¿Ha muerto el dandy? La moda fugly se apodera del armario masculino
Esta es la historia del triunfo de la moda fea en el armario masculino. ¿Por qué nos atrae estéticamente lo feo? ¿Qué ha sido del dandy?
Antes era imposible acudir a un evento de moda y no toparte con diez editores vestidos de punta en blanco. Ahora, el dandy parece haber sido secuestrado por el trapero o por el amante de la moda fugly que, como sospechabas, quiere decir, simple y llanamente, moda fea. Sí: lo feo está de moda, y como no podía ser de otra forma, tenemos que culpar a las Triple S de Balenciaga por haber sido uno de los mayores detonantes de esta tendencia. El normcore asentó las bases, pero las 'dad sneakers' han dinamitado los pilares de la estética para sumirnos en un presente en el que cuanto más feo, mejor.
Otro de los culpables de esta moda es Instagram, que ha hecho que las firmas diseñen teniendo en mente el regram. El renacer del logo se debe precisamente a la necesidad actual que las marcas tienen de ser rápidamente reconocibles. La elegancia del dandy hoy no tiene cabida: nada como un traje de Gucci para conseguir miles de likes y una imagen para el recuerdo. ¿Un traje impecable? Un auténtico aburrimiento. Unfollow directo.
La fealdad trae consigo libertad y atrevimiento. Las 'chunky sneakers', las riñoneras y las camisas estampadas hasta el infinito demuestran que por fin la moda no oprime, sino que invita al que la lleva a divertirse y a arriesgarse, a salirse de la norma. La moda ahora sirve para hacer chistes, para ironizar y para pasar un buen rato. Se ha convertido en una especie de meme eterno y recurrente. Los referentes de estilo ya no son Ryan Gosling ni el dandy perfecto de toda la vida, sino los raperos. Amantes de los logos por encima de todas las cosas, del bling bling y de las marcas que presumen de serlo, el mercado del hip hop ha abierto las puertas de la fealdad y ha hecho que esta se instale en la moda con comodidad.
Las sandalias Birkenstock de Rick Owens y las Crocs nude de Manual Industrial Products 18 by Hender Scheme hacen que el adjetivo feo sea insuficiente para definirlos. Los zapatos oxford y los mocasines ya no sirven: ahora hay que pisar fuerte con deportivas, sandalias y zapatos abominablemente feos. “La conversación sobre moda, belleza y fealdad siempre ha existido, pero es la primera vez que tanta gente participa en ella”, asegura Megan Collins, cazatendencias de Trendera.
Pero ¿cuándo será algo tan feo que lo sea demasiado? La fealdad se ha impuesto por la necesidad de diferenciarse del resto y de romper con las normas establecidas, aunque se ha convertido en algo tan mainstream que cada vez son más los que tienen que llevar la tendencia hasta la hipérbole para ser realmente diferentes. Como la moda sigue el tercer principio de Newton de acción y reacción, no será de extrañar que la reacción que siga a esta avalancha de decisiones estéticas pretendidamente feas sea apostar de nuevo por prendas bellas y delicadas.
Antes era imposible acudir a un evento de moda y no toparte con diez editores vestidos de punta en blanco. Ahora, el dandy parece haber sido secuestrado por el trapero o por el amante de la moda fugly que, como sospechabas, quiere decir, simple y llanamente, moda fea. Sí: lo feo está de moda, y como no podía ser de otra forma, tenemos que culpar a las Triple S de Balenciaga por haber sido uno de los mayores detonantes de esta tendencia. El normcore asentó las bases, pero las 'dad sneakers' han dinamitado los pilares de la estética para sumirnos en un presente en el que cuanto más feo, mejor.