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Víctor Clavijo: una "locura" viral, un gran amor y una conocida suegra... muy fan
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PANDEMIA

Víctor Clavijo: una "locura" viral, un gran amor y una conocida suegra... muy fan

Las 'poesías para una cuarentena' que está compartiendo el actor, en las que declama apasionadamente letras de hits musicales, alivian el confinamiento con humor

Foto: Víctor Clavijo, en una entrega de premios. (Getty)
Víctor Clavijo, en una entrega de premios. (Getty)

Víctor Clavijo recitando una canción de reguetón a la manera calderoniana, modulando la voz, otorgando intensidad en los momentos intensos ("zúmbale, mambo") pronunciando cada palabra por extraña que sea con su voz profunda y ronca. El actor gaditano lleva desde finales de abril demostrando una de las máximas del teatro: que todo se puede decir... siempre que se diga bien. Hasta una fórmula química. Sus vídeos recitando los versos de 'Gasolina', de Daddy Yankee, o de la 'Salchipapa' de Leticia Sabater con afectación shakesperiana están dando la vuelta a la red y, como él dice con humor, "han creado un monstruo".

La cosa empezó como un reto relacionado con el Día del Libro. Trataba de acercar la poesía de los clásicos a la gente de la calle. Pero en algún momento el proceso se invirtió y fue la gente de la calle la que se transformó en poesía en confinamiento. Ahora el intérprete tiene cola para distintos retos, desde ponerle alma a un artículo de la Constitución a cumplir con los deseos de su suegra (la actriz Beatriz Carvajal) para que declame el 'Achilipú' como si fuera el monólogo existencial de Hamlet.

"La idea surgió porque llevaba ya un tiempo subiendo a redes sociales poemas de la literatura clásica española: Lope de Vega, Machado, Quevedo... y un amigo mío, el actor y director de origen dominicano Tomás Vilorio, me retó a hacer lo mismo pero con letras de canciones de reguetón. Y acepté el reto como algo divertido, lo intenté y cogí la letra de la 'Gasolina', y probé a darle un sentido dramático del recitado al uso. Lo colgué y a partir de ahí fue todo una locura. Así es que seguí con otras letras como la de la 'Salchipapa', de Leticia Sabater, y otra de Chimo Bayo", explica el propio actor vía correo electrónico a Vanitatis.

Es, como él mismo ha reconocido, “un buen ejercicio actoral darle emotividad y sentido a esas letras terribles”. El intérprete, que empezó muy fuerte en términos de fama con 'Al salir de clase' y luego ha llevado una carrera de fondo, alcanza así a un público inasible de cualquier otra manera para los actores en este momento. Cómicos como Clavijo o Toni Acosta están encontrando en el formato más simple que existe (un rostro, una voz y una cámara) una vía para expresarse, entretener y alimentar con sentido del humor las horas de confinamiento. La misma fórmula que utiliza la serie de RTVE 'Diarios de cuarentena', en la que Clavijo y su esposa, Montse Pla, trabajan también actualmente.

Clavijo está viviendo la pandemia confinado en su casa de La Latina, con su chica. La suya es una historia de amor de esas que se cuentan en las novelas: "Tal día como hoy, lunes también, hace 11 años, tenía una cita a ciegas con esta mulata. Nada más encontrarnos por primera vez, a mediodía en La Latina, y antes de intercambiar una palabra, me agarró la mano y me dio un beso. Aquella misma noche le dije: '¿Qué tal si te quedas a dormir?'. Contigo repetiría cada uno de estos 4.000 días juntos y estas 11 vueltas al sol. Te quiero". La pareja se conoció a través de Facebook. "Empezamos a hablar y más adelante quedamos. Yo entonces estaba trabajando en una tienda y era difícil quedar por mis horarios. Llevaba cuatro años en la tienda y aunque me lo pasaba muy bien y conocí a excelentes personas, no era lo que yo quería. Así que la llegada de Víctor fue un soplo de aire fresco. Al poco tiempo me salió el casting de 'Razas'. Y dejé la tienda", contó ella en una entrevista en 'Diez Minutos'.

Montse Pla es una de las niñas de origen guineano que adoptó en su día la conocida actriz Beatriz Carvajal, aunque ella nunca quiso usar el apellido de su madre para poder labrarse un nombre por sí misma. Últimamente está en racha y ha encandenado varios proyectos seguidos, como la serie 'Derecho a soñar', las películas 'Ola de crímenes' y 'Lo nunca visto', y la citada 'Diarios de una cuarentena'. "Ella tenía una necesidad, que era la de dar amor. Y yo tenía otra: necesitaba que me lo dieran. Y así fue", ha comentado sobre su adopción.

Víctor y Montse se casaron de forma reglamentaria un siete de septiembre y, tiempo después, lo repitieron en una ceremonia un tanto friki en la ciudad de Las Vegas. "Hicimos un viaje de un mes por Estados Unidos y me dijo: 'Vamos a estar unos días en Los Ángeles'. Inmediatamente miré el mapa para saber la distancia con Las Vegas. Le convencí. Me casé vestida de apicultor y Víctor de abeja. Es que una Marilyn negra no pegaba", reveló ella a Europa Press.

Hasta lo de las declamaciones de poemas clásicos y no tan clásicos, Clavijo no era muy aficionado a colgar asuntos personales. De hecho, sus redes están llenas de fotografías tomadas durante sus viajes, rostros en blanco y negro que el actor capta con maestría con su Leica. En esto de la fotografía es autodidacta (estudió unos años Derecho en Granada por recomendación familiar, pero sobre todo ha estudiado Interpretación), pero ya ha expuesto su obra en Madrid y en Cádiz. Buena parte de sus mejores fotos cuelgan de las paredes de la casa en la que ahora están viviendo el confinamiento. Otra de sus facetas ocultas, por cierto, es la de pianista. Estuvo seis años en un conservatorio, aunque no logró acabar la carrera de piano.

El actor ha ido labrándose una trayectoria y desterrando al personaje que le dio fama en la archiconocida 'Al salir de clase'. Nominado en 2004 como actor revelación en los Goya por su papel 'El regalo de Silvia', la Unión de Actores le ha premiado en todas las artes, teatro, cine y televisión, en la última ocasión por su papel como Lope de Vega en la serie de televisión 'El Ministerio del Tiempo'. Además, sus papeles en series como 'Gran reserva' o 'Amar es para siempre' le han mantenido anclado a la popularidad. Ahora, son las redes las que han descubierto al actor, un poeta en tiempos de coronavirus.

Víctor Clavijo recitando una canción de reguetón a la manera calderoniana, modulando la voz, otorgando intensidad en los momentos intensos ("zúmbale, mambo") pronunciando cada palabra por extraña que sea con su voz profunda y ronca. El actor gaditano lleva desde finales de abril demostrando una de las máximas del teatro: que todo se puede decir... siempre que se diga bien. Hasta una fórmula química. Sus vídeos recitando los versos de 'Gasolina', de Daddy Yankee, o de la 'Salchipapa' de Leticia Sabater con afectación shakesperiana están dando la vuelta a la red y, como él dice con humor, "han creado un monstruo".

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