Fernando Alonso cumple 39 años con varios ases bajo la manga

Como ya supimos hace pocas semanas, los aficionados españoles a la Fórmula Uno están de enhorabuena, y es que la competición volverá a contar la próxima temporada con el piloto asturiano Fernando Alonso, ganador de dos campeonatos mundiales y uno de los deportistas españoles más destacados. Con Carlos Sainz Jr. en Ferrari y Alonso en Renault, la F1 se pone aún más interesante para el público nacional.

Las razones del regreso de Alonso, que hoy cumple 39 años, son desconocidas pero hablan de sus ansias de competir, de demasiados huecos en la agenda y también de una decisión estratégica de Renault para recuperar el pulso en el terreno del marketing. "La llegada de Alonso supone un enorme estímulo de imagen, también interno para sus miles de empleados, además de una formidable herramienta de marketing global", se puede leer en El Confidencial.

La imagen y los valores que transmite Fernando Alonso constituyen un activo indiscutible que él mismo ha sabido rentabilizar en sus diversos negocios. Hace tiempo que la estrella astur solo lleva prendas de la marca Kimoa. Sudaderas, gorras, camisetas y, sobre todo, el bestseller de la marca, gafas de sol. El deportista español es el mejor escaparate de sus propios productos y utiliza a menudo sus redes para promocionarlos. Kimoa triplicó ventas en 2018 respecto al año 2017 y ya se distribuye en 75 países. Con un escaparate como el de la Fórmula Uno, quién sabe a dónde puede llegar.

A la empresa le ha costado arrancar. De momento, sigue sin ser rentable y ese último ejercicio del que hay datos perdió 760.000 euros. La compañía fue fundada a principios de 2017 de la mano de la consultora KPMG, quien la acompañó durante sus primeros pasos. La aspiración era competir en el sector de la moda californiana y desde el principio buscaron una distribución internacional (la ambición es superar los 150 países). Esa fuerte apuesta por el exterior es la principal causa de que en sus primeros años las pérdidas estén siendo fuertes, obligando a Alonso a inyectar capital para asegurar su viabilidad (cuenta con un activo superior a los cinco millones de euros). Detrás de la firma Kimoa está el dinero de Alonso, pero quienes dan la cara son su mano derecha, Luis García Abad, y un amigo de la infancia, Alberto Fernández Albilares.

Los eSports

Sería imprudente decir que a un tipo como Fernando Alonso, bicampeón de Fórmula Uno (de momento) y campeón del Mundial de Resistencia de automovilismo, le van mal las cosas solo porque uno de sus negocios va más lento de lo que nos tiene acostumbrados el deportista. La de Kimoa es solo una de las caras de su paulatina transformación de deportista de élite en empresario. El asturiano también tiene intereses en la compañía Motorsport Games, la división de deportes, electrónica y videojuegos de la poderosa Motorsport Network.

Como Gerard Piqué y otros deportistas de élite, Alonso también ha apostado por los eSports. De hecho, Alonso fue el primer piloto de Fórmula Uno que puso en marcha su propio equipo, el FA Racing Logitech G. En la nota que facilitó la empresa entonces para dar a conocer la entrada del asturiano en su capital, Alonso hablaba de su apuesta personal por esta nueva revolución: "Los eSports no son una fantasía, son una realidad y algo que me apasiona desde hace tiempo. Invertir y ayudar a dirigir Motorsport Games me permitirá realizar una contribución real al futuro del automovilismo. Los eSports no son mejores ni peores, pero son algo diferente y ofrecen la oportunidad de acercar el automovilismo a los aficionados".

A pesar de su vuelta a la Fórmula Uno, el cerebro de Alonso lleva tiempo desarrollando todo su potencial como empresario. En su etapa anterior en la F1 fue uno de los pilotos mejor pagados del circuito. Según datos de la revista 'Forbes', solo en el año 2017 ganó cerca de 29 millones de euros entre sus contratos de patrocinio y su salario en McLaren. Un dinero que no volverá a repetirse (el contrato con Renault, según se ha publicado, no llega "ni de lejos" a eso) y que poco a poco ha sabido invertir.

En el año 2015 inauguró un complejo de karting y un museo dedicado a su figura en Asturias. Costó cerca de cinco millones de euros, pero desde entonces los asturianos gozan de 95.000 metros cuadrados dedicados a la velocidad (también son ellos quienes lo costean a través del erario público). El lugar está bajo el paraguas de la Fundación Fernando Alonso, por lo que no se puede saber si económicamente está resultando rentable. Tras el parón del covid, abrió de nuevo sus puertas el pasado 22 de junio.

En 2018 anunció que su intención era exportar este modelo a China y se asoció con una empresa asiática para construir 40 circuitos de karting y cinco escuelas de formación allí. La idea era encontrar al Fernando Alonso chino, y así lograr lo que hasta ahora parece resistirse: que la población de aquel país se sume al fervor por la Fórmula Uno. De momento, poco se sabe de este proyecto tan ambicioso.

Fernando Alonso está pasando por un momento dulce. Atrás quedaron sus encontronazos con la prensa rosa a propósito de su matrimonio con Raquel del Rosario o sus relaciones con Lara Álvarez y la modelo Xenia Tchoumitcheva. Sorprendió que hiciera pública su relación con la modelo Linda Morselli en el verano de 2016, dado el secretismo que acompañaba siempre a su vida privada. Ella lleva de vez en cuando prendas de Kimoa y ha colaborado con la marca en más de una ocasión. En octubre de 2019 trabajaron codo con codo para recaudar fondos para el cuidado de los océanos junto a la organización Mission Blue y la plataforma de venta online eBay. Se pusieron a la venta 400 sudaderas y camisetas fabricadas con plásticos reciclados, y también se subastaron tres tablas de surf decoradas por los artistas Okuda, Edgar Plans y Domingo Zapata. Hace tiempo, sin embargo, que no comparten una imagen juntos.