El gran cambio del príncipe Alexander Sayn Wittgenstein, el hijo de Corinna Larsen en unas nuevas fotos
El hijo de Corinna Larsen y el príncipe Casimir Sayn Wittgenstein acudió al funeral de su bisabuela, Marianne Sayn Wittgenstein
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El Gotha europeo ha vuelto a poner sus ojos en Alexander zu Sayn-Wittgenstein, tras la reciente aparición de nuevas fotografías del joven en el funeral de su bisabuela, la princesa Marianne Sayn-Wittgenstein-Sayn, fallecida a los 105 años. En las imágenes, Alexander aparece junto a sus primos luciendo un porte ya de adulto, una imagen muy alejada del niño rubio que años atrás saltó a la fama por una fotografía viral junto al rey emérito Juan Carlos I.
Marianne, apodada cariñosamente la mamarazza de Europa, fue una figura única: fotógrafa incansable y cronista visual de la aristocracia y realeza más exclusivas durante décadas, con su inseparable cámara Leica retrató momentos históricos y glamourosos, desde los Windsor hasta los Grimaldi. Matriarca de la influyente familia Sayn-Wittgenstein, su muerte marca el fin de una era, pero también da pie a recordar a sus descendientes, entre los que destaca Alexander.
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Alexander zu Sayn-Wittgenstein, nacido en 2002, es hijo del príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein —a quien llaman “Cassi” en círculos cercanos— y de Corinna Larsen, la empresaria danesa-alemana que durante años fue conocida por su "amistad entrañable" y pública con el rey Juan Carlos I. Fue precisamente esta relación la que acercó a Alexander a la Casa Real al padre de Felipe VI.
El joven llegó a compartir con Juan Carlos I momentos muy personales: una foto de ambos en una barbacoa, con el rey en bermudas y gorra hacia atrás, dio la vuelta al mundo y cimentó la imagen de una relación de gran cercanía. Corinna misma contó en el pódcast “Vivir del cuento” que el rey consentía a Alexander más que a sus propios hijos, que disfrutaba mucho de su compañía, enseñándole cosas cotidianas como atarse los zapatos o montar en bicicleta, e incluso ayudándole a vestirse. E
Sin embargo, esa relación cercana se ha enfriado con el tiempo. Hoy Alexander mantiene un perfil más discreto y alejado del foco mediático que rodea a su madre. Reside en Edimburgo, donde estudia en la universidad escocesa, tras haber vivido un tiempo en Londres. Su apariencia ha cambiado notablemente desde su infancia; ahora luce un pelo rubio oscuro, ondulado y un rostro redondo con gafas que le aportan un aire intelectual y sobrio, con un parecido innegable a su padre Casimir.
Cabe destacar que, pese a su linaje y a su pasado mediático, Alexander ha sido borrado progresivamente de los relatos oficiales familiares que vinculan a su madre Corinna. En la web institucional de los Sayn-Wittgenstein aparece referido únicamente como fruto de un “matrimonio civil anterior de Casimir”, eliminando cualquier mención a Corinna Larsen, lo que da cuenta de las complejas tensiones y cambios en las relaciones familiares.
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Alexander cuenta con familia numerosa, pues sus padres han tenido hijos con otras parejas. La hijamayor de Corinna se llama Natassia Adkins, yfruto de una relación anterior con el empresario británico Philip Adkins. Por su parte, Casimir se casó con la modelo Alana Bunte y juntos han tenido tres hijos, Salentin, George y la pequeña Anunciata, quien vino al mundo hace unos meses.
Aunque el joven está alejándose del foco público, no puede evitar seguir siendo un nombre de interés para quienes siguen con atención los entresijos del Gotha europeo y la influencia de las familias reales y aristocráticas en la actualidad.
El Gotha europeo ha vuelto a poner sus ojos en Alexander zu Sayn-Wittgenstein, tras la reciente aparición de nuevas fotografías del joven en el funeral de su bisabuela, la princesa Marianne Sayn-Wittgenstein-Sayn, fallecida a los 105 años. En las imágenes, Alexander aparece junto a sus primos luciendo un porte ya de adulto, una imagen muy alejada del niño rubio que años atrás saltó a la fama por una fotografía viral junto al rey emérito Juan Carlos I.