Désirée Clary: la exnovia de Napoleón que le venció en Waterloo como princesa de Suecia y de Noruega
Descubrimos la historia de amor entre la monarca nórdica y el emperador francés que inspiró una película de Marlon Brando
A pesar de conocer preciosas historias de amor, como la de Miguel Delibes o la del fundador de las zapatillas Victoria, desde que el mundo es mundo el ser humano también ha vivido la tristeza de los desamores. Precisamente sobre un noviazgo con final feliz (pero por separado) es de lo que vamos a hablar hoy.
Una relación sentimental que podríamos definir como histórica, porque marcó el destino de dos corazones pero también de toda Europa. No podía ser menos, teniendo en cuenta que sus protagonistas son Désirée Clary, reina de Suecia y de Noruega, y Napoleón Bonaparte, militar, político y emperador de Francia.
Estamos ante un culebrón romántico que se extendió durante décadas y sobrevivió a traiciones, revoluciones y guerras. Nos encontramos a finales del siglo XVIII en Marsella (Francia), donde dos hermanas de origen burgués, hijas de un rico comerciante, conocen a dos hermanos militares de posición mucho más humilde. Se trata de Désirée Clary y de Julia Clary y de Napoleón Bonaparte y José Bonaparte.
El hermano mayor de las Clary había sido arrestado por la rama local del Gobierno Revolucionario, pero el joven secretario del ejército José Bonaparte ayudó a lograr su liberación. Conociendo bajo el sol del Mediterráneo a sus primeros amores. Todo parecía ir de fábula, indicando que Julia se casaría con José y Désirée con Napoleón.
Así lo confirmó en 1794 la boda de Julia Clary (futura reina de España de la que te hablamos hace unas semanas por su robo de la perla Peregrina) con José Bonaparte. Mientras que en 1795 se anunció el compromiso entre Désirée Clary y Napoleón Bonaparte.
Una noticia que hoy no nos habría sorprendido en absoluto, pero que entonces causó un gran revuelo en la alta sociedad marsellesa por el origen tan diferente de las dobles parejas de hermanos. Sin embargo, el amor parecía triunfar... o no.
"Has robado mi virginidad"
Apenas cuatro meses después de anunciar su boda, Napoleón rompía con Désirée. Las razones quizás fueron muchas pero los historiadores, como se narra en el libro de Annemarie Selinko, 'Désirée', ven como la definitiva la entrada en su vida de Josefina de Beauharnais, con la que contrajo nupcias en 1796.
Una rica viuda que vivía en París y que, no lo decimos nosotras sino los maliciosos mentideros parisinos de entonces, tenía dinero más que suficiente para elevar la posición en el ejército de Napoleón. Un trágico momento sentimental para Désirée, que recogió en varios diarios su desamor juvenil y en cartas que se conservan en los archivos de la Casa Real de Suecia: "Has hecho mi vida miserable, pero soy bastante débil para perdonarte" o "Has robado mi virginidad".
Sin embargo, la expareja estaba destinada a reencontrarse por el matrimonio entre Julia y José, pero no solo en bodas y cumpleaños como esperaríamos ahora. Tras la mudanza definitiva de Napoleón a París, este pidió a su hermano, a su cuñada y a la hermana de su cuñada (o sea, Désirée) que se trasladarán con él a la ciudad del Sena.
Una reunión familiar que no sabemos cómo llevaron los exnovios, pero que desde luego no gustó nada a Josefina Bonaparte, que vivía los inicios de su matrimonio con el militar en la incesante búsqueda de un embarazo. Además, podríamos hablar durante horas sobre su tóxica relación en la que rompieron cientos de veces con momentos cumbres como: "Josefina, te dejo porque Francia me necesita más".
Así, esta comienza una intensa campaña para alejar a Bonaparte de Désirée, que se había coronado como una de las damas más conocidas de la buena sociedad de París. Aunque el romanticismo estaba de moda, las bodas concertadas más, por lo que el 17 de agosto de 1798, la joven Clary se casó con el general Jean Baptiste Jules Bernadotte, amigo íntimo de Napoleón. Naciendo un año después su único hijo en común, Oscar.
Eso sí, a pesar de que en ciertas historias se muestra una imagen de dama clásica acongojada, siendo Désirée una mujer cegada por el amor a Napoleón y a Jean Baptiste Bernadotte, no debemos olvidar que era culta y de familia rica.
La burguesa empoderada con contrato prenupcial
Así pues, gozaba de una educación que le hizo tener muy claro que tendría un contrato prematrimonial que le permitía mantenerse como única dueña del dinero de sus padres, evitando que su marido interfiriera en su independencia económica.
