7 árboles de Navidad: así decoran sus casas los famosos para las noches de paz y amor

El de la modelo Helen Lindes es de estilo escandinavo. Al interiorista Tristán Domecq le divierte decorarlo con ramas de magnolio recogidas del campo y adornos vintage. La empresaria María Zurita apuesta por los tonos dorado y plata y hasta incluye al perrete Pluto entre sus ramas. Y es que poner el árbol de Navidad es una de las tareas más creativas y personales de estos días. Seis personajes famosos nos permiten entrar en sus casas para mostrarnos su árbol, seis buenísimas fuentes de inspiración a tu disposición.

Helen Lindes

"Este año, mi árbol de Navidad es de estilo nórdico y, en sus dos metros de alto, dominan los colores plata, oro, azul y blanco", explica la modelo Helen Lindes. "Tiene un efecto nevado que me encanta porque le da un toque muy invernal y va en armonía con el resto de la decoración de la casa, en tonos neutros y madera. Siempre lo colocamos en el centro del salón, justo al lado de la cristalera que, por la noche, refleja el destello de todas las luces y crea un efecto espectacular. Nada que ver con los árboles navideños y naturales de mi infancia. Recuerdo que cada año íbamos a buscarlo en familia al campo en Lanzarote y era una especie de pitera, una planta autóctona, y resultaba muy original y curioso. Para mí, ese es mi árbol de Navidad favorito, por los recuerdos tan especiales que me trae, siempre asociados a mis padres, a quienes echo muchísimo de menos en estas fechas".

Sonsoles de la Peña

"Sencillo y con mucha profusión de ramas doradas de diferentes tipos y tamaños. Así es mi árbol navideño de este año", comenta la decoradora e influencer Sonsoles de la Peña (@pideporesaboca). "Una forma rápida y sin peligros de decorarlo, por si hay niños. Y es que, como pongo tanto esfuerzo en el nacimiento, que en mi casa es muy elaborado, cuando llega el turno del árbol estoy exhausta. A lo largo de mi vida lo he decorado de mil maneras: rojo y verde cuando mis hijos eran pequeños, burdeos y con detalles vintage después, barroco con angelotes renacentistas y bolas de cristal soplado pintadas en oro. Este año me basta con unas hojas doradas de Tevas & Co. El árbol, de Los Peñotes, lo tengo hace treinta años y tiene un sistema de montaje muy cómodo. Para comprar los adornos me gusta ir a El Corte Inglés y alguna tienda como Sally Hambleton, donde encuentro detalles estilosos y muy originales. Tambíén me gusta decorar la repisa de la chimenea con abetos y ramas de pinsapo de Naranjas de la China, adornadas con luces led diminutas".

María Zurita

"En casa no ponemos un árbol de Navidad, ¡ponemos dos! Uno pequeño que decoro con mi hijo Carlos, de 4 años, y que coloco en la salita de estar, y otro más grande con nacimiento incluido, que pone mi padre en el salón de la casa para rodearlo luego con los regalos", apunta la empresaria María Zurita. "Este año mandan dos colores, dorado y plateado, aunque mi hijo siempre 'cuela' alguna bola de otro color que no pega con nada y que, por supuesto, también se queda ahí. Ponemos las bolas tradicionales, pero de plástico, porque me da miedo que Carlos se corte si alguna se rompe, piñas pintadas y adornos sueltos que nos han hecho gracia durante el año y guardamos hasta Navidad para darles su sitio en el árbol. La novedad de este año es un perro Pluto que le compré a Carlos en Disneyland Paris y una bola de la Virgen de Covadonga, de la que somos muy devotos. El resto de adornos son de El Corte Inglés de Castellana, donde encuentro casi todo lo que busco. Lo mejor de todo es ponerlo paso a paso con mi hijo, que se muere de la emoción".

Tristán Domecq

"Mi arbol es grande y barroco aunque no me gusta mezclar muchos colores porque me marea", explica el interiorista Tristán Domecq. "Me divierte mucho comprar nuevos detalles en la plaza Mayor de Madrid, para que cada año sea algo diferente. Este año, y para evitar la profusión de colorido, habrá bolas en tonos plata y transparentes, todas de cristal y con cierto toque vintage —tengo la manía de ajustarlas firmemente a las ramas para que no se vean las cuerdas que las sujetan—, bombillas diminutas sin parpadeos, que me ponen muy nervioso, en blanco cálido y adornos que adquiero en mercadillos o en mi propia tienda, Tristán Domecq Casa. Eso sí, jamás pongo espumillón. ¿El adorno más especial? Unas bolas antiguas de cristal que compré en la Provenza francesa y son maravillosas".

Caritina Goyanes

"Este año me he llevado una sorpresa porque lo han montado mis hijos y ¡eso que mide casi dos metros! Lo compré cuando nos fuimos a vivir a nuestra primera casa, hace 15 años, y le tengo mucho cariño", recuerda Caritina Goyanes, fundadora del catering Sixsens. "Siempre lo colocamos en medio del salón y, como soy tan manática, ordeno los adornos por colores, cuidando las simetrías y cada detalle. Tardamos un montón. Este año, la base va en tonos rojos, blancos y beis en forma de telas de saco. Los adornos los compramos cuando salimos de viaje y por eso puedes encontrar desde una bola de nieve de Disney hasta una Estatua de la Libertad, un Papá Noel haciendo surf o unas máscaras venecianas. Lo que no pongo nunca son luces ni colores brillantes. ¿El adorno al que le tengo más cariño? Una estrella comprada en Belén".

Fabiola Martínez

"Siempre colocamos el árbol en el salón, donde todos lo podamos ver y disfrutar, y me gusta adornarlo con colores típicos navideños: rojo, blanco, dorado y adornos sencillos. Este año, mi hijo Carlos ha sido el encargado de decorar la casa, poner el nacimiento y decorar el árbol de principio a fin", explica Fabiola Martínez, presidenta de la Fundación Bertín Osborne. "Carlos hizo la composición que más le gustaba y la verdad es que le ha quedado superbién; yo lo ayudé un poco, pero el mérito es todo suyo. Las bolas, todas de cristal y de diferentes tamaños, se mezclan con detalles de madera, corteza, figuras de pinos, casitas, estrellas, renos, algunos búhos, bolas de plumas blancas y muchas luces cálidas. Casi todo adquirido en Zara Home, El Corte Inglés y Maisons du Monde. Lo mejor es que conservo adornos antiguos de vidrio, muy rústicos e irregulares, que parecen cristal soplado y que cuido mucho porque me encantan. Si se rompiesen me daría algo, pero eso no va a pasar".

Jaime de los Santos

"Cada año, el 6 de diciembre monto el árbol de navidad con mi hermana Áurea. Semanas antes empiezo a comprar nuevas bolas de cristal para ir completándolo; debomos tener ya más de trescientas, todas rojas, plateadas y ámbar. En la base siempre colocamos libros, catálogos de exposiciones y novelas. Este año hemos incorporado también una corona preciosa de metal comprada en El Rastro de Madrid", explica el senador Jaime de los Santos.