Annapurna, el decano de los hindús en Madrid

No alcanza la gastronomía hindú los mismos niveles de aceptación que otras gastronomías orientales tienen entre nosotros, ya sea la cocina real tailandesa, la china cantonesa o la minimalista japonesa. Esta es sin duda una cocina donde las especias son omnipresentes, y puede que este fuerte carácter haya sido uno de los principales inconvenientes para su aceptación por parte de nuestros paladares.

Sin embargo, la cocina hindú tiene algún buen representante en nuestro país, Annapurna. Me decía hace años Hari Hari H. (indio de nacimiento y afincado en New York) que para él Annapurna era el mejor restaurante indio fuera de la India que conocía, y eso a pesar de sus frecuentes viajes a Londres. Y  aunque le gustaba enormemente la gastronomía española, cada vez que nos visitaba trataba de pasar por Annapurna para degustar sus platos.

El local de Annapurna es simplemente delicioso. En pleno barrio de Chamberí, su salón principal tiene una gran cristalera que nos asoma  a un pequeño jardín, garantizándonos tranquilidad y frescura, por eso es tan frecuente ver mesas de parejas dado lo romántico del emplazamiento.

Cada vez que voy con alguien que no tiene experiencia en la cocina hindú, opto por una selección de platos que permitan una aproximación, pero evitando los mas picantes. Hay que pedir las tortas de pan indio Nam, hecho de harina de trigo y cocido en el horno tandoor. Se pueden tomar  solos o rellenos de queso (3,3 €). También sus Samosas (7,8 €), empanadillas de carne o de verdura,  o los Pakoras, una especie de tempura de verdura hecha con harina de garbanzos. Todo ello puede ser un buen comienzo.

Hablar de comida india exige al menos dos degustaciones: un tandoor y un curry. El tandoor es un horno de barro que se utiliza para cocinar la carne o el pescado. El Murgh Tandoori (11,45 €) o brocheta de pollo marinada con cúrcuma, comino y perejil, es una gran opción, ligeramente especiada. Para los amantes del pescado, el Machli Goa, una brocheta de emperador marinado con papaya y asado al tandoor, es otra buena idea.

Por su parte, los currys son una mezcla de especias ya trituradas y con distintas versiones, según las regiones de la India de donde son originarias. Para su degustación, es recomendable solicitar  como acompañamiento un arroz basmati, ya sea  Chawal al vapor, o el Kashmiri Pulao (8,95 €) con frutos secos y azafrán. Para elegir los currys tenemos que tener cuidado,  aquí algunos son realmente picantes (cuidado con los de apellido 'Curry de Madrás').

Para mí el plato estrella de la casa es el Jeenga Annapurna (16,66 €), langostinos salteados con semillas de mostaza y salsa de tamarindo. Es intenso de sabor pero no pica, y su salsa mezclada con arroz es una delicia.

Ir a un hindú y no probar alguna especialidad con verduras, nos dejara sin un pilar fundamental. A mí personalmente me encantan las Malai Kofta (9,1 €), albóndigas de verduras frescas al estilo Paquistán, pero tengan cuidado, aquí el picante ya hace su presencia, sorda y constante, aunque todavía a baja intensidad.

Otras opciones interesantes son el Murgh Korma, suave curry de pollo deshuesado en cremosa salsa con frutos secos y azafrán. O el Rogan Josh, cordero cocinado a fuego lento con cebolla, tomate y 'Garam Masala'.

Para los postres, un clásico indio aunque para nosotros lo conozcamos por su éxito inglés, la tarta de chocolate y menta  (5,56 €)  y el Kulfi (5,5 €), helado de pistachos, cardamomo y azafrán. Dispone de una atractiva carta de tés para la sobremesa.

Por último, pero no menos importante, el precio final por persona,  menos de 30 €, por lo que Annapurna se hace más que merecedor a formar parte de los restaurantes recomendados por  mis 'Sensaciones Gastronómicas 3B', que como ustedes ya saben implica que cumplen las tan buscadas tres 'B': "Bueno (cocina), Bonito (local) y Barato (para la experiencia y servicio recibido)".

Annapurna
Calle Zurbano Nº 5, 28010 Madrid
Tel. 91 319 87 16