Giorgio Calabrese, médico italiano que prepara el menú del cónclave: "El almuerzo debe ser ligero, rápido y sabroso, que satisfaga el paladar sin sobrecargar de grasas"

• Nuevo papa, cónclave 2025: candidatos y elección por los cardenales, en directo
• Las facciones de la Iglesia que se enfrentan hoy en el Cónclave para elegir al nuevo papa
• ¿Quién será el nuevo Papa? Estos son los pasos para elegir al próximo pontífice
• Mapa ideológico del próximo papa: ¿quién opina qué sobre las cuestiones clave?

A puertas cerradas y bajo estricto secreto, el Vaticano ha recibido a los 133 cardenales electores que participan en el cónclave para elegir al próximo Papa. Mientras el mundo centra su atención en el desarrollo de las votaciones, un aspecto menos visible pero no menos importante se cuece en las cocinas de la Casa Santa Marta: el menú cuidadosamente diseñado por el nutricionista italiano Giorgio Calabrese, especialista en Ciencias de la Alimentación y asesor científico del Ministerio de Sanidad de Italia.

En declaraciones a 'ACI Prensa', Calabrese explicó que su propuesta responde a las condiciones particulares en las que se encontrarán los purpurados durante estos días de deliberaciones: vida sedentaria, alto nivel de concentración y poco tiempo entre votaciones. Por ello, el menú busca ofrecer platos ligeros, rápidos y sabrosos, que proporcionen la energía necesaria sin sobrecargar el organismo. “El almuerzo debe satisfacer el paladar sin sobrecargar de grasas”, afirmó el experto.

La clave, según Calabrese, está en controlar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que se eleva en situaciones de presión y puede inducir la acumulación de grasa. Por eso, los desayunos han sido pensados para ofrecer energía inmediata sin forzar el metabolismo: leche parcialmente desnatada, tostadas con mermelada o miel, acompañadas de café o té suave. Nada de huevos ni bacon, habituales en culturas del norte de Europa o América, pues sobrecargan el sistema digestivo en momentos en los que se necesita agilidad mental.

En el almuerzo, se priorizan platos de fácil digestión como pasta ligera con tomate y albahaca, risotto de verduras o legumbres, y carnes blancas o pescados a la plancha, acompañados de verduras al vapor. El uso de aceite de oliva virgen extra y pan tostado también responde a criterios nutricionales precisos, evitando grasas innecesarias y promoviendo una mejor absorción de nutrientes. De postre, fruta fresca como fresas o arándanos, en lugar de dulces procesados.

La merienda está pensada como una pausa suave antes de retomar la actividad vespertina: un yogur parcialmente desnatado o una infusión ligera, con el fin de evitar la agitación antes de la cena. Esta última comida del día, tras una intensa jornada de votaciones, deberá ser “fácil de digerir”, señala Calabrese. Entre las opciones sugeridas figuran jamón cocido, salmón ahumado, pescado azul, atún natural, sardinas y quesos frescos como la mozzarella.

En cuanto a las bebidas, se permite el consumo de un solo vaso de vino, preferiblemente suave como el Moscato d’Asti, de baja graduación alcohólica. El alcohol fuerte está totalmente desaconsejado, ya que “imponen un gran trabajo al hígado y eso le quita energía al cerebro”, explicó el nutricionista. Calabrese insistió en que “el agua se bebe para hidratarse, el vino se saborea para alimentarse”. Finalmente, aunque Calabrese ha entregado la propuesta al Vaticano, serán las religiosas encargadas de la Casa Santa Marta, las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, quienes tendrán la última palabra.