El lenguaje corporal de Charlène de Mónaco y el príncipe Alberto: gestos clave y significado para su relación
Los príncipes monegascos han compartido muchos planes en este fin de semana marcado por la Fórmula 1. Eventos donde hemos podido analizar su gestualidad
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Las últimas horas de la crónica real han estado marcadas por la intensa presencia de Charlène de Mónaco y el príncipe Alberto de Mónaco en el Gran Premio de Fórmula 1 que se vivía en el principado mediterráneo. Un intenso fin de semana con el automovilismo como protagonista, donde la pareja de royals también ha acaparado las miradas.
De su complicidad en el acto de presentación de esta mítica carrera al glamour monegasco que han recuperado para una cena de gala, ha destacado el lenguaje corporal de la pareja en todos estos actos. Miradas, sonrisas y momentos de cariño que analizamos al detalle.
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Así, comenzamos poniendo el foco en su inusual posado en la alfombra roja de la cena de gala con la que honrar la 81ª edición del Gran Premio de Mónaco. Un importante evento en la vida social del principado que nos permitió ver a Charlène y al príncipe Alberto agarrados del brazo. Una pose poco habitual entre los miembros de la realeza.
Un gesto que está relacionado con la confianza y el apoyo, como reflejó la experta Teresa Baró en La 2. Una intervención sobre la kinésica donde reflejó como este movimiento, especialmente de una mujer hacia un hombre, se vincula con una búsqueda de protección para sentirse segura. Una teoría que cuadra con un posible apoyo emocional de la Princesa de cara a estas reapariciones públicas.
Gestos de cariño en público y looks combinado
Aunque no fue el único gesto de la pareja que llamó la atención en esta velada. A su llegada, también en una actitud poco común en el protocolo de la realeza, el príncipe Alberto de Mónaco caminaba con su mano en la cintura de su mujer. Una pose que revela a una pareja está sincronizada, cómoda y en la que ambos están dispuestos a apoyar al otro.
Además, la combinación del vestido rojo de la Princesa de Mónaco con la pajarita de su marido sirve como prueba de su unión, pero sin perder su individualidad, reflejando de nuevo complicidad y apoyo, según los análisis de expertos en la materia.
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Además, a lo largo de diferentes momentos del fin de semana se ha podido ver a los príncipes de Mónaco riéndose y charlando entre ellos o con otros miembros de la familia real Grimaldi, como Carlota Casiraghi. Sonrisas que no solo eran con la boca, sino también con los ojos, aunque las gafas de sol han impedido apreciarlo en ciertos momentos. Se trata de las denominadas sonrisas genuinas, que se revelan como un gesto espontáneo de auténtica felicidad.
Finalmente, hay que destacar también otro detalle importante en el lenguaje corporal de Charlène de Mónaco y del príncipe Alberto. A través de varias fotografías se les ha podido ver a ambos con la cabeza ladeada en varias ocasiones al hablar entre ellos.
Un movimiento involuntario que se interpreta de sincero interés hacia la otra persona. Una significativa clave del lenguaje corporal que habla de acercamiento y de afinidad entre ellos. Así, parece que la completa agenda de Mónaco ha servido como termómetro para valorar el buen estado de este matrimonio.
Las últimas horas de la crónica real han estado marcadas por la intensa presencia de Charlène de Mónaco y el príncipe Alberto de Mónaco en el Gran Premio de Fórmula 1 que se vivía en el principado mediterráneo. Un intenso fin de semana con el automovilismo como protagonista, donde la pareja de royals también ha acaparado las miradas.