Broadmoor, de oscuro sanatorio mental a hotel de lujo

En el que antiguamente se conocía como Asilo de Criminales Lunáticos de Broadmoor se han escrito algunas de las páginas más negras de la historia de Gran Bretaña. Entre sus paredes viven o vivieron recluidos algunos tristemente célebres asesinos y violadores, pero lo que durante décadas ha sido el frenopático más siniestro de la isla puede acabar convertido ahora en hotel de lujo.

El diario londinense The Independent informa de que el departamento de salud mental de la sanidad pública británica planea colocar el recinto en el mercado inmobiliario para que los promotores lo conviertan en un hotel o apartamentos. Con el dinero que se obtenga de la venta se planea levantar un nuevo complejo hospitalario que costará 288 millones de libras (unos 320 millones de euros). En él se alojará a los pacientes masculinos que hasta ahora estaban en el viejo sanatorio, porque las mujeres dejaron Broadmoor hace dos años y medio. 

 

El complejo está situado en el condado de Berkshire, al oeste de Londres, y cuenta con una superficie total de 210.000 metros cuadrados. Fue construido siguiendo el estilo victoriano en el siglo XIX, aunque la arquitectura de sus edificios es vista con otros ojos hoy en día y a los que se acercan por allí les recuerda más a la de una cárcel que a la de un centro hospitalario.

En el interior de Broadmoor viven todavía 260 pacientes, entre los que se encuentran criminales como Peter Sutcliffe, conocido como el descuartizador de Yorkshire. La historia negra del centro no sólo se escribe con los nombres de los que allí viven, sino también con los de los internos que han muerto entre sus paredes.

Más de uno optó por suicidarse utilizando como horca los barrotes de las ventanas, que nunca han podido ser retirados debido a la catalogación del edificio como inmueble histórico. De hecho, fue el primero de estas características en ser edificado en el Reino Unido.

Internos sin dignidad

Las condiciones de vida de los allí recluidos dejaban mucho que desear desde hace tiempo. Ya en el año 2003 una comisión declaró que el centro era “totalmente inapropiado para el uso” y que carecía de “los estándares básicos de dignidad y privacidad”. El suicidio de tres pacientes en menos de 18 meses parece haber terminado de inclinar la balanza, aunque la situación actual del mercado inmobiliario puede frenar los planes de la institución pública durante algún tiempo.

La idea de instalar un hotel de lujo en un antiguo hospital psiquiátrico puede sonar descabellada, pero no se trata de una iniciativa original (ver artículo Cuando las cárceles se convierten en hoteles de lujo). En Finlandia, por ejemplo, el hotel Best Western Premier Katajanokka se levanta en un edificio que antiguamente albergaba la prisión más grande del país. También Boston: en la señorial Massachusettss el Liberty Hotel es signo de elegancia y distinción absoluta, aunque con el concepto panóptico propio de las cárceles diseñadas según las ideas de Jeremy Bentham.