La pareja que ha hecho historia en los Juegos Olímpicos de París: de romper su relación a ganar la medalla de oro

Detrás de cada deportista olímpico se esconde una gran historia. Lo hemos podido ver con la emotiva reacción de Álvaro Martín tras ganar la medalla de bronce en los 20 KM, donde visiblemente emocionado afirmaba ser un tío muy normal de un pueblo pequeño y que llegar donde había llegado era un sueño, además de inspirar a más jóvenes que aspiran a conseguir algo así. O, por ejemplo, el caso del gran ejemplo de superación personal de Simone Biles, que sumó su segunda medalla de oro a pesar de los momentos tan complicados que había atravesado.

Pero, sin duda, una de las historias más emocionantes es la de los deportistas checos Katerina Siniakova y Tomas Machac, una expareja que anunció el pasado mes de julio su ruptura tras cuatro años de relación, y que han competido juntos en dobles mixtos de tenis, ganando la ansiada medalla de oro frente a la pareja china Zhizhen Zhang y Xinyu Wang, que finalmente han tenido que conformarse con la plata.

Una anécdota más que nos dejan estos juegos, donde la emoción de ambos era palpable y, muy emocionados, se abrazaban e incluso se han llegado a dar un dulce beso en los labios. Al ser preguntados si este gesto pudo haber sido producto de la emoción o de una reciente reconciliación, Siniakova se ha mostrado muy tajante: “Es nuestra vida personal y no necesitáis saber eso”.

La expareja comenzó su relación en 2020; sin embargo, poco antes de hacer las maletas para enfrentarse juntos a este nuevo desafío, decidieron poner fin a su relación. Ante las constantes especulaciones sobre si, a pesar de este hecho, jugarían juntos o no, la tenista fue muy tajante al respecto: “Es un asunto privado, pero, sí, por supuesto, jugaremos juntos. Somos profesionales”.

Quién sabe si este premio volverá a unirles ante la emoción de haber conseguido una de las medallas más importantes y codiciadas durante estos juegos. Lo que está claro es que, pase lo que pase, ambos compartirán uno de los momentos más especiales y emotivos de su vida, que vivirá siempre en la cabeza del otro.