Inauguramos el colmado gourmet con el que Mario Sandoval rinde homenaje a Teresa Huertas, su madre

Mario Sandoval (poseedor de dos estrellas Michelin y tres soles Repsol) y sus hermanos han querido homenajear a su madre con un nuevo local muy diferente a los restaurantes que ya tienen en Madrid, como son Coque y Coquetto. Lo han bautizado con el nombre de Teresa Huertas, la madre y cocinera que enseñó al chef la importancia de las recetas cotidianas y del mercado. Se trata de recuperar las tradiciones de los colmados y mantequerías que fueron desapareciendo de la capital y que eran referente para las familias. Con esta iniciativa, este tipo de locales vuelven a estar de moda.

Este lugar ha sido el elegido por un grupo de amigas para volver a encontrarse una vez que todas han dado por finalizadas las vacaciones de verano. Se conocen desde hace muchos años y han conseguido mantener esa amistad. Cada una tiene su vida, agendas y trabajos muy diferentes, pero procuran mantener la costumbre de reunirse antes de que comience el otoño. Esta vez, han conseguido cuadrar sus horarios acudiendo a la invitación de otro buen amigo: Mario Sandoval.

Veva Longoria, la soprano María Lavalle, Katia Guerrero, Mónica Schwartz, las galeristas Aina Nowack y Gaellla de la Serna y las empresarias María José Castellvi y Sonia Bolín, vizcondesa de Almocaden, se encontraron en Mantequería Teresa Huertas. Bolín tiene su propia marca de ropa, que además lleva su nombre. Mujeres conocidas y con perfiles muy diferentes, como Ana Gamazo, Eugenia Martínez de Irujo o Marisa de Borbón, Cari Lapique o Isabel Preysler, llevan su ropa. El éxito radica en los precios, en diseños que no pasan de moda y en el buen gusto de la empresaria. Muchos de sus diseños coloridos tienen su origen en sedas y telas indias.

Muy parecida a la trayectoria de Gaella López de la Serna, que participó en un reportaje del suplemento El Grito de El Confidencial. López de la Serna es directora de CAC (Centro de Arte Contemporáneo de Aravaca) abierto en 2010 con una retrospectiva de Alex Katz. Un espacio único que se aleja de las galerías tradicionales con un espléndido jardín que linda con el monte de El Pardo. Explicaba la galerista y mecenas que con muchos de los artistas mantiene una relación casi de familia.

Estaba previsto que acudiera Mar Flores, que había confirmado su asistencia. Esa misma mañana avisó a las “chicas” de que le era imposible acudir, ya que está inmersa en la promoción de los diecinueve diseños que ha creado para la firma Malne de Paloma Álvarez y Juanjo Mánez. Una colección cápsula que presentó días antes. El miércoles organizó, junto con los dueños de la firma, una cena para veinte amigos en la terraza del hotel Bless. Esa noche nos contaba lo feliz y tranquila que estaba en este momento de su vida. Y confirmó que ni tiene novio ni nueva ilusión como le habían adjudicado. En unos meses, se convertirá en abuela cuando Alejandra Rubio, la hija de Terelu Campos, y su hijo Carlos Constancia sean padres por primera vez.

Mario Sandoval quiso estar presente en esta reunión de chicas y contarles en qué consiste el negocio. “Queríamos hacer una tienda gourmet con las recetas que hacía mi madre, con las que nos hemos criado toda la vida. Y le dije a mis hermanos lo que se me había ocurrido. 'Qué os parece si retomamos la idea de las mantequerías de antes que había en Madrid, tipo Olmedo o Bravo, con sus anchoas, mantequillas, yogures, quesos, embutidos, etcétera'. Y les pareció muy bien. Decidimos ponerle el nombre de nuestra madre, Teresa Huertas. Toda la historia se ha construido a través de lo que ella guisaba: perdiz en escabeche, pichón, bonito, pimiento asado a la leña, tomate frito, paté exquisito de cochinillo con su receta… Y lo tenemos enfrascado con su etiqueta de elaboración”.

En esta mantequería se puede encontrar también bollería artesanal, pan artesanal con cuatro variedades de masa madre y diferentes mezclas. Por ejemplo, añadir con pimienta, especias, albahaca, chocolate. Uno de los atractivos es la oferta para el barrio y también la posibilidad de tomar el aperitivo en cuatro mesas colocadas en la calle. “Estoy muy contento. Además de ofrecer algo diferente, es un homenaje a mi madre, que era una mujer muy trabajadora y luchadora que nunca se quejó de nada”.