos como había hecho en Reino Unido el mismo rey Eduardo VIII por Wally Simpson e incluso su propio hermano.
Sigvard Bernadotte, segundo hijo de los reyes de Suecia, había renunciado en 1934 a sus derechos con la monarquía al contraer matrimonio con la alemana Erica Maria Patzek, dado que no se contemplaba entonces que un miembro de la realeza se casara con alguien sin título aristocrático.
Su sacrificio por la Corona
Así, tras el final de la II Guerra Mundial, Lilian May Davies solicitó en 1945 el divorcio de su marido, de mutuo acuerdo, para poder casarse con el príncipe. Por desgracia, su romance se vio truncado en 1947, cuando el hermano mayor de Bertil, el príncipe heredero Gustavo Adolfo, falleció en un accidente de avión. Dejando el país sin un claro heredero, ya que su hijo Carlos Gustavo (actual rey de Suecia como Carlos XVI Gustavo) solo tenía un año de edad.
Por ello, su padre convenció a Bertil de no renunciar a sus derechos dinásticos para casarse con Lilian hasta que su sobrino Carlos Gustavo pudiera reinar, por si debía actuar como regente. Un acuerdo que llevó a la pareja de novios a tener que vivir su romance en la sombra para asegurar la paz en la Casa de los Bernadotte.
Asentados entre Francia y Suecia, la pareja optó por un perfil muy discreto con el que no causar ningún escándalo a la Corona. Así, vivieron 31 años de relación fuera de los focos, que con el paso de las décadas dejo de ser secreta. Ya que todo el mundo fue conociendo que estaban juntos, aunque siempre evitaran dejarse ver en actos oficiales o familiares.
Finalmente en 1973, tras 30 años de noviazgo pendientes del relevo en el trono sueco, el rey Gustavo Adolfo VI falleció, dejando como heredero a su nieto Carlos Gustavo. Propiciando que dos años más tarde, casi 33 años después de conocerse, la pareja de enamorados por fin se diera el 'sí, quiero'.
Una boda histórica
No es sorprendente que ahora haya parejas de muy larga duración que no decidan casarse, pero entonces sí era todo un escándalo para la mayoría de la sociedad que no hubieran pasado por el altar antes.
Lo hicieron cuando el príncipe Bertil tenía 64 años y la princesa Lilian 61 años, rodeados de toda la familia real. De hecho, siempre han estado muy unidos tanto al rey Carlos XVI Gustavo, que se casaría también con la plebeya y futura reina Silvia de Suecia, como a sus tres hijos: los príncipes Victoria, Magdalena y Carlos Felipe, que les consideraban sus abuelos.
De hecho, fue su propio sobrino ya como rey quien autorizó a Bertil y a Lilian May a casarse sin tener que renunciar a sus derechos dinásticos. Una muestra de cariño que se ha ido repitiendo a lo largo de los años, con constantes palabras emotivas hacia la pareja por parte de los diversos miembros de la familia real.
Un ejemplo más es que la princesa Magdalena llamó a una de sus hijas Leonore Lilian en honor a su tía abuela y el príncipe Carlos Felipe incluyó Bertil como uno de los nombres de su hijo mayor.
"Se jugó la vida yéndome a buscar"
Tras una larga vida juntos, el príncipe Bertil murió en 1997 a los 84 años, y su esposa, la princesa Lilian, en 2013 a los 100 años (tras tres lejos de la vida pública a causa del alzhéimer que padecía). Aunque para siempre quedarán sus entrevistas grabadas (hay varias disponibles en YouTube) donde muestran sus vacaciones en la Costa Azul o su casa en Estocolmo mientras hablan de su vida juntos.
"Nunca me arrepentiré de haber cedido el trono a mi sobrino, porque Lilian y yo nos amamos desde el primer día y así tenía que ser", asegura en una de ellas el príncipe nórdico. Mientras, en su libro 'Mi vida con el príncipe Bertil', Lilian recordaba: "Una vez, durante un bombardeo en Londres, se jugó la vida yéndome a buscar a mi apartamento en medio de las bombas".
"Si tuviera que resumir mi vida, todo está relacionado con mi amor por él. ¡Era un gran hombre, mi guapo y encantador príncipe! Estaba preocupado por mí y así fue toda la vida. Era tan simpático y nos reíamos mucho", añadía.
Una historia de amor sólida y duradera que les llevó a granjearse el cariño de todos los ciudadanos suecos, que siempre les tuvieron como los miembros más queridos de la corte de Suecia. Una pareja digna de recordar que esperamos ver en la próxima serie sobre la familia real que preparan al estilo 'The Crown'.
Al pensar en historias de amor increíbles, esas que parecen sacadas de las novelas más románticas, siempre tendemos a pensar que son producto de la imaginación de los escritores o guionistas.