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Bienvenidos al palacio de Monterrey, refugio 'secreto' del duque de Alba
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Bienvenidos al palacio de Monterrey, refugio 'secreto' del duque de Alba

Opel nos ha abierto las puertas de la propiedad inmobiliaria menos conocida de Carlos Fitz-James Stuart y sus hijos con motivo de la presentación de su último coche

Foto: Foto del duque de Alba en el palacio de Monterrey. (Cortesía)
Foto del duque de Alba en el palacio de Monterrey. (Cortesía)

El palacio de Monterrey es, sin duda, una de las propiedades del duque de Alba más desconocida. Construido en pleno centro de Salamanca, a pocos metros de la famosa Casa de las Conchas, llegó a la familia por herencia a través de un enlace matrimonial entre los Alba y los Monterrey en el siglo XVIII. Desde entonces, sobre todo en las últimas generaciones, ha sido un lugar de refugio y desconexión, primero para Cayetana y ahora para su hijo, Carlos Fitz-James Stuart, actual duque.

Suya es la propiedad y suya también la decisión de abrirlo al público hace dos años. No obstante, al visitante lo primero que le llama la atención es que no tiene nada que ver con el de las Dueñas (Sevilla) ni con el de Liria (Madrid). Monterrey es un hogar, una casa que se nota vivida y que el duque ha adaptado a sus gustos y necesidades.

placeholder El duque de Alba y su hijo Carlos Fitz-James Stuart, este verano en Sotogrande.  (Getty)
El duque de Alba y su hijo Carlos Fitz-James Stuart, este verano en Sotogrande. (Getty)

Adaptada a los tiempos modernos

A pesar de ser el más pequeño de los tres palacios, se ha convertido en uno de los refugios predilectos del duque de Alba, quien suele viajar con frecuencia a Salamanca para alojarse en su residencia más privada.

placeholder Vista del palacio de Monterrey, propiedad de la Fundación Casa de Alba. (EFE)
Vista del palacio de Monterrey, propiedad de la Fundación Casa de Alba. (EFE)

Cuando vienen, no suelen dejarse ver por las calles como sí hacia la duquesa. No solo paseaba con los perros acompañada de otras vecinas, sino que era frecuente verla disfrutar de la noche salmantina en algunos de sus restaurantes. Sobre todo en El Río de la Plata, donde aún la recuerdan con cariño y las mujeres decían que era su amiga.

El duque viene más a estar en su casa y se deja ver menos aunque eso no significa que no se sienta unido a la historia de la ciudad sobre la que reposa su palacio, adaptado, por cierto, a las necesidades del siglo XXI. Su madre comenzó a acondicionarlo en los años 50 cuando calefactó toda la casa y cambió el sistema eléctrico.

placeholder Sofia Palazuelo y Fernando Fitz-James Stuart, a su llegada al Teatro Real. (Lagencia Grosby)
Sofia Palazuelo y Fernando Fitz-James Stuart, a su llegada al Teatro Real. (Lagencia Grosby)

Refugio de monterías

Sin ir más lejos, el duque de Huéscar pasó unos días acompañado por su mujer, Sofía Palazuelo, y unos amigos hace menos de un mes.

Fernando, hijo mayor de Carlos, viajó a Salamanca para disfrutar de una partida de caza en una de las fincas que rodean la ciudad, muchas de ellas propiedad de la familia. Su hermano, Carlos, también disfruta de vez en cuando de las delicias de este palacio. Ahora bien, a ninguno se les suele ver de puertas para fuera. La intimidad para ellos, como en el caso de su padre, es fundamental.

placeholder Detalle de una de las salas de estar de la casa. (Cortesía)
Detalle de una de las salas de estar de la casa. (Cortesía)

Sin fotos de los hijos de la duquesa

Son sus principales habitantes y, por tanto, la casa está repleta de fotos inéditas de ambos, en solitario, con su padre y, sobre todo, del día de la boda de Fernando celebrada en el palacio de Liria.

Ni rastro hay de imágenes de los otros hijos de la duquesa, desterrados, al menos en foto, de la casa que un día fuera de la propia Cayetana. De ella, por supuesto sí que hay fotos, igual que de otros duques como su abuelo, don Jacobo, o el más famoso de todos, el gran duque Fernando Álvarez de Toledo, el 'coco' para los niños holandeses (fue gobernador de los Países Bajos en pleno Imperio español).

placeholder Fotos del duque y sus dos hijos en el salón. (Cortesía)
Fotos del duque y sus dos hijos en el salón. (Cortesía)

Dos obras únicas para la historia del arte

Aunque las fotos son el reclamo más gossip de la casa, lo cierto es que en sus paredes reposan obras que han cambiado la historia del arte.

En el salón, cuelgan dos cuadros de los que nadie conocía su autoría hasta los 80, cuando la duquesa de Alba decidió limpiarlos para quitarles las capas de barniz que los conservaban pero que habían oscurecido mucho los dos lienzos. Descansaban desde que heredaron el palacio en los sótanos. Ahora, son la pieza principal de la propiedad.

Y es que, tras décadas pensando que serían de algún pintor anónimo, cuál fue su sorpresa cuando al limpiarlos apareció la firma nada más y nada menos que de José de Ribera. Estos son los únicos dos paisajes que se conocen de él. Dos obras únicas que han cambiado la percepción que se tenía de este artista hasta la fecha y que han influido notablemente en la historia del arte.

placeholder Panorámica del gran salón de casa donde se ven los dos cuadros. (Cortesía)
Panorámica del gran salón de casa donde se ven los dos cuadros. (Cortesía)

Rincones inéditos

Opel nos coló hasta la cocina (literalmente). Tras visitar la torre donde se alojaron Alfonso XII y el rey don Juan Carlos (cuando aún era príncipe) en alguna de sus visitas al palacio, entramos a una de las zonas más reservadas del edificio al que solo tienen acceso normalmente los dueños.

Tras atravesar el pasillo de servicio, ubicado en uno de los laterales de la planta baja (donde se encuentran las 8 habitaciones de las personas que trabajaban allí en tiempos pretéritos), visitamos la cocina del siglo XVIII en la que aún se emplatan y terminan platos. Una zona al más puro estilo Downton Abbey.

placeholder Dormitorio en el que se alojaron don Juan Carlos y Alfonso XII. (Cortesía)
Dormitorio en el que se alojaron don Juan Carlos y Alfonso XII. (Cortesía)

A día de hoy, la casa tan solo cuenta con dos personas de servicio: el ama de llaves, encargada de la limpieza y la cocina del palacio, y el manitas, dedicado al mantenimiento de la vivienda (arreglar grifos, enchufes…).

Una visita que cualquiera que se lo proponga puede realizar (exceptuando las cocinas y la torre) y que desde Vanitatis hemos realizado de la mano de Opel. La firma alemana presentaba estos días su nuevo Astra, un modelo ideal para moverte por cualquier ciudad. Ecológico y con un tamaño perfecto, no hay mejor manera de hacer una escapada.

placeholder Nuevo Opel Astra. (Cortesía)
Nuevo Opel Astra. (Cortesía)

El palacio de Monterrey es, sin duda, una de las propiedades del duque de Alba más desconocida. Construido en pleno centro de Salamanca, a pocos metros de la famosa Casa de las Conchas, llegó a la familia por herencia a través de un enlace matrimonial entre los Alba y los Monterrey en el siglo XVIII. Desde entonces, sobre todo en las últimas generaciones, ha sido un lugar de refugio y desconexión, primero para Cayetana y ahora para su hijo, Carlos Fitz-James Stuart, actual duque.