Así es la Barcelona de Sarasola y Marrero: elegante, emocional y muy divertida

Mi abuela Paquitina, casada con Rafael O'Shanahan, fue la que me enseñó el uso de la palabra 'fundamento'. Con 18 años, el día en el que me iba a Madrid encarrilándome hacia mi nueva etapa educativa, dejando el confort de mi isla, púber a morir, me dijo mirándome a los ojos: "Carlos Rafael, con fundamento". Me estaba diciendo que confiaba en mí y, algo más, que confiara en mí mismo. El hombre adulto que despuntaba en mí tenía que ser una persona con fundamento. Recupero ahora esta palabra con especial sentido y sentimiento al sobrevolar Barcelona. Mis casi 30 años con Kike y, sobre todo, los hijos hacen que los recuerdos sean obligatorios para dar sentido a esta vida, para poder celebrar los logros conseguidos y así apreciar lo afortunados que somos.

Recuerdos con fundamento

Mis primeros recuerdos de la Ciudad Condal están en el barrio de Sarrià, en la calle Manel Girona. Allí vivía el clan de los Fisas, fundadores de una de las marcas españolas de cosmética con más renombre. Verano del 89, calor húmedo, cuarto con literas y todos (hijos y yo) rellenando tarros de la fórmula de crema hidratante, resultante químico de la perspicacia del patriarca que se fijó en lo tersa que tenían la piel de las manos los operarios que manipulaban pienso para alimentar ganado. Curioso, ¿no? Solo había que mirar y Ricardo Fisas supo hacerlo. Vivieron en Gran Canaria, de ahí la conexión. Recuerdo, como si fuera hoy, preguntar a una señora para orientarme por el carrer Manel Girona. Lo pronuncié con 'j'. Me corrigió con un amable: "Girona, con ll”. Descubrí en un instante que España era mucho más diversa y rica de lo que sospechaba. Hay que conocer para entender y respetar, y hay que seguir conociendo para seguir entendiendo y respetando.

Kike dice que no ha vivido nada parecido que supere su entrada en el Estadio Olímpico de Montjuic, en la inauguración de los que posiblemente hayan sido los mejores Juegos Olímpicos de la historia, hace ya 30 años. Como los deportistas desfilaban por orden de altura, Kike, con dos bien puestos, se puso delante de los baloncestistas porque si no, dicho por él, "no salgo en la tele".

Otro momentazo de Kike fue cuando, una vez finalizada su participación en los juegos, invitados de renombre como Naty Abascal y el modisto Valentino, entre otros, le pidieron que les sacase de marcha por Barcelona. Se los llevó al Satanasa, club icónico de la noche más irreverente y transgresora de la Ciudad Condal. Les hablo del 92, ojalá siga abierto. Recuerdos imborrables que no cesan, como cuando fuimos detrás de los camiones musicales de Daniela Mercury y de Carlinhos Brown por Montjuic, o cuando la ciudad se volcaba con las galas de la Fundación Lucha contra el Sida del doctor Clotet. Aquí se hacen amigos de los de 'hasta el infinito y más allá'.

Del pasado a la actualidad

Empezamos con los imprescindibles de Gaudí en Barcelona: la Sagrada Familia, imponente por fuera y por dentro; la Casa Batlló y la Casa Milà. No se pueden perder las Noches Mágicas de la Casa Batlló, una visita inmersiva que además incluye conciertos y un pica-pica. No puedes ir a Barcelona y perderte estos sitios.

Tampoco puede faltar el Park Güell, único en el mundo. Su entorno natural es inseparable de los elementos arquitectónicos. No se olviden de hacerse una foto con el dragón de trencadís, en la entrada del parque.

Paseen por las angostas calles medievales del Barrio Gótico, la zona más antigua de la ciudad. Allí encontrarán la Catedral de Barcelona, el Pont del Bisbe y la Basílica de Santa María del Pi. A escasos metros de la catedral también se encontrarán con el Mural del Beso, en la plaza de Isidre Nonell.

Dónde comer en Barcelona

Las mejores tapas de la ciudad están en Cervecería Catalana (Mallorca, 236) y en La Pepita, con nuestros queridos amigos Sofía y Sergio al mando; déjense sorprender con su deconstrucción del famoso bocadillo Pepita (Córcega, 343). El chocolate a la taza de Petrixtol Café (Petrixtol, 11) es otro imprescindible. Vayan a la pastelería Foix de Sarrià, con sus más de 125 años de historia (Major de Sarrià, 57), y también en Sarrià visiten Bar Tomàs, en donde muchos dicen que se comen las mejores patatas bravas de la ciudad (Carrer Major de Sarrià, 49).

Para cenar les recomendamos el restaurante Observatorio y su carta bajo las estrellas (Observatori de Fabra). En Pez Vela podrán disfrutar de un arroz con vistas al mar (Paseo del Mareo Nostrum, 19-21).

Parco es uno de los mejores japoneses de la ciudad; su nigiri de toro asado con foie es excelente y, sobre todo, déjense llevar por las recomendaciones de los camareros (Passeig de Gràcia, 119). Si quieren algo diferente, vayan a Sartoria Panatieri, una pizzería y charcutería artesanal. Recomendación: la pizza de anchoas del Cantábrico (Carrer de Provenza, 330).

Si les llama la atención la comida brasileña e indígena, visiten La Carioca, con ambiente playero en la Barceloneta y con música en directo: samba y feijoada los domingos (Pl. de Pau Vila). Si buscan ambiente isleño, vayan a Trópico (Carrer del Marquès de Barberà, 24).

Otro planazo es tomar algo en alguno de los originales bares que ofrece Barcelona. Nuestros favoritos: Bobby’s Free, que parece ser una barbería (Pau Claris, 85), y La Confitería, una antigua confitería reconvertida en coctelería (Carrer de Sant Pau, 128). En My Way se van a transportar hasta el Nueva York de los años 60 (Carrer de les Heures, 4). En Hemingway Bar pidan el Montgomery o el Nikon, servido en la lente de una cámara (Muntaner, 114). Paradiso alcanzó el nº 3 en la lista World’s 50 Best Bars 2021 y, como dato curioso, la entrada es la puerta de una nevera (Carrer de Rera Palau, 4). Y si quieren ir de fiesta, Apolo es el sitio de referencia en la ciudad (Calle Nou de la Rambla, 107).

Hablemos de museos

Imprescindibles el Museo Picasso, con más de 3.500 obras del pintor (Carrer de Montcada, 15-23), y el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, que expone obras de la segunda mitad del siglo XX (Plaça dels Àngels, 1). Otro que merece la pena es el Moco Museum, de arte moderno, contemporáneo y callejero (Carrer de Montcada, 25), y el Espacio Trafalgar, que alberga una exposición permanente de Banksy (Carrer de Trafalgar 34).

Y por último

Además de Sarrià, den un paseo por La Vila de Gràcia, un barrio con alma joven, energético, con mucha vida y tiendas curiosas. En él, se sitúa la Casa Vicens: el primer proyecto importante de Gaudí (Carrer de les Carolines, 20-26).

La Font Màgica de Montjuïc al ritmo de la música (Plaça de Carles Buïgas, 1). Los atardeceres desde Los Bunkers del Carmel (Carrer de Marià Labèrnia, s/n), El columpio de Barcelona en el Mirador de Horta y, finalmente, el Tibidabo, uno de los parques más antiguos del mundo, ideal para ir con niños, con atracciones y un área panorámica para disfrutar de las vistas de la Ciudad Condal.