¿Por qué deberías darte un baño termal al menos una vez al año?

Es cierto que sumergirse en una bañera o piscina termal es una experiencia de lo más agradable y relajante que, además, “resulta muy útil para romper con la rutina, cargar energías y potenciar la paz interior, ya que el agua puede ayudar a liberar tensiones y a relajarnos”, sostiene el equipo del spa de Barceló Fuerteventura Beach Resort. En cambio, este gesto también proporciona muchos beneficios para la salud, si se tienen en cuenta tanto los químicos que contiene el agua en el que vayamos a sumergirnos como la temperatura a la que se encuentra esta. “Para que un baño sea terapéutico es fundamental que tenga aguas mineromedicinales, que son aquellas que surgen del suelo y contienen elementos minerales que les proporcionan propiedades muy beneficiosas para el organismo al aplicarlas sobre la piel”, explica Marina López, directora del área wellness de Las Caldas Villa Termal by Blau Hotels, quien también explica cuáles son dichos beneficios, según su composición y temperatura:

• Aguas sulfatadas: favorecen el peristaltismo intestinal y protegen el hígado, por lo que se utilizan habitualmente para aliviar problemas digestivos y trastornos biliares.
• Aguas cloruradas: sirven para tratar procesos respiratorios y cutáneos, y se consideran antiinflamatorias y desinfectantes. Si se administran por vía oral, facilitan la secreción y motilidad gástrica e intestinal.
• Aguas sulfuradas: son desintoxicantes, antialérgicas y antirreumáticas. Se emplean principalmente en procesos respiratorios, crónicos, reumáticos, dermatológicos y otorrinolaringológicos.
• Aguas cálcicas: tienen propiedades sedantes, antiinflamatorias y antialérgicas.
• Aguas carbónicas o carbogaseosas: contienen gas carbónico, bien de forma natural (el agua brota así del manantial), o bien porque ha sido añadido. Su consumo estimula la secreción de jugos gástricos y facilita la digestión, aunque está contraindicado para aquellas personas que padezcan gases.
• Aguas radiactivas: su acción terapéutica se debe al radón y, a pesar de su nombre, no suponen riesgos para el paciente porque la dosificación habitual presenta concentraciones entre mil y cinco mil veces inferiores a las que implican efectos nocivos causados por la radiación. Son sedantes y analgésicas, y actúan sobre el sistema inmunológico, neurovegetativo y endocrino, por lo que se utilizan en el tratamiento de enfermedades respiratorias crónicas, trastornos psicológicos, problemas reumatológicos...
• Aguas bicarbonatadas: actúan como antiácidos y alcalinizantes. Son beneficiosas en caso de gastritis, acidez de estómago, hernia de hiato, trastornos de la vesícula biliar...
• Aguas oligominerales u oligometálicas: estimulan la función renal, son diuréticas y modifican el pH de la orina, volviéndolo más alcalino y reduciendo el riesgo de formación de cálculos (litiasis biliar).
• Aguas ferruginosas: tienen propiedades reconstituyentes, y están indicadas en casos de anemia ferropénica y fragilidad de uñas y cabello.

Es cierto que los baños termales no son algo nuevo, pues se han empleado desde hace siglos para tratar diversas enfermedades y lesiones, pero ahora son más que necesarios debidos a la cantidad de problemas que sufrimos por causa del estrés, que nos repercuten tanto a nivel psíquico como físico. Los expertos en la materia aseguran que lo ideal sería acudir semanalmente a un balneario, al igual que vamos a visitar al fisio con frecuencia, pero como normalmente esto no es posible, “alojarte tres veces al año con una duración de al menos tres noches en cada estancia es perfecto para una cura relajante”, asegura López. Pero si se requiere un fin médico-curativo deben hacerse varios baños seguidos: “Los estudios realizados con más de 100 pacientes con la piel sensible demuestran que, tras utilizar el agua termal dos veces al día, durante tres semanas, se obtiene una importante mejoría tanto de los signos subjetivos (sensación de tensión cutánea, picor, escozor… ) como de los objetivos como enrojecimiento o descamación”, declara Susana Fernández, farmacéutica y formadora de Eau Thermale Avène.

¿A qué temperatura tiene que estar el agua?

