¿Cuero cabelludo irritado? Trátalo dependiendo de si es seco, graso o descamado
Al igual que pasa con la piel, el cuero cabelludo también se puede irritar y volverse más sensible. Tratarlo dependiendo de si es seco, graso o descamado es clave tanto para su salud como para la del cabello
Quien más, quien menos utiliza herramientas de calor para peinarse la melena y recurre a tratamientos agresivos como tintes, decoloraciones o alisados; factores externos que no solo dañan el cabello, sino también la salud capilar del cuero cabelludo. De ahí que los últimos datos que ha obtenido la marca René Furterer desvelen que el 47% de las mujeres notan su pelo debilitado y más fino, hecho que, según los expertos, podría tener mucho que ver con el estado del cuero cabelludo. Por no hablar de problemas como irritación, picor, sequedad y caspa, que también pueden aparecer en la cabeza como consecuencia de no prestar la atención suficiente a esta área.
Tras los pies, el cuero cabelludo es una de las partes del cuerpo más olvidadas. A pesar de que es imprescindible que esté sano y bien cuidado para poder presumir de melena brillante, fuerte, con volumen y sin rotura, “dedicamos más tiempo al cuidado del rostro que al del cuero cabelludo, cuando necesita casi más atención”, asegura el dermatólogo y tricólogo Juan José Andrés. Y, al igual que ocurre con el cutis, mantener un microbioma equilibrado es primordial, ya que cuando ese equilibrio se pierde, el cuero cabelludo puede inflamarse, descamarse y producir picor. Por tanto, mantenerlo sano es la base para promover un crecimiento saludable del cabello y poder presumir de pelazo.
En rasgos generales intenta agredirlo lo menos posible con tratamientos capilares y/o cosméticos capilares con ingredientes perjudiciales (sulfatos y siliconas, sobre todo) y préstale especial atención al momento del lavado. Preocúpate de que la temperatura del agua esté “en torno a los 36-38 grados en invierno, pudiendo ser algo menor en verano. Y nunca supere los 41ºC”, aconseja Andrés. Y no te olvides de masajear bien la zona, con la yema de los dedos, en vez de con las uñas para que sea más suave; así como de realizarte una limpieza profunda una vez a la semana para oxigenar, ya que “la polución, la suciedad y los productos para fijación o peinado pueden dejar residuos que es necesario eliminar para evitar su acumulación y la obstrucción de los poros”, afirma el dermatólogo y tricólogo.
Al terminar, seca sin frotar con una toalla de fibras naturales y aplica siempre un protector térmico antes de secarte el pelo. Por último, coloca el secador separado 20 centímetros de tus mechones y procura que la temperatura de tu plancha no sobrepase los 185ºC. Y, dependiendo de si tu cuero cabelludo es seco, graso o descamado estas son las pautas que tienes que seguir en cada caso.
Cuero cabelludo seco
La falta de humedad y de grasa determinan esta tipología. El uso de productos capilares fuertes y secantes, un lavado excesivo, un peinado inadecuado, la contaminación y el estrés son los factores más habituales que lo propician. Y en verano, “el agua salada y el cloro resecan el pelo de forma muy agresiva. Y la deshidratación provoca rotura, puntas abiertas y que el cuero cabelludo se reseque, lo que puede provocar caspa”, advierte Caroline Greyl, presidenta de Leonor Greyl.
El objetivo es aportar un extra de hidratación en la rutina del cabello, empezando por un champú hidratante y añadiendo una mascarilla y un aceite específico para el cuero cabelludo. Tras su uso continuado, los mechones recuperarán los lípidos de la barrera protectora y la cutícula se cerrará, conteniendo la hidratación interna de la fibra.
Cuero cabelludo graso
“Al igual que ocurre con la piel, el cuero cabelludo necesita eliminar toxinas, residuos e impurezas que obstruyen el folículo, que repercuten en la calidad de la fibra y en el crecimiento saludable del cabello”, desvela Míriam Quevedo. Cuando estos agentes externos se acumulan pueden provocar que el sebo que genera de manera natural nuestro cuerpo quede atrapado debajo de ellos, ocasionando la aparición de caspa.
En estos casos es recomendable usar un champú purificante o un exfoliante específico semanalmente, que hay que “acompañar de un buen masaje para movilizar el cuero cabelludo y activar la microcirculación”, añade la experta. Después no hay que olvidarse de aclarar muy bien estos productos y el resto que se utilicen durante el lavado de cabeza.
Cuero cabelludo descamado
La caspa, los picores y la sensibilidad aparecen por el estrés, tanto interno como externo, al que a veces sometemos a esta parte del cuerpo. Aquí “los productos de vocación calmante son fundamentales”, sentencia Greyl, quien recomienda aplicarlos acompañados de “un masaje con las yemas de los dedos, con mucha suavidad y con movimientos circulares para fortalecer, descongestionar y calmar”. Así como también es crucial fijarse en las etiquetas: árbol de té, menta, romero, eucalipto y aloe vera ayudan con la descamación; pero si la cosa es algo más seria y aparece caspa, harán falta ingredientes más fuertes, como ácido salicílico, azufre o sulfuro de selenio.
También es esencial evitar un mal aclarado, pues los residuos de champú o acondicionador aumentarían tanto la irritación como la descamación. Optar por “aclarar con un chorro de agua fría es muy beneficioso, pues activa la circulación sanguínea del cuero cabelludo”, aconseja Eduardo Sánchez, director de la maison homónima. Hacerlo con agua caliente, por el contrario, “seca el cuero cabelludo y crea encrespamiento en la fibra capilar”, añade el dermatólogo y tricólogo Carlos Morales.
Quien más, quien menos utiliza herramientas de calor para peinarse la melena y recurre a tratamientos agresivos como tintes, decoloraciones o alisados; factores externos que no solo dañan el cabello, sino también la salud capilar del cuero cabelludo. De ahí que los últimos datos que ha obtenido la marca René Furterer desvelen que el 47% de las mujeres notan su pelo debilitado y más fino, hecho que, según los expertos, podría tener mucho que ver con el estado del cuero cabelludo. Por no hablar de problemas como irritación, picor, sequedad y caspa, que también pueden aparecer en la cabeza como consecuencia de no prestar la atención suficiente a esta área.