Matilde de Bélgica visita dos centros para jóvenes con TEA: billar, break dance y un look con estampado y capa
La reina ha elegido un atuendo de lo más cómodo, formado por pantalón y blusa, para no perderse la oportunidad de realizar las actividades previstas en la agenda de los pequeños
En su faceta más solidaría, Matilde de Bélgica ha realizado este fin de semana una serie de visitas especiales a dos centros en Hasselt y Verviers, donde se llevan a cabo proyectos apoyados por el fondo que lleva su nombre. Estas iniciativas se centran en el apoyo a jóvenes con trastornos del espectro autista (TEA), destacando la importancia de crear entornos inclusivos y adaptados. La reina se ha dedicado a escuchar y observar, pero no ha dejado pasar la oportunidad de participar activamente en algunas actividades, como jugar al billar, en un gesto de cercanía y empatía con los jóvenes.
Uno de los lugares visitados fue el Prikkelarm Jeugdhuis, un hogar juvenil diseñado para ofrecer pasatiempos en un ambiente de baja estimulación sensorial. Para esta ocasión, la madre de Elisabeth, Gabriel, Emmanuel, y Eleonore ha optado por un atuendo elegante pero cómodo, adecuado para la naturaleza de los actos. El conjunto estaba compuesto por una blusa ligeramente transparente y un pantalón de pata de elefante en color azul vibrante con un estampado atractivo, que aportaba un toque de sofisticación.
La elección de este tono no ha pasado desapercibida, ya que el azul se asocia comúnmente con la tranquilidad y la calma, dos características necesarias cuando se trata con jóvenes con TEA. Además, justo en el centro que ha visitado, se prioriza la creación de un espacio sereno. El vestido, de mangas largas y ligeramente abullonadas, destacaba por llevar sutilmente dibujadas plumas, lo que le daba dinamismo al look sin resultar sobrecargado. El pantalón, por su parte, ha conseguido lograr un efecto monocromático que estiliza su figura.
Matilde de Bélgica complementó su atuendo con una capa negra, que aportaba un contraste elegante al conjunto. Esta prenda, de estilo minimalista, añadía una dimensión extra a su look, otorgando un aire sofisticado sin restar protagonismo a la blusa y el pantalón. Este tipo de elementos versátiles son comunes en su guardarropa, pues suele elegir diseños que le permitan moverse con facilidad y participar activamente en las actividades programadas durante sus visitas.
Así lo ha hecho en esta jornada, la mujer de Felipe se ha metido de lleno en los horarios de los jóvenes, e incluso ha jugado con ellos al billar por iniciativa propia. Algunos de los asistentes le han deleitado con una exhibición de break dance al final de su visita. Pero el momento más tierno ha ocurrido en el patio, donde la reina se ha acercado a una fila de niños. Allí, uno de los pequeños ha alzado una corona de papel hecha a mano y se la ha entregado. Sin pensarlo dos veces, y con total naturalidad, la madre de Elisabeth se la ha colocado en la cabeza y le ha regalado una sonrisa a cambio.
De vuelta al look, falta hablar de su rostro. Matilde ha lucido un peinado caracterizado por ondas suaves y un volumen sutil que añadía un toque de elegancia clásica y contrastaba con el ambiente juvenil del centro. El maquillaje, discreto y natural, resaltaba sus facciones sin exagerar, lo que reflejaba una imagen cercana y accesible.
La visita al Prikkelarm Jeugdhuis fue especialmente significativa, ya que este espacio está diseñado para parecerse lo más posible a otros hogares para jóvenes, pero con adaptaciones específicas que reducen los estímulos sensoriales. La elección de la reina de los belgas de participar activamente en las actividades, como jugar al billar con los jóvenes y aprender sobre sus rutinas diarias, demostró su compromiso con la causa y su deseo de conectar de manera auténtica con las personas involucradas.
En su faceta más solidaría, Matilde de Bélgica ha realizado este fin de semana una serie de visitas especiales a dos centros en Hasselt y Verviers, donde se llevan a cabo proyectos apoyados por el fondo que lleva su nombre. Estas iniciativas se centran en el apoyo a jóvenes con trastornos del espectro autista (TEA), destacando la importancia de crear entornos inclusivos y adaptados. La reina se ha dedicado a escuchar y observar, pero no ha dejado pasar la oportunidad de participar activamente en algunas actividades, como jugar al billar, en un gesto de cercanía y empatía con los jóvenes.
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