Este es el delineado del otoño que hará que te olvides del eyeliner negro

Un eyeliner negro en un neceser es como un LBD -un vestidito negro- en el armario, un básico infalible que (casi) todo el mundo domina. Sin embargo, ha llegado el momento de aparcar un ratito el delineador de toda la vida y explorar nuevas texturas y, sobre todo, nuevos colores… Al menos durante este raro otoño 2020.

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Margarita Velasco

La maquilladora Charlotte Tilbury ha sido una de las más fieles defensoras de los delineados distintos. Sus característicos ojos muy rasgados, ahumados y casi sin líneas visibles cuentan siempre con un aliado estrella, el lápiz de ojos cremoso. En la paleta de colores de la británica, apenas hay cabida para el eyeliner negro. La maquilladora prefiere realizar sus precisos trazos con la ayuda de colores que se puedan perder en el párpado, y entre sus preferidos destacan los cobrizos, marrones irisados, dorados y, por supuesto, el burdeos, el número uno.

Gracias a la cremosidad del lápiz de ojos y a la potente pigmentación de todos sus cosméticos, con una pasada deposita la cantidad necesaria de producto, trabajando con cuidado el rabillo e incluso rectificándolo posteriormente. Charlotte Tilbury comenzó a dibujar este tipo de delineados burgundy y ligeramente satinados cuando maquillaba a las modelos de Victoria’s Secret, sin embargo ha ido depurando la técnica. Antes buscaba desdibujar la línea del lápiz y lograr que se fundiera con la sombra. Ahora, la maquilladora realza el delineado rojizo, de tal forma que destaque sobre aquella.

Su gran aportación son sin duda sus maravillosos lápices de ojos, con una buena pigmentación y el brillo justo para realzar la mirada pero sin caer en el acabado glitter. Además, son muy fáciles de usar. Con su lápiz Double Ended Lined (28,99€), por ejemplo, puedes hacer todo el maquillaje completo, ya que, al tener en cada extremo un lápiz de un color distinto, permite jugar con uno en el párpado de arriba y otro abajo.

Charlotte Tilbury sentó precedente y la idea de los delineados burdeos ha ido calando hasta convertirse en una firme tendencia otoñal. Y es que el burgundy es, junto al mostaza, un color de otoño. Y ahora que ya no podemos pintarnos los labios de colores burdeos porque quedarían secuestrados por las mascarillas, la otra opción es llevar el color a los ojos.

Pero, además del delineado al estilo Charlotte, jugando con el mismo tono burgundy, pero algo más metalizado, encontramos otro infalible de este otoño, el eyeliner Metallic-to-Glitter en tono Burgundy de Guerlain (42,99€), uno de esos básicos del maquillaje que ahora cobra un nuevo protagonismo. Se trata de un eyeliner líquido que requiere más precisión y un buen pulso, pero con él se pueden conseguir delicados delineados, finos, gruesos, artísticos, futuristas… ¡Cualquier cosa!

Un ejemplo de esos delineados de otoño ha sido sin duda el maquillaje que Alba Esteban realizó para la cantante Ana Mena. La maquilladora primero trabajó el párpado con las sombras en barra Mad Eyes Contrast Shadow Duo (35,99€) para crear una base muy iluminada en tonos champán, sobre la que destacaba el delineado grueso y geométrico con el Metallic-to-Glitter en tono Burgundy. “El trazo del eyeliner es el clásico 'ojo de gata', pero muy marcado y atrevido, con un trazo grueso y elevado que le da un aire muy sexy. El color, un burdeos metalizado, lo hace especialmente atractivo y resalta el color de los ojos de la actriz y cantante”, detallan desde Guerlain.

Lejos de crear maquillajes demasiado recargados o llamativos, el delineado burdeos se postula como una tendencia que puede servir tanto para el día a día como para eventos más especiales, la clave es no intentar utilizarlos exactamente igual que el clásico eyeliner negro. Siguiendo de nuevo las enseñanzas de Tilbury, después de aplicar una sombra muy brillante en los mismos tonos que el lápiz de ojos, se puede se puede volver a pasar el lápiz, logrando que se funda con la sombra, rasgando la mirada de una forma casi imperceptible.

Los eyeliners burdeos, cobres, rojizos o burgundy son la nueva forma de ahumar la mirada en otoño y la creatividad es su mejor aliado.