¿Es bueno limpiar el rostro con agua y jabón? Aquí la respuesta
Parece cosa de abuelas, pero cada vez hay más jabones solo para el rostro que tratan con eficacia cualquier problema de la piel
Lavarse la cara con agua y jabón es un gesto muy vintage, es cierto. Llevamos grabado en la memoria la sensación del agua, el olor del jabón, las abuelas con una piel maravillosa que confesaban con orgullo su único secreto: agua y jabón. Es también un hábito muy sencillo, sobre todo si lo comparamos con la complejidad de las limpiezas faciales asiáticas en las que participan hasta siete cosméticos distintos. A veces apetece repetir la experiencia y debe ser este un sentimiento general porque cada vez hay más jabones en el mercado solo para la cara formulados con ingredientes que regulan el exceso de grasa, hidratan en profundidad o suavizan la textura de la piel; jabones que huelen a plantas del campo, a flores, a mar y que dotan de sensualidad al gesto cotidiano de lavar el rostro. Pruébalo si te tienta, pero ten en cuenta unas cuantas cosas:
Natural vs artificial
Elige un jabón natural. Hay muchísimos jabones de colores y formas superllamativos pero son artificiales. “La diferencia entre ambos –dice Amelia Pérez, creadora de la firma Los Jabones de mi Mujer (www.losjabonesdemimujer.com)– es que, al meterlo en el agua, el jabón formulado con sustancias naturales flota porque tiene mucho aceite; los artificiales contienen mucha agua, aceites de coco o palma, aromas sintéticos, colorantes, conservantes, sustancias todas ellas que pueden provocar reacciones en la piel. La segunda diferencia está en la forma de desgastarse: los naturales lo hacen por igual mientras que a los artificiales les van saliendo grietas, el hábitat perfecto para las bacterias”.
Savon Hydratant aux Sels contiene sales que revitalizan, suavizan y restauran el pH de la piel de Ahava (9 €).
Cómo conservarlos
Hay que evitar la humedad a toda costa, así que Amelia aconseja una jabonera con rejilla y piedrecitas en el fondo para que “la barra drene bien, se seque rápido y dure más y en mejores condiciones”. Además, la revista 'American Journal of Infection Control' señala que conviene dejar el jabón unos segundos bajo el chorro de agua caliente antes de usarlo.
Cómo utilizarlos
Sencillo: humedece bien el jabón con agua caliente, humedece tu piel con agua tibia y frota suavemente el rostro con las manos mientras disfrutas de su maravilloso olor. Aclara bien con agua tibia y acaba con fría para cerrar el poro.
Lavarse la cara con agua y jabón es un gesto muy vintage, es cierto. Llevamos grabado en la memoria la sensación del agua, el olor del jabón, las abuelas con una piel maravillosa que confesaban con orgullo su único secreto: agua y jabón. Es también un hábito muy sencillo, sobre todo si lo comparamos con la complejidad de las limpiezas faciales asiáticas en las que participan hasta siete cosméticos distintos. A veces apetece repetir la experiencia y debe ser este un sentimiento general porque cada vez hay más jabones en el mercado solo para la cara formulados con ingredientes que regulan el exceso de grasa, hidratan en profundidad o suavizan la textura de la piel; jabones que huelen a plantas del campo, a flores, a mar y que dotan de sensualidad al gesto cotidiano de lavar el rostro. Pruébalo si te tienta, pero ten en cuenta unas cuantas cosas: