El verdadero significado de los pendientes de aguamarina que unen a Letizia y Leonor

A lo largo de los años hemos visto a la reina Letizia lucir multitud de joyas en todo tipo de eventos, desde las tiaras más espectaculares hasta los más discretos anillos, entre los que destacan sus tres favoritos: el misterioso, el significativo y el romántico.

Pero hay algunas piezas de su joyero que tienen un valor añadido al haber sido compartidas ya con su hija mayor, la princesa Leonor. Si hace unos años veíamos a la heredera al trono lucir unos sencillos aros de oro con relieve con efecto bambú que ya había usado anteriormente su madre, en la última edición de los pasados Premios Princesa de Asturias, la joya compartida aumentaba considerablemente de categoría.

A punto de cumplir entonces los 18 años, la princesa Leonor empezaba a portar las impresionantes piezas de la colección de joyas de la familia real española con algo muy especial: los pendientes de aguamarina de la reina Letizia. El origen de esta joya lo podemos rastrear precisamente hasta el día de nacimiento de la joven royal.

Leonor, que eligió para la ceremonia de entrega de los galardones un dos piezas en color azul, en un claro guiño a Oviedo y a la tierra que acoge cada año a la familia real, completó su look con estos pendientes de Bulgari formados por un aro de oro blanco y diamantes del que cuelga una gran aguamarina en forma de lágrima.

Esta joya llegaba a manos de Letizia hace poco más de 18 años, el 31 de octubre de 2005, cuando ella y el rey Felipe se convertían en padres por primera vez. Con motivo de esta importante ocasión, la asturiana recibió como regalo algunas piezas de joyería, entre ellas estos espectaculares pendientes, que compiten en su joyero con otros similares que comparte con Kate Middleton y Mary de Dinamarca. La prestigiosa joyería romana también creó la espectacular tiara de parure de aguamarina de la reina Victoria Eugenia a finales de los años treinta.

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N.Tiburcio

La entonces todavía princesa Letizia estrenaría sus pendientes de aguamarina al año siguiente, siendo una de las primeras ocasiones las bodas de plata del gran duque Enrique y la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo, en las que la esposa del rey Felipe los combinó con un collar del que prendía otra impresionante aguamarina talla esmeralda que no hemos vuelto a ver desde aquella ocasión.

Desde entonces, estos pendientes se han convertido en unos de los favoritos de doña Letizia y en una de sus piezas más usadas. Los ha lucido a menudo tanto siendo Princesa de Asturias como tras convertirse en Reina en 2014.

De este modo, se los hemos visto tanto en eventos diurnos, como la Pascua Militar en 2018, la recepción diplomática en el Palacio Real de Madrid en 2020 y el desfile del Día de la Hispanidad en 2021, como en eventos nocturnos, entre ellos la cena de gala ofrecida en honor del presidente y la primera dama de China en 2018.