Un aspecto poco habitual entonces, gracias al que pudo sufragar su lujosa vida en París mientras su esposo estaba en batalla y, más tarde, sus constantes viajes lejos de la corte nórdica. Un matrimonio bien avenido, al menos de las puertas de palacio para afuera, que ascendía al mismo ritmo que su exnovio y su amigo.
De hecho, rápidamente Jean Baptiste fue nombrado mariscal de Francia (un alto cargo militar que ahora es más una distinción honorífica) y príncipe de algunas de las zonas ocupadas. Sin embargo, en este círculo de amigos tan particular y poderoso no todo eran alegrías.
A lo largo de guerra contra Austria en 1809, Bernadotte resultó victorioso en batalla de Wagram, pero Napoleón le relevó del mando. Teóricamente por haber desobedecido unas órdenes, aunque se ve como más realista la envidia que le producía el aumento de la fama de su amigo. Meses de tensión que se solucionaron de forma inesperada cuando él y Désirée Clary fueron elegidos como príncipes herederos del rey Carlos XIII de Suecia.
Una sorprendente idea que venía dada en parte por la gran notoriedad de la que gozaba en el país nórdico el francés, la solvencia económica de ella y sobre todo porque, al ser una gran estratega militar, los nobles suecos veían un gran activo en un rey guerrero dada la situación de tensión que vivían contra Rusia.
Una oportunidad única en la que Napoleón, a través de sus amigos, podría haber conseguido hacerse con el país. Sin embargo, invitó (nos podemos imaginar que las sugerencias de Bonaparte no eran muy cordiales) al matrimonio Bernadotte a rechazar la oferta, tildándola de absurda.
El inicio de una nueva dinastía
Lo que quizás no esperaría el entonces emperador francés es que Jean Baptiste Bernadotte se atrevería a desoír sus órdenes. Siendo elegido en 1810 como príncipe de la Corona de Suecia y de Noruega (anexionadas hasta 1905). Una decisión totalmente apoyada por Désirée Clary, que residió en Estocolmo durante sus dos primeros años como princesa.
Sin embargo, aunque siempre atenta a las cuestiones políticas, sus visitas a la nueva corte se fueron convirtiendo cada vez en estancias más cortas, viviendo de forma más habitual en París. Precisamente, durante uno de sus regresos a la ciudad francesa vivió uno de los peores momentos de su antiguo amor.
La batalla de Waterloo fue el principio del fin del imperio de Napoleón, una terrible derrota para el emperador franco que comandó el político y militar Arthur Wellesley. El duque de Wellington dirigía una tropa aliada de varios países europeos que querían ver caer a Bonaparte, entre ellos, Suecia y Noruega.
Así, su exprometida y antiguo amigo participaron muy activamente en el derrocamiento de Napoleón, terminando por coronarse como reyes de Suecia y de Noruega en 1823. Bajo los nombres de Carlos Juan y ella como reina consorte Desideria, dando lugar a la dinastía Bernadotte, que aún permanece con los actuales reyes suecos.
Asentada ya en Estocolmo, la vida de la reina fue larga, ya que vivió hasta los 83 años en una época de gran bonanza para su nuevo país. Aunque nunca aprendió sueco, siempre se mantuvo en contacto con Napoleón y emprendía viajes personales secretos bajo el nombre de condesa de Gotland, llegó a ser muy querida por los ciudadanos.
Sin embargo, parece que su corazón siempre se quedó en Francia, o al menos así lo refleja la leyenda popular, que pudimos ver en la película 'Désirée'. de Jean Simmons y Marlon Brando. Meses antes de su fallecimiento, su nieta menor (princesa Eugenia) le preguntó lo que más extrañaba de Francia, y esta le respondió: "Tener 18 años y ser muy feliz porque el amor entró una tarde por la puerta de mi casa de Marsella".
Josefina y Désirée: el reencuentro
Por último, no podemos olvidarnos de mencionar que, cosas del destino (o del poder geopolítico), el hijo de Jean-Baptiste y Désirée, el rey Oscar I, se casó con Josefina de Leuchtenberg.
Es decir, con la nieta de Josefina de Beauharnais (por parte de su primer matrimonio con el vizconde de Beauharnais y conocida como Josefina Bonaparte hasta su divorcio de Napoleón), que promovió que sus padres se casaran para alejar a la reina Désirée de Bonaparte... Todo quedaba entre amigos.
A pesar de conocer preciosas historias de amor, como la de Miguel Delibes o la del fundador de las zapatillas Victoria, desde que el mundo es mundo el ser humano también ha vivido la tristeza de los desamores. Precisamente sobre un noviazgo con final feliz (pero por separado) es de lo que vamos a hablar hoy.
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