La firma Prada se marca un Dolce & Gabbana y es acusada de racismo
La popular marca italiana se ha visto obligada a retirar unos controvertidos diseños del mercado. ¿Por qué las firmas siguen cayendo una y otra vez en el mismo error?
Este año está siendo uno de los más polémicos para las marcas de moda que han sido incapaces de medir la repercursión de erróneos diseños, acciones, castings de modelos y campañas publicitarias. Tras haberse visto Dolce & Gabbana obligada a cancelar su desfile en China a causa de un polémico vídeo en el que una modelo oriental comía espaguetis con palillos, ahora le toca el turno a Prada, envuelta en una nueva polémica vinculada a los charms de su último lanzamiento. El drama se desató cuando una abogada pasó ante el escaparate de la tienda de Prada situada en el barrio de SoHo, en Manhattan, y publicó en sus redes que tales diseños eran ofensivos.
Se trataba de charms, llaveros, fundas para teléfonos móviles y camisetas con un motivo con un peligroso parecido con las caricaturas racistas conocidas como blackface. Se trata de rostros negros de gruesos labios y grandes ojos que antaño se utilizaban para burlarse de la raza negra. La colección, llamada Pradamalia, fue descrita por Prada como “una nueva familia compuesta por misteriosas criaturas”. Sin embargo, no fue ese el mensaje que el mundo entendió.
Las críticas llegaron tan lejos que volvieron a incitar a sus detractores a boicotear a la marca, que colecciona ya múltiples boicots en su accidentada carrera. El revuelo fue tal que Prada se vio obligada a lanzar un comunicado. "La semejanza de nuestros productos con las blackface no es en ningún caso intencional, pero reconocemos que eso no nos exime de los daños causados. A partir de ahora nos comprometemos a mejorar nuestras formaciones en diversidad y vamos a constituir inmediatamente un consejo consultivo para que guíe nuestros esfuerzos en materia de diversidad, inclusión y cultura".
Con el fin de no volver a cometer un error similar, Prada ha anunciado que contará con un consejo sobre diversidad y racismo. "Queremos transmitir nuestro profundo arrepentimiento y nuestras disculpas sinceras por los productos Pradamalia que han ofendido. Han sido retirados del mercado y no serán vendidos", indicó la firma en un comunicado difundido en Twitter. El problema de este tipo de acciones es que ponen en evidencia la ausencia de diversidad en los directivos de las firmas más importantes, razón por la cual no son capaces de discernir cuándo sus acciones van a ser perjudiciales. Precisamente fue una polémica sudadera de H&M que lucía un niño afroamericano con el texto 'Coolest monkey in the jungle' la que hizo que la marca sueca decidiera contratar a la abogada Annie Wu para liderar un equipo de cuatro personas ubicado en las oficinas de Estocolmo para tratar temas relacionados con la diversidad global y la inclusividad.
Wow. I don't even know what to say beyond what the actual f***?
— 🎶Eljo🐡 💙 (@SenojNG) 14 de diciembre de 2018
This is the image you're greeted with on the @Prada official website. I took this after reading a post about the display at #PradaSoho#Blackface is never acceptable, certainly not as fashion. pic.twitter.com/mnU3q7nWpn
“Es muy fácil evitar este tipo de controversia. Si te preocupas por estos temas, es tan sencillo como tener trabajadores y mánager de diferentes culturas y razas”, explica a ‘The New York Times’ Angel Sinclair, fundador de Models of Diversity. En un momento en el que cualquier desliz se magnifica gracias a las redes sociales, las marcas se están comenzando a dar cuenta de la necesidad de tener un equipo volcado en evitar que estos problemas tengan lugar.
Este año está siendo uno de los más polémicos para las marcas de moda que han sido incapaces de medir la repercursión de erróneos diseños, acciones, castings de modelos y campañas publicitarias. Tras haberse visto Dolce & Gabbana obligada a cancelar su desfile en China a causa de un polémico vídeo en el que una modelo oriental comía espaguetis con palillos, ahora le toca el turno a Prada, envuelta en una nueva polémica vinculada a los charms de su último lanzamiento. El drama se desató cuando una abogada pasó ante el escaparate de la tienda de Prada situada en el barrio de SoHo, en Manhattan, y publicó en sus redes que tales diseños eran ofensivos.