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Gucci vuelve a ser acusada de apropiación cultural. ¿Vende la polémica?
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EL TURBANTE PROBLEMÁTICO

Gucci vuelve a ser acusada de apropiación cultural. ¿Vende la polémica?

La firma italiana ha sido acusada de apropiación cultural. El pasado mes de febrero también lo fue, pero de racismo

Foto: Gucci. (Cordon Press)
Gucci. (Cordon Press)

Parece imposible que las firmas sigan apostando por diseños capaces de herir sensibilidades, pero si algo hemos aprendido de Dolce&Gabbana, es que la polémica puede salir rentable. Si Prada ya ha sido acusada de blackface por culpa de su colección Pradamalia, repleta de diseños que mostraban figuras parecidas a monos con caras negras y grandes labios rojos, Gucci era poco después señalada por las mismas razones por culpa de un suéter que los usuarios de las redes sociales aseguraron que parecía una cara pintada de negro debido a su diseño, que incorporaba un pasamontañas de lana.

La firma se apresuró en retirar el diseño de la venta y se disculpó públicamente a través de una publicación en Twitter, pareciendo entonces que había aprendido de su error. Sin embargo, dentro de esta colección se encontraba un turbante que ahora ha desatado la ira de las redes sociales por su indudable parecido con los lucidos por los sijs. El diseño se vendía en Nordstrom por casi 800 € y se hacía llamar Indy Full Head Wrap.

Tras la polémica suscitada, cambió su nombre a Indy Full Turban y hoy aparece como agotado. “Los turbantes son las señales de identidad más visibles de los sijs y con frecuencia hacen que sean objetos de ataques, discriminación y hostigamiento alimentados por el odio. Que Gucci y Nordstrom se beneficien del mismo estilo de turbante sin entender su significado es un ejemplo flagrante de apropiación cultural”, aseguran miembros de la comunidad sij en las redes sociales.

“Cuando compañías como Gucci se apropian de artículos de fe, como el turbante con el que intentan generar ganancias, no toman en consideración la discriminación que enfrentan los sijs al adherirse a los principios de su fe”, escribió la Coalición Sikh en Facebook. Aunque es imposible que las firmas dejen de inspirarse en otras culturas a la hora de dar forma a sus colecciones, el problema de este diseño en concreto es que se parece demasiado a los de los sijs.

placeholder Foto: Cordon Press.
Foto: Cordon Press.

El uso del turbante en el universo de la moda data de 1955, cuando Christian Dior lo incluyó en una de sus colecciones. Desde entonces, la comunidad no se había quejado del uso de turbantes en la moda, pero el extremado parecido del de Gucci y su abusivo precio hacen que se sientan dolidos, pues para los sijs los turbantes no son un mero accesorio, sino un símnolo de fe y de tradición religiosa que para ellos es sagrada.

El que el turbante aparezca ya como agotado demuestra que las firmas pueden estar lucrándose de sus tropiezos, que cada vez cuesta más creer sean accidentales.

Parece imposible que las firmas sigan apostando por diseños capaces de herir sensibilidades, pero si algo hemos aprendido de Dolce&Gabbana, es que la polémica puede salir rentable. Si Prada ya ha sido acusada de blackface por culpa de su colección Pradamalia, repleta de diseños que mostraban figuras parecidas a monos con caras negras y grandes labios rojos, Gucci era poco después señalada por las mismas razones por culpa de un suéter que los usuarios de las redes sociales aseguraron que parecía una cara pintada de negro debido a su diseño, que incorporaba un pasamontañas de lana.

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