Los minerales que contenga no son el único factor influyente en las propiedades terapéuticas del agua, sino que los grados también son determinantes. Según la temperatura a la que se encuentre, esta puede ser hipotermal (entre 20 y 35 ºC), mesotermal (entre 35 y 45 ºC) e hipertermales (por encima de 45 ºC). Eso sí, “para que el agua termal sea beneficiosa debe estar al menos a 32 grados, ya que por debajo de estos se considera agua templada o fría e impide que nos relajemos y obtengamos los beneficios deseados”, advierte la directora del área wellness de Las Caldas Villa Termal by Blau Hotels, quien también añade: “Si utilizamos agua fría (por debajo de los 20 grados), siempre será para trabajar con los contrastes de temperatura y así ayudar a recuperarnos después del ejercicio y a mejorar la tonificación muscular, además de recuperarnos de lesiones musculares”.

Beneficios de los baños de agua termal

Entre las bondades de este líquido tan especial se encuentran que “es capaz de mitigar el dolor muscular y de las articulaciones, activar la circulación sanguínea, evitar la hipertensión, mejorar la respiración y combatir los problemas respiratorios y favorecen la digestión”, garantizan desde el thalaso spa de Barceló Fuerteventura Beach Resort. Pero estos no son sus únicos beneficios:

Mejora las afecciones de la piel. Ofrece efectos cicatrizantes, regenerativos, antioxidantes, suavizantes, purificantes y calmantes en la dermis. Además, reduce la inflamación y mejora las afecciones inflamatorias crónicas de la piel, como dermatitis atópica, rosácea y eccema. Y tampoco hay que olvidar que “gracias a la alta temperatura se logra también un efecto de relajación que hace liberar endorfinas, aliviando picores o dolor en pieles atópicas o con dermatitis”, matiza López.

Relaja la mente. También puede ser una ayuda para los problemas de salud mental, ya que disminuye el estrés, tanto físico como mental, la ansiedad y ayuda a dormir mejor. “Los baños y pulverizaciones tienen un efecto sedante y gracias a sus propiedades antipruriginosas mejoran la calidad del sueño y, en definitiva, la calidad de vida”, confirma la formadora de Eau Thermale Avène.

Refuerza el sistema inmunológico. Si sufrimos de estrés durante un periodo de tiempo prolongado, puede incidir en la depresión del sistema inmunológico y debilitarlo. “Las aguas termales ricas en calcio, carbono y magnesio ayudan a bajar los niveles de estrés y a liberar hormonas que favorecen y cuidan el sistema inmune”, declara la experta de Las Caldas Villa Termal. “Lo hacen ayudando a disminuir la liberación de mediadores de la inflamación y produciendo un efecto equilibrante en las poblaciones de linfocitos T”, añade Fernández.

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Cris Castany

Embellece el cuero cabelludo y el pelo. “El cuero cabelludo es una extensión de la piel y, por tanto, los beneficios calmantes y antirritantes del agua son igualmente aplicables”, reconoce la farmacéutica. En cuanto al cabello, también se puede afirmar que, por su composición mineral, el agua tiene un efecto suavizante y antiradicales libres, lo que la hace igualmente aconsejable su uso en él cómo en la propia piel.

Ayuda en la pérdida de peso. “El agua mineromedicinal, con temperaturas por encima de los 35 grados, también ayuda a perder peso, tanto por la reducción del estrés –con ello calmamos nuestra ansiedad, totalmente vinculada al aumento de peso–, como por la elevada temperatura que favorece la activación de nuestro metabolismo, normalizando funciones de las glándulas endocrinas y también del sistema nervioso”, concluye López.

¿A dónde ir?

Caldas Villa Thermal

El precio de una estancia de tres noches con acceso a todas las instalaciones del hotel de este balneario asturiano es desde 495 euros. Se pueden sumar extras como tratamientos en cabina y/o el circuito privado de la Sala de las Columnas, que es lo único que va aparte.

Castilla Termal Olmedo

Este complejo vallisoletano combina la singularidad del antiguo convento mudéjar del siglo XII con dos modernas edificaciones totalmente integradas. El plan Escapada Termal Plus (desde 109 €) incluye acceso limitado a la piscina termal y experiencia gastronómica para disfrutar en sus restaurantes, donde prima la cocina de temporada.

Barceló Fuerteventura Beach Resort

Su circuito de aguas dentro del spa de talasoterapia incluye piscina de agua de mar exterior e interior con chorros de masaje cervical, chorros de hidromasaje y camas de aire; hidromasaje, sauna, baño turco, caldario, tepidario, frigidario, duchas de sensaciones y zonas de relax, todo ello por 35 euros.

Castilla Termal Burgo de Osma

Situado en un emblemático edificio soriano del s. XVI, antigua Universidad de Santa Catalina, destaca su patio renacentista, cerrado por una gran cúpula acristalada. La Experiencia Termal a tu gusto (desde 115 €) incluye alojamiento, piscina termal y una experiencia termal a elegir.