Primera foto de Máxima de Holanda y su hija en la boda de la duquesa de Medinaceli
Tanto la reina Máxima como su marido, el rey Guillermo, y su hija Amelia han elegido entrar por una puerta lateral para no robar el protagonismo a la novia a su llegada a la iglesia
Máxima de Holanda era una de las invitadas más esperadas por todos los que se han acercado esta mañana a la iglesia de San Miguel, en Jerez de la Frontera, donde este mediodía Victoria Hohenlohe, duquesa de Medinaceli, se casaba con Maxime Corneille. Su presencia, adelantada por los medios horas antes tras publicar las fotos durante la preboda de los aristócratas, había atraído a la céntrica plaza a cientos de curiosos que esperaban con ganas la llegada de la argentina. No obstante, no fue así.
Tanto la llegada de la reina de los Países Bajos como de su marido y su hija Amalia, heredera al trono, se hizo con la mayor discreción posible. No querían robarle el protagonismo a la novia -el protocolo marcaba que entraran justo antes que ella en la iglesia- y quisieron pasar todo lo desapercibidos que pudieron. Entraron por una puerta lateral, sin hacer ruido ni atraer miradas.
Una entrada, la principal, por la que sí han pasado otros rostros conocidos y apellidos de renombre entre los que muy a nuestro pesar no se han encontrado ellos ni tan siquiera a la salida, cuando los más esperanzados anhelaban verles. No obstante, Vanitatis ha tenido acceso a las primeras fotos de madre e hija llegando a la iglesia donde el padre Sánchez-Dalp ha oficiado la ceremonia religiosa.
Si para la víspera, durante la preboda, madre e hija se decantaron por looks a juego en los que el toque flamenco con volantes, color rojo, flores en el pelo y hasta un tradicional mantón de manila fueron los protagonistas, hoy no ha habido tanto quorum.
El look de Máxima
Máxima de Holanda, que ha coincidido con los novios en la Feria de Abril, donde precisamente este año anunció la aristócrata su compromiso y la fecha de su boda, se ha decantado por un look sobrio y elegante confeccionado en color gris perla. El vestido de manga larga y con una larga abertura en su pierna izquierda era una apuesta segura. Como era una boda de mañana y es una gran amante de los sombreros y tocados, no ha desaprovechado la oportunidad de lucir un tocado a juego, de diadema y un gran plato adornado con plumas de lo más vistoso.
El look de Amalia
Su hija Amalia, cuyo estilo personal es tan férreo como el de su madre, sí que ha querido tener de nuevo un gesto con la cultura española y si la víspera era su madre la que vistió de rojo, en esta ocasión ha sido la heredera al trono de los Países Bajos la que se ha decantado por este color tan llamativo. La princesa ha lucido un vestido de largo midi con bajo ligeramente más largo por detrás, estampado de flores, escote cruzado en V y mangas abullonadas que le sentaba como un guante.
Apasionada de los tocados, como su madre, ha escogido para el gran día de la duquesa de Medinaceli uno curioso en forma de ramas muy ligeras adornadas con cristales que le aportaba luz sin ser una tiara. La melena suelta sobre los hombros remataba un look en el que el resto de complementos iban a tono con el vestido.
Dos looks acordes con la cita en la que participaban y que fueron alabados por los invitados que coincidieron con ellas en los bancos próximos de la iglesia.
Máxima de Holanda era una de las invitadas más esperadas por todos los que se han acercado esta mañana a la iglesia de San Miguel, en Jerez de la Frontera, donde este mediodía Victoria Hohenlohe, duquesa de Medinaceli, se casaba con Maxime Corneille. Su presencia, adelantada por los medios horas antes tras publicar las fotos durante la preboda de los aristócratas, había atraído a la céntrica plaza a cientos de curiosos que esperaban con ganas la llegada de la argentina. No obstante, no fue así.