Estas son las tiaras más valiosas de cada casa real: de la Flor de Lis a la Braganza pasando por la del Imperio Belga
En una semana en la que hemos visto -y veremos- una docena de tiaras, recordamos cuál es la más valiosa que posee cada casa real, desde la española a la de Suecia
Estamos ante la semana fantástica de las tiaras. El pasado martes, las cortes de Reino Unido y Bélgica desempolvaban sus mejores joyas. En Londres, los Windsor agasajaron al emir y la jequesa de Catar con una cena de gala en la que la reina Camila, la duquesa de Edimburgo, la princesa Ana y la duquesa de Gloucester coronaron sus cabezas con tiaras, mientras en Bélgica, Felipe y Matilde, luciendo esta la tiara Wolfers, cenaban con el sultán de Omán. El viernes los reyes daneses ofrecieron un banquete en el que Mary lució por primera vez su recién transformada tiara Rosestone.
Y todavía nos queda otra tanda de tiaras el próximo martes pues, además de la celebración de los Nobel, en la que veremos a Silvia, Victoria, Sofía, Magdalena y Cristina portando tiara, en los Países Bajos Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda recibirán al presidente de Portugal y ofrecerán en su honor una cena de gala en la que ya se ha confirmado también la presencia de la princesa Amalia.
Todo un surtido de tiaras -doce en concreto-, algunas de menores y otras con mucha importancia histórica. Con motivo de este despliegue en Vanitatis recordamos cuál es la tiara más valiosa de cada casa real.
Tiara de la Flor de Lis
La tiara de la Flor de Lis fue encargada por el rey Alfonso XIII a la conocida joyería Ansorena –la misma en la que Felipe compró la tiara Princesa– para regalársela a su futura esposa, Victoria Eugenia. En su testamento, la madre del conde de Barcelona la incluyó en el lote de las joyas ‘de pasar’, una colección de alhajas que deberán 'pasarse' de reina a reina. Desde entonces ha coronado la cabeza de Sofía numerosas veces y también la de doña Letizia desde que la luciera por primera vez en 2017, durante la visita de Estado del entonces presidente de Argentina, Macri. De hecho, la ha llevado en la mayoría de sus viajes al extranjero, como en Reino Unido, en Dinamarca o en Suecia.
Tiara Braganza
Es una de las tiaras más grandes que existe en el mundo, ya que pesa más de 1 kilo y mide 50 centímetros. Es de estilo neoclásico y está realizada con diamantes brasileños. Fue un regalo que el emperador Pedro I de Brasil, duque de Braganza, le hizo a su segunda esposa, Amelia de Leuchtenberg, con motivo de su enlace matrimonial en 1829. Al morir sin herederos -su única hija falleció a los 21 años-, Amelia le dejó la tiara a su hermana, Josefina de Leuchtenberg, esposa de Óscar I de Suecia. La diadema fue pasando de reina en reina hasta Silvia, quien la ha llevado en varias ceremonias de los premios Nobel y en el enlace matrimonial de su hija, la princesa Victoria, con Daniel Westling, entre de otras ocasiones.
Tiara Kokoshnik
La familia real británica es una de las que posee un joyero más valioso. Entre sus piezas más simbólicas está la tiara Rusa, que está formada por setenta barras de platino con 488 diamantes incrustados y se inspira en los 'kokoshnik', los tradicionales tocados rusos. Fue un regalo que una aristócrata le hizo a la reina Alejandra, esposa del rey Eduardo VII, con motivo de la celebración de sus bodas de plata. Como la tiara fue (supuestamente) un presente del pueblo británico, pasó a formar parte de la colección real. Fue una de las joyas favoritas de la reina Isabel II, y esta misma semana Camila la lucía por primera vez en la cena de Estado del emir de Catar.
Tiara Pearl Poiré
Esta espectacular tiara data del primer cuarto del siglo XIX, cuando fue encargada para la princesa Luisa de Prusia, esposa de Federico de los Países Bajos. Fue pasando a sus descendientes, hasta que su nieta, Luisa de Suecia, la llevó a Dinamarca cuando se casó con Federico VIII, bisabuelo de Margarita La propia reina Luisa las incluyó en un fondo para proteger algunas de sus joyas y que no pudieran ser vendidas o divididas por las herencias futuras. De ahí que hayan pasado de reina a reina, llegando ahora hasta Mary.
Tiara de Zafiros
Desde que Máxima la lució en la investidura de Guillermo Alejandro en abril de 2013, la tiara de Zafiros se ha convertido en una de las más icónicas de la realeza europea. La pieza, que es un diseño de la joyería Mellerio, fue un regalo que el rey Guillermo III de los Países Bajos le hizo a su esposa, la reina Emma. La tiara está realizada con 31 zafiros y 655 diamantes de Sudáfrica. Al fallecer, la reina Emma le dejó la joya a su nieta, la reina Juliana, y esta a la reina Beatriz. La tiara forma parte de un 'parure' que consta de dos brazaletes, un collar, unos pendientes y un broche.
Tiara del Imperio Belga
Es la tiara más valiosa de la familia real belga. Fue un regalo que el pueblo le hizo a la reina Astrid con motivo de su enlace matrimonial con el rey Leopoldo III. La pieza tiene forma de 'bandeau' y sobresalen once adornos triangulares que representan las nueve provincias de Bélgica, la ciudad de Bruselas y el Congo, su antigua colonia. Fue la tiara que la reina Fabiola llevó el día de su boda con el rey Balduino y ha sido lucida por la reina Paola en infinidad de ocasiones. La reina Matilde no pudo llevarla hasta julio de 2013 cuando su marido fue proclamado rey, pues es una tiara reservada solo a soberanas o consortes.
Tiara Gran Ducal
Es otra de las tiaras más grandes del mundo. Su primera propietaria fue Isabel Mikhailovna de Rusia, quien al casarse con el gran duque Adolfo de Luxemburgo la entregó como parte de su dote. Desde entonces, ha sido lucida por la mayoría de las grandes duquesas de Luxemburgo como la gran duquesa Carlota, la gran duquesa Josefina Carlota y la gran duquesa María Teresa.
Tiara de las Esmeraldas
La tiara de las Esmeraldas, realizada con diamantes y esmeraldas, perteneció a la emperatriz Josefina, esposa de Napoleón. Josefina dejó la pieza a su hijo, Eugenio de Beauharnais, que se la regaló a su hija Amelia, al casarse con Pedro I de Brasil. Como ocurrió con la tiara Braganza, Amelia le dejó la joya a su hermana, la reina Josefina de Suecia. Finalmente, y tras pasar por varias cabezas, la tiara acabó en manos de la reina Marta, esposa del rey Olav V. Actualmente, es la tiara favorita de Sonia, que, como reina consorte, es la única que puede lucirla.
¿Cuál de todas ellas es tu favorita?
Estamos ante la semana fantástica de las tiaras. El pasado martes, las cortes de Reino Unido y Bélgica desempolvaban sus mejores joyas. En Londres, los Windsor agasajaron al emir y la jequesa de Catar con una cena de gala en la que la reina Camila, la duquesa de Edimburgo, la princesa Ana y la duquesa de Gloucester coronaron sus cabezas con tiaras, mientras en Bélgica, Felipe y Matilde, luciendo esta la tiara Wolfers, cenaban con el sultán de Omán. El viernes los reyes daneses ofrecieron un banquete en el que Mary lució por primera vez su recién transformada tiara Rosestone.
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