¿Te puedes alojar en la residencia que recibió a los cardenales durante el cónclave? Así es Santa Marta, el hotel donde se ha elegido al nuevo Papa

La Casa Santa Marta, conocida oficialmente como Domus Sanctae Marthae, es uno de los espacios más reservados del Vaticano. Aunque popularmente se asocia con el papa Francisco, quien residía allí desde su elección en 2013, este edificio de cinco plantas y más de un centenar de suites cumple una función mucho más amplia y estratégica.

Durante el cónclave, se convirtió en el hotel exclusivo para los cardenales que eligieron al nuevo jefe de la Santa Sede, pero fuera de ese contexto, también sirve como alojamiento para miembros del clero que visitan la Santa Sede por trabajo o compromisos religiosos.

Según explicó José Ramón Navarro, redactor de religión y sociedad en el diario ABC, durante su intervención en el programa Mañaneros 360, Santa Marta opera como un auténtico hotel eclesiástico: no está disponible en plataformas como Booking, pero sí puede reservarse a través de las oficinas del Vaticano si se es miembro del clero. Un alojamiento funcional y reservado, destinado únicamente a visitantes vinculados con la Iglesia.

Los cardenales se alojaron allí para ejercer su votación bajo un régimen de total aislamiento: sin acceso a prensa, móviles, televisión o internet. El objetivo fue blindar la confidencialidad del proceso de elección papal, que se llevó a cabo en la Capilla Sixtina que concluyó con la fumata blanca. Su habitación les fue asignada por sorteo y, aunque sobria, es muy superior a los catres compartidos del pasado.

El menú durante estos días se adaptó a sus necesidades. En condiciones normales, la residencia ofrece una dieta italiana básica, tres primeros como pasta o risotto, y tres segundos a base de carne o pescado, pero en cónclave se elabora un menú específico pensado para un grupo de avanzada edad. Además, hay normas estrictas: quedó prohibido el espárrago por cuestiones químicas que afectan al olor corporal en baños compartidos; tampoco se sirvieron platos rellenos como empanadas o pasteles, para evitar posibles mensajes ocultos; y todas las jarras deben ser transparentes por ese motivo.

En total, Santa Marta cuenta con más de 100 habitaciones disponibles, la mayoría son suites pensadas para estancias prolongadas, a las que se suman una veintena de cuartos individuales destinados a visitas más breves. Cada estancia destaca por su sobriedad: una cama individual, un armario y dos mesitas de noche.

Un entorno privado con un mobiliario sencillo y sin adornos superfluos, el hospicio ofrece un confort muy superior a las condiciones del pasado, cuando los cardenales dormían en catres dentro de la Capilla Sixtina. En cuanto a la asignación entre los cardenales, se realiza por sorteo antes del inicio del cónclave, garantizando un reparto equitativo entre los miembros de la votación.

Aunque no es accesible para el público general, su papel como refugio temporal del poder eclesial la convierte en uno de los escenarios más singulares del Vaticano.