Diseccionamos el Royal Oak 'Jumbo' RD#5: la fascinante evolución de un icono

El Royal Oak 'Jumbo' RD#5 es la última pieza de investigación y desarrollo de Audemars Piguet, una reinterpretación de su modelo más icónico que celebra los 150 años de la manufactura suiza. Mantiene las proporciones reconocibles del diseño original de Gérald Genta —caja de 39 milímetros y grosor de 8,1—, pero las lleva a un nuevo terreno técnico y ergonómico. Por primera vez en medio siglo, el 'Jumbo' integra un cronógrafo automático y un tourbillon volante, una doble complicación inédita que la firma ha logrado condensar sin alterar la delgadez característica del reloj. En otras palabras: una maravilla

El RD#5 nace del propósito de ofrecer una pieza de alta relojería compleja que conserve la comodidad y el equilibrio visual que definen a la familia Royal Oak. La clave ha sido rediseñar desde cero el movimiento interno, un nuevo Calibre 8100 patentado que introduce soluciones mecánicas originales destinadas a mejorar la precisión y la sensación de uso. Este calibre integra un cronógrafo flyback —que permite reiniciar la medición sin detener el mecanismo— y un innovador sistema de puesta a cero que elimina fricciones y vibraciones. Gracias a un conjunto de piñón y cremallera, la energía se acumula y se libera de forma controlada, logrando un retorno instantáneo de las agujas en apenas una décima de segundo.

Ergonomía y precisión

El confort ha sido uno de los ejes del desarrollo. Los pulsadores del cronógrafo, situados en la corona a las 3 horas, responden con una suavidad inusual: requieren una presión tres veces menor que la de un cronógrafo tradicional. Inspirados en la ergonomía de los teléfonos inteligentes, ofrecen una respuesta táctil breve y precisa. Este detalle, unido a la estudiada disposición de la caja y los contadores, convierte al RD#5 en un reloj pensado tanto para la experiencia sensorial como para la técnica.

El movimiento de 379 componentes y 44 rubíes late a 3 hertzios y ofrece una reserva de marcha de 72 horas. Incorpora una masa oscilante periférica de platino, visible a través del fondo de zafiro, que permite admirar los acabados manuales del movimiento: biseles pulidos, ángulos entrantes y puentes satinados.

En el interior, la complicación del tourbillon volante —ya introducida en el modelo RD#3— ha sido rediseñada para ganar ligereza mediante una jaula de titanio y un escape periférico que optimiza la energía y mejora la precisión.

Materiales de nueva generación

El reloj combina titanio y cristal metálico amorfo (BMG), una aleación con más de 50 % de paladio que ofrece gran resistencia al desgaste y un brillo singular. La caja y el brazalete alternan superficies satinadas y pulidas que capturan la luz con distintos reflejos, mientras que el bisel, los pulsadores y el selector de funciones en BMG acentúan el contraste visual. Este uso de materiales poco comunes en relojería tradicional subraya el afán innovador de la firma.

La esfera recupera el histórico tono 'Bleu Nuit, Nuage 50' y el motivo 'Petite Tapisserie', sello inconfundible del Royal Oak. Los índices y las agujas, elaborados en oro blanco y rosa de 18 quilates, incorporan material luminiscente. Los contadores situados a las 3 y 9 horas presentan un acabado acaracolado que mejora la lectura. En la parte posterior, una inscripción conmemorativa recuerda que se trata de una edición limitada de 150 unidades.

Tradición y futuro

El RD#5 es heredero de una línea de prototipos que han marcado hitos en la historia de Audemars Piguet: el RD#1 mejoró la acústica de los repetidores de minutos; el RD#2 reinventó el calendario perpetuo ultraplano; el RD#3 introdujo el tourbillon volante automático; y el RD#4 combinó múltiples complicaciones en un diseño ergonómico. Con el RD#5, la manufactura aplica ese mismo espíritu experimental al ámbito del cronógrafo, una complicación que apenas había cambiado en décadas.

En conjunto, el Royal Oak 'Jumbo' RD#5 es una síntesis de tradición y tecnología: mantiene la pureza estética del original de 1972, pero con un interior completamente nuevo, pensado para el siglo XXI. Otro perfecto ejercicio de ingeniería discreta de la manufactura del Valle de Joux, Le Brassus, Suiza.