Errores de belleza que no puedes seguir cometiendo pasados los 30
Es hora de que dejes de cometer errores y apuestes por aquello que realmente te va bien
Cada década supone unos cambios y a partir de los 30 hay que prestar atención especial a la rutina de belleza que practicabas durante la veintena. Y es precisamente esa consciencia la que te tiene que hacer ver con claridad que tu piel ya no es la misma y hay que corregir los malos hábitos. Porque, aunque todavía no se aprecien a nivel visual, la repercusión directa que tienen sobre el proceso de envejecimiento es real. Si te encuentras en las mismas circunstancias, lee con atención: es mejor reconocer los errores y ponerles freno cuanto antes, porque aunque parezca mentira, ya no tenemos veinte años.
No beber todo el agua que necesitas
Es el truco de belleza más manido en boca de modelos y celebrities, una de esas cosas que estamos hartas de oír, que no paran de repetirnos y que aun así no cumplimos tan a rajatabla como deberíamos. El agua no es solo fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, lo es también para mantener una piel bonita. El agua garantiza el correcto funcionamiento de las células y evita que las arrugas se pronuncien, además de ayudarte a mantener la luminosidad de la piel.
No invertir en una buena hidratante
Cuando empezamos a consumir cosméticos, lo primero que nos preocupa es el acné, y de ahí damos el gran salto a otro tipo de problemas como las manchas y los primeros síntomas de envejecimiento, olvidándonos por completo de lo importante que es la hidratación de nuestra piel para estar bella. Una piel seca se traduce en una piel con arrugas más pronunciadas, falta de luminosidad e, incluso, en una piel más grasa (si eres de las que todavía huye de la hidratante porque tienes la piel grasa). Estudia tu piel y elige una hidratante acorde con tus necesidades. Notarás el cambio.
No dormir todo lo que debes
¿Te suenan los conceptos piel apagada, ojeras y bolsas bajo los ojos? Pues son consecuencia directa de no dormir todo lo que tu cuerpo necesita para recuperarse. El trabajo (o el estrés de buscarlo), ese curso de inglés intensivo, las clases de spinning, la familia y los amigos, y esa serie que te tiene enganchadísima suelen ser factores que anteponemos a nuestras horas de sueño. Empieza a valorar el tiempo que dedicas a cada cosa y ponte como objetivo compaginar tus deberes con tu tiempo de sueño. Ese capítulo puede esperar hasta mañana y tu piel te lo agradecerá.
No usar protección solar cada día
Es cierto que en los meses de frío el sol calienta con menos fuerza, pero eso no significa que no sigamos expuestos a la radiación solar. Mantener una piel joven y bonita pasa por protegerla del sol a diario, incluso en los días nublados. Escoge un protector que se adecue a tu tipo de piel y conviértelo en tu mejor aliado.
No limpiar tus brochas y pinceles de maquillaje
Meses y meses de restos de maquillaje acumulados en esponjitas y brochas son uno de los caldos de cultivo preferidos de las bacterias, que obviamente transfieres a tu piel. Luego nos preguntamos por qué seguimos teniendo espinillas a los 30... En la mayoría de los casos, una buena limpieza de tus herramientas de maquillaje es el primer paso que tienes que dar para solucionarlo. Una buena forma de hacerlo es mezclar jabón líquido antibacteriano (de ese que usamos para desinfectarnos las manos) con aceite de oliva. Frota las brochas y los pinceles, primero sobre la mezcla y después sobre la palma de tu mano, y aclara con agua tibia. Retira el exceso de agua con papel de cocina y déjalos secar al aire libre.
Cada década supone unos cambios y a partir de los 30 hay que prestar atención especial a la rutina de belleza que practicabas durante la veintena. Y es precisamente esa consciencia la que te tiene que hacer ver con claridad que tu piel ya no es la misma y hay que corregir los malos hábitos. Porque, aunque todavía no se aprecien a nivel visual, la repercusión directa que tienen sobre el proceso de envejecimiento es real. Si te encuentras en las mismas circunstancias, lee con atención: es mejor reconocer los errores y ponerles freno cuanto antes, porque aunque parezca mentira, ya no tenemos veinte años.