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Comme des Garçons, cuatro décadas de antimoda
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Comme des Garçons, cuatro décadas de antimoda

Todo surgió en Tokio un día a finales de los años 60. una jovencísima Rei Kawakubo había dejado sus estudios de ética y literatura para dedicarse

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Comme des Garçons, cuatro décadas de antimoda

Todo surgió en Tokio un día a finales de los años 60. una jovencísima Rei Kawakubo había dejado sus estudios de ética y literatura para dedicarse a la publicidad textil y acabó creando su propia marca, una firma que desde su propio nombre, Comme des Garçons ('Como los chicos'), reivindicaba una concepción revolucionaria de la moda. Cuarenta años después sus deconstrucciones han logrado triunfar y subirse al trono de la tendencia.

 

Aprovechando la ocasión, la cronista de moda Suzy Menkes ha hablado con ella para The New York Times. La insólita conversación, en la que el marido de Kawakubo hizo las veces de traductor entre el inglés y el japonés, sirve para concer un poco más a esta introvertida mujer despegada del ego del diseñador que supo captar el zeitgeist femenino de un momento de cambio y anticipó una visión nueva de la mujer que no pocos han relacionado con la liberación feminista.

 

Ella, sin embargo, cree que en el fondo todo lo que ha creado es fruto de un trabajo absolutamente personal: “Nunca sentí que mi trabajo estuviera relacionado con el hecho de ser mujer. No soy feminista”, explica antes de aclarar que nunca le interesó “ningún movimiento de este tipo”. En su lugar, dio forma a una compañía con la creación como pilar fundamental y la utilizó como su arma ante el mundo: “Con ella he podido luchar en todas las batallas que he querido”.

 

Decía el filósofo Jean Baudrillard que la moda había conseguido sobrevivir gracias a la aparición de la antimoda, un concepto que de algún modo encaja con la filosofía de Kawakubo. Igual que en la cosmología la antimateria sirve para confirmar la simetría del universo con su consiguiente estabilidad, en el mundo de la moda esta dualidad se representa con elementos deconstruidos, de algún modo puros, que son utilizados igual que los de la moda convencional y que sirven, en el fondo, para reafirmar el poder de ésta, aunque replanteando la validez de sus estructuras.

 

La reina del Hiroshima chic –calificativo con el que la prensa bautizó su primera colección parisina en los años 80– siempre ha concebido su negocio como algo más que el diseño de ropa. La suya fue una de las primeras firmas en imaginar la empresa de moda como un todo basado en el la creación y el diseño. “Es correcto decir que yo ‘diseño’ la compañía, no sólo las ropas”, reconoce ante Menkes. “Nuevas ideas de negocio interesantes, estrategias de venta revolucionarias, colaboraciones no esperadas, todo esto son ejemplos de la creación de Comme des Garçons”, remata.

 

No le falta razón: aparte de sus propias colecciones, Comme des Garçons ha desarrollado líneas paralelas para firmas tan dispares como Levi’s, Fred Perry o Nike. Entre todas destaca, por su difusión comercial por todo el mundo, la colección que la cadena sueca H&M lanzó a la venta el pasado mes de noviembre: por fin los intrincados diseños de Kawakubo alcanzaban a grandes capas de fashionistas sin importar la capacidad de sus bolsillos. Su negocio sigue viento en popa: en 2008 obtuvo unos ingresos de 180 millones de dólares.

 

Ahora, coincidiendo con el aniversario, Comme des Garçons lanza una marca temporal titulada Black. No podía estar mejor escogido el nombre: los primeros trabajos de la firma utilizaron hasta la extenuación una paleta repleta de negros, grises y tonos oscuros y sólo con el paso del tiempo se dio paso al color.

Todo surgió en Tokio un día a finales de los años 60. una jovencísima Rei Kawakubo había dejado sus estudios de ética y literatura para dedicarse a la publicidad textil y acabó creando su propia marca, una firma que desde su propio nombre, Comme des Garçons ('Como los chicos'), reivindicaba una concepción revolucionaria de la moda. Cuarenta años después sus deconstrucciones han logrado triunfar y subirse al trono de la tendencia.